Regalar flores: movimientos económicos y símbolos culturales
A propósito del Día de la madre, que se celebrará el próximo 14 de mayo, algunos datos sobre la tradición de regalar flores y sus implicaciones culturales y económicas en Colombia.
Los claveles, las rosas y las astromelias son las flores más apetecidas durante distintas celebraciones del año, entre las que se cuenta el Día de la madre. Más allá de ser un regalo común, la tradición de regarlas conlleva una serie de movimientos económicos en Colombia, además de cargar con valores culturales que surgieron hace siglos.
Según Fenalco, la celebración en honor a las madres es la más importante para el comercio durante el primer semestre del año: el 90 por ciento de los habitantes de Colombia lo celebran.
Las rosas y claveles son las más vendidas en esta jornada, pero las astromelias han tomado relevancia y, especialmente en esta temporada, juegan un papel importante por su durabilidad, variedad de colores y porque, además, se producen durante todo el año.
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“Hay distintos tipos. Por ejemplo, las rosas inglesas son más grandes y abren mucho más. Están las astromelias, tipo exportación; sweet peas. La flor japonesa, las orquídeas y variedades de claveles que pueden durar hasta mes y medio en un florero”, dijo David Vásquez, decorador de eventos y director creativo de Floral Atelier. Esta floristería se prepara para vender, aproximadamente 35.000 tallos de flores en el punto de venta en Bogotá para el pico de temporada de madres.
El valor cultural de las flores
Hay distintas historias a las que se les puede atribuir el gesto de regalar flores. Según el portal Muy interesante, durante la Edad Media se usaron para disimular olores en celebraciones que se llevaban a cabo durante los meses de altas temperaturas. También se menciona a Afrodita, la diosa de la belleza, la sensualidad y el amor, y se dice decía que fue amante de las rosas, y por esto es que cuando se habla de amor, este tipo de flor hace su aparición.
El significado o la simbología de cada tipo de flor, hace parte de un lenguaje llamado “floriografía”, que le da un significado a cada una de ellas, lo que las carga de un valor que va más allá de su belleza. Según el portal ya citado, esta es una especie de manual que se originó en la época victoriana y que, además, configuró los códigos sociales con un ingrediente como el de la decoración, en el que se incluyeron las flores.
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De allí se asume que, para cada ocasión, hay un tipo de flor ideal: el arreglo de flores para una boda no es el mismo que para un velorio, así como el tipo de flor cambia si se trata de un grado, un deseo de pronta recuperación por alguna enfermedad o un Día de San Valentín.
“Se cree también que la florigrafía proviene de Persia y que ese manual ya existía en el siglo XVII. Consideraban a las flores como instrumentos sagrados que, además de personificar emociones, eran imprescindibles para el culto religioso”, agregó el portal.
Las flores en la economía de Colombia
La mano de obra que hace parte de la industria de las flores representa el 60% de los costos de las compañías. De acuerdo con Carlos Aponte, gerente general de la empresa de floricultores CI Flores Colombia Limitada, desde octubre del año 2022 se viene haciendo las siembras con más de 14.5 millones de tallos para suplir las necesidades, tanto del mercado local, como el internacional, con claveles de diferentes variedades.
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“Estamos con un incremento superior al 30%. Por la pandemia fuimos precavidos con la inversión, pero para la fiesta de madres, por mencionar un ejemplo, nos fuimos con un número importante de camas. Con esto buscamos la posibilidad de mover toda la cantidad de tallos posibles”, afirmó Aponte.
El consumo de flores en el mundo empezó a crecer desde la época de cuarentenas por la pandemia Covid-19, ya que muchas personas encontraron en ellas un estímulo espiritual, anímico y decorativo.
Los claveles, las rosas y las astromelias son las flores más apetecidas durante distintas celebraciones del año, entre las que se cuenta el Día de la madre. Más allá de ser un regalo común, la tradición de regarlas conlleva una serie de movimientos económicos en Colombia, además de cargar con valores culturales que surgieron hace siglos.
Según Fenalco, la celebración en honor a las madres es la más importante para el comercio durante el primer semestre del año: el 90 por ciento de los habitantes de Colombia lo celebran.
Las rosas y claveles son las más vendidas en esta jornada, pero las astromelias han tomado relevancia y, especialmente en esta temporada, juegan un papel importante por su durabilidad, variedad de colores y porque, además, se producen durante todo el año.
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El valor cultural de las flores
Hay distintas historias a las que se les puede atribuir el gesto de regalar flores. Según el portal Muy interesante, durante la Edad Media se usaron para disimular olores en celebraciones que se llevaban a cabo durante los meses de altas temperaturas. También se menciona a Afrodita, la diosa de la belleza, la sensualidad y el amor, y se dice decía que fue amante de las rosas, y por esto es que cuando se habla de amor, este tipo de flor hace su aparición.
El significado o la simbología de cada tipo de flor, hace parte de un lenguaje llamado “floriografía”, que le da un significado a cada una de ellas, lo que las carga de un valor que va más allá de su belleza. Según el portal ya citado, esta es una especie de manual que se originó en la época victoriana y que, además, configuró los códigos sociales con un ingrediente como el de la decoración, en el que se incluyeron las flores.
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“Se cree también que la florigrafía proviene de Persia y que ese manual ya existía en el siglo XVII. Consideraban a las flores como instrumentos sagrados que, además de personificar emociones, eran imprescindibles para el culto religioso”, agregó el portal.
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La mano de obra que hace parte de la industria de las flores representa el 60% de los costos de las compañías. De acuerdo con Carlos Aponte, gerente general de la empresa de floricultores CI Flores Colombia Limitada, desde octubre del año 2022 se viene haciendo las siembras con más de 14.5 millones de tallos para suplir las necesidades, tanto del mercado local, como el internacional, con claveles de diferentes variedades.
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“Estamos con un incremento superior al 30%. Por la pandemia fuimos precavidos con la inversión, pero para la fiesta de madres, por mencionar un ejemplo, nos fuimos con un número importante de camas. Con esto buscamos la posibilidad de mover toda la cantidad de tallos posibles”, afirmó Aponte.
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