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“Reina Charlotte”, una monarca entre la ficción y la realidad

La nueva serie de Netflix, “Reina Charlotte: una historia de Bridgerton”, que se estrenó hoy en la plataforma, relata la historia de la mujer que posiblemente fue la primera reina afrodescendiente de Inglaterra.

04 de mayo de 2023 - 11:20 p. m.
La serie de Netflix, Reina Charlotte, está inspirada en la vida de su contraparte histórica que vivió en el siglo XVIII.
La serie de Netflix, Reina Charlotte, está inspirada en la vida de su contraparte histórica que vivió en el siglo XVIII.
Foto: Wikimedia Commons / Netflix

En la sociedad inglesa de la serie “Bridgerton” muchos de los personajes de la alta sociedad, como la reina Charlotte y un duque, son interpretados por actores afro. Aunque se sabe que durante el momento histórico en el que se sitúa esta serie, el siglo XVIII, Inglaterra y el Reino Unido aún tenían una tradición esclavista, hay teorías que apuntan a que la reina Charlotte, la monarca en la que está inspirado el personaje en la serie, sí tiene ascendencia africana.

Interpretada por India Ria Amareitfio en la precuela recién estrenada y por Golda Rosheuvel en “Bridgerton”, la reina Charlotte dio de qué hablar desde que apareció en las pantallas de todo el mundo. Con sus comentarios afilados y tramas secretas, la monarca cautivó a la audiencia.

Charlotte de Mecklenburg-Strelitz es el nombre de la contraparte histórica de la reina en pantalla. La mujer que se convertiría en la reina consorte del rey Jorge III de Gran Bretaña e Irlanda nació el 19 de mayo de 1744 y fue la hija menor del duque Carlos Luis Federico de Mecklemburgo-Strelitz y la princesa Isabel Albertina de Sajonia-Hildburghausen. Nacida en un pequeño ducado alemán, la joven princesa fue una elección casi obvia para el joven rey Jorge y el 14 de agosto de 1761 se firmó el contrato matrimonial que concluiría con la ceremonia celebrada en Londres el 8 de septiembre de ese mismo año.

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Durante su matrimonio, la pareja real tuvo 15 hijos, de los cuales 13 sobrevivieron hasta la edad adulta. Su primer hijo, Jorge, nació poco antes de cumplir su primer año de casada. Aunque el rey Jorge se interesó en la princesa por la poca influencia que su lugar de origen tenía, esperando que, a su vez, ella no se inmiscuyera en los asuntos políticos, se sospecha que la reina Charlotte ejercía influencia indirecta sobre el reinado de su esposo en la forma de puestos y la intervención en asuntos alemanes.

La vida de la reina consorte más longeva en la historia de Inglaterra no fue sencilla hacia la segunda mitad de su vida, pues en 1765 su esposo enfermó y, aunque fue temporal, el rey padecía de una enfermedad mental desconocida en su momento. En 1788 volvió a enfermar y su primer hijo estaba en línea para asumir la regencia, luego de que se aprobara una ley en 1789 que evitaba que ella se convirtiera en regente, pero que dejaba al rey y sus hijos menores bajo su cuidado.

En 1811, el rey Jorge III fue finalmente declarado como “loco” y su esposa, aunque renuente a estar a solas con él, fue su cuidadora principal hasta que ella falleció en 1818. Durante su vida, la reina tuvo diversos intereses, particularmente en la música, con un gusto especial por los alemanes. Tanto ella como su esposo eran admiradores de Handel y hospedaron a un joven Mozart en su palacio. Su legado se extendió a la botánica y en un momento en el que los exploradores británicos regresaban con nuevas especies, ella se aseguró de que la colección de los Kew Gardens se ampliara con cada nuevo descubrimiento.

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Fue también patrona de varios artistas y en 1809 fundó varios orfanatos. Su legado se mantuvo en las colonias inglesas y en el país que la acogió en forma de estatuas, calles y ciudades nombradas en su honor, hospitales, entre otros.

El tema de su ascendencia es uno que fue mencionado en su momento en varias descripciones de la época que se hicieron sobre la reina. “Ella no es alta ni una belleza. Pálido y muy delgado; pero parece sensato y gentil. Su cabello es oscuro y fino; su frente baja, su nariz muy bien, excepto las fosas nasales demasiado abiertas. La boca tiene el mismo defecto, pero sus dientes son buenos. Habla mucho y tolerablemente el francés”, fue la descripción que hizo de ella el escritor Horace Walpole. Mientras que su doctor, Christian Friedrich Stockmar, la describió como “pequeña y torcida, con verdadera cara de mulato”.

En los retratos que Allan Ramsay pintó de ella, hay quienes afirman que es posible ver los rasgos que revelarían su ascendencia africana. El autor jamaiquino-americano, J.A Rogers, fue el primero en proponer la teoría, en 1940, de que la reina Charlotte era descendiente de la dinastía real portuguesa que incluía africanos. Años más tarde, el historiador independiente de la diáspora africana, Mario de Valdes y Cocom, sugirió que “se pueden rastrear al menos 492 líneas de descendencia desde la reina Carlota a través de su triple ascendencia desde Margarita de Castro y Sousa hasta Martín Alfonso de Sousa Chichorro, el hijo ilegítimo del rey Alfonso de Portugal y su amante mora, Oruana/Madragana. Curiosamente, en un acervo genético que era comparativamente minúsculo debido a la endogamia real, fue de la esposa de Martín Alfonso de Sousa, Inés de Valladares, que la reina británica heredó la mayor parte de su ascendencia islámica africana”.

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