Devoción e Hipocresía en “Paradise: faith”
La segunda entrega de la trilogía “Paradise”, del director austriaco Ulrich Seidl, llega como una provocadora bofetada para los devotos del catolicismo, pero también para aquellos que no mantienen un lazo tan estrecho con la religión. Esta película hace parte de la programación del Bogota International Film Festival.
Juan José Marín
Esta película, como las otras dos de la triada, “se adentra profundamente en la búsqueda del amor y la comprensión”, en palabras de su propio director, y lo hace a través de la extrema devoción católica de una manera que es igualmente fascinante y desconcertante para el espectador occidental.
Ulrich aborda una problemática religiosa y moralista que resuena no solo en la cultura austriaca, sino en la sociedad global en general. A través de su narrativa, su director logra presentar este dilema de una manera que resulta accesible incluso para aquellos que son ajenos a la cultura y la población austriaca, trascendiendo las barreras culturales y conectando con una audiencia diversa.
La denuncia se hace presente con los actos de hipocresía representados por Ana María, la protagonista de la historia y una fiel devota católica, quien transita entre una humilde y genuina devoción a una egolatría que deja de lado la potestad de ayudar al prójimo por un extremo y parasitario compromiso religioso. Estas conductas la llevan a someterse a lo que ella denomina como “sacrificios”, expiando así los pecados que presencia en su día a día, desde el propio rechazo a la madre de Dios, hasta el inaudito encuentro sexual de un grupo de personas en mitad del bosque, rindiéndose a un masoquismo y degradación corporal radical. Su inclemencia es ignorada cuando ella misma es pecaminosa, lo que saca a relucir su clara hipocresía y la contradicción de sus aparentes ideales religiosos.
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Ulrich adopta un enfoque clásico en términos cinematográficos. Sus composiciones son verdaderamente pictóricas y cada plano se asemeja a un cuadro que contiene una meticulosa simetría y composición: más allá de pretender representar una belleza visual, mediante el encuadre y el montaje logra mantener los elementos de importancia en un punto específico de la pantalla, favoreciendo la receptividad y fácil visualización por parte de la audiencia.
La película también está cargada de momentos poderosos y emocionales, donde los actores se entregan con improvisaciones crudas y de gran intensidad dramática que generaron una notable incomodidad en el público: ya son muchas las personas que han abandonado la sala en búsqueda de un respiro frente a escenas específicas.
Paradise: faith es provocadora y profunda. Aborda temas universales frente a la búsqueda de un aparente amor y comprensión a través de la religión. Todo esto encapsulado en una propuesta minimalista, pero sustanciosa, que brinda una experiencia cinematográfica difícil de pasar por alto.
Esta película, como las otras dos de la triada, “se adentra profundamente en la búsqueda del amor y la comprensión”, en palabras de su propio director, y lo hace a través de la extrema devoción católica de una manera que es igualmente fascinante y desconcertante para el espectador occidental.
Ulrich aborda una problemática religiosa y moralista que resuena no solo en la cultura austriaca, sino en la sociedad global en general. A través de su narrativa, su director logra presentar este dilema de una manera que resulta accesible incluso para aquellos que son ajenos a la cultura y la población austriaca, trascendiendo las barreras culturales y conectando con una audiencia diversa.
La denuncia se hace presente con los actos de hipocresía representados por Ana María, la protagonista de la historia y una fiel devota católica, quien transita entre una humilde y genuina devoción a una egolatría que deja de lado la potestad de ayudar al prójimo por un extremo y parasitario compromiso religioso. Estas conductas la llevan a someterse a lo que ella denomina como “sacrificios”, expiando así los pecados que presencia en su día a día, desde el propio rechazo a la madre de Dios, hasta el inaudito encuentro sexual de un grupo de personas en mitad del bosque, rindiéndose a un masoquismo y degradación corporal radical. Su inclemencia es ignorada cuando ella misma es pecaminosa, lo que saca a relucir su clara hipocresía y la contradicción de sus aparentes ideales religiosos.
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La película también está cargada de momentos poderosos y emocionales, donde los actores se entregan con improvisaciones crudas y de gran intensidad dramática que generaron una notable incomodidad en el público: ya son muchas las personas que han abandonado la sala en búsqueda de un respiro frente a escenas específicas.
Paradise: faith es provocadora y profunda. Aborda temas universales frente a la búsqueda de un aparente amor y comprensión a través de la religión. Todo esto encapsulado en una propuesta minimalista, pero sustanciosa, que brinda una experiencia cinematográfica difícil de pasar por alto.