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El pleito se inició en 2009, luego de dos años de restauraciones en la Ópera Real del Palacio de Versalles. El recinto, que se mantenía preservado desde su apertura en 1770, fue limpiado en su totalidad por un grupo de trabajadores que alegan haber sido intoxicados por polvo de plomo al asear las esculturas y las decoraciones.
Esto podría ser producto del pigmento cerusa, un carbonato de plomo que se utilizaba en pinturas previas al siglo XIX, cuya constitución química es altamente tóxica. Esta sustancia solo llegó a prohibirse en Francia en los años 90, tras descubrir que incluso en pequeñas dosis puede afectar la salud.
El descubrimiento de la intoxicación por plomo se dio por unos exámenes médicos que se practicó el carpintero Didier Andrieu, luego de presentar síntomas extraños. “Estaba sorprendido de descubrir que mis niveles de plomo en sangre superaban más de ocho veces la cantidad normal” mencionó al diario The Art Newspaper. Las pruebas de sangre de sus compañeros reflejaban niveles similares o inclusive más altos, forzándolos a una hospitalización de emergencia.
Las acusaciones de “poner en riesgo la vida” y “manipulación de testigos” le fueron imputadas a François Asselin, fundador de la compañía especializada en restauración de monumentos Asselin. Esto, luego de que investigaciones revelaran que el sitio no estaba bien ventilado y que los trabajadores no recibieron las medidas de protección personal adecuadas en un lugar que “contaba con niveles de polvo de plomo veinte veces mayores a la norma”, afirmaron los investigadores en un comunicado.
El ente acusador alegó, además, que Asselin falsificó documentos y presionó a sus trabajadores para que testificaran que “habían decidido no utilizar los elementos de protección personal”, cuando no se les habían entregado. Al preguntarle al abogado de Asselin sobre estas declaraciones, se negó a comentar.
La corte criminal de Versalles realizó una audiencia preliminar el pasado 30 de septiembre, en preparación del juicio que se ha pospuesto por más de quince años, pero por una petición del jefe de arquitectos de la renovación del Palacio, Frédéric Didier, se retrasó nuevamente hasta febrero de 2025.
El juez que lleva el caso retiró los cargos contra el Palacio de Versalles, argumentando que la responsabilidad recaía sobre Asselin, quien realizó las contrataciones para la restauración. Al menos seis de los carpinteros que trabajaron en la Ópera Real son actores civiles en el pleito legal, aunque las investigaciones digan que el número de trabajadores intoxicados son mucho mayores.
“Se suponía que los trabajos de restauración se extenderían por un par más de meses”, alertó el abogado de Andrieu, el carpintero, “si mi cliente no hubiera dado la alerta, la intoxicación por plomo pudo ser más seria, incluso letal”, y añadió “la moral de esta historia es clara: ¿qué es la vida de un trabajador en un mundo dominado por dinero y poder?”, aseveró para el medio The Art Newspaper.