Retrospectiva de Carlos Jacanamijoy muestra lo mejor de su arte numinoso
"Magia, memoria, color" recopila el trabajo del pintor indígena entre 1992 y 2013. Su obra se basa en el aspecto exterior de las cosas que nos rodean y no en lo que late.
El Espectador
El próximo jueves se inaugura primera exposición retrospectiva que se hace en el país sobre el pintor Carlos Jacanamijoy, nacido en Putumayo en 1964. Compuesta por 70 cuadros pintados desde 1992, en su mayoría óleos de grandes dimensiones, además de numerosas serigrafías, acuarelas y dibujos, la muestra hace "alusión a las relaciones que las obras guardan con el pensamiento indígena ancestral de los Ingas del Putumayo, la etnia a la que pertenece el conocido pintor", explica el curador, crítico e historiador Álvaro Medina. (Ver algunas de las obras).
Esta exposición retrospectiva reúne pinturas compuestas con la libertad formal que el artista indígena de formación académica ha sabido derivar del expresionismo y de la abstracción. Al sumar figuración (el espacio compuesto para sugerir un paisaje), expresionismo (la combinación de mancha y pinceladas gestuales) y abstracción (el paisaje sin línea de horizonte), Jacanamijoy ha podido pintar unas atmósferas poéticas sui géneris cuyos flujos cromáticos y altamente dinámicos tienen entronques con la práctica ancestral de la toma del yagé, tema que el texto del catálogo de la muestra desarrolla en todos sus detalles para ilustración de los estudiosos.
El yagé es un rito de purificación que ha despertado interés por el colorido de las visiones que genera, particularidad que el pintor ha sabido llevar con personalidad a sus lienzos, convirtiéndolo en uno de los artistas más interesantes entre los surgidos en las dos últimas décadas y quizás en el más popular.
En cuanto al nombre de la retrospectiva, Medina sostiene que "menciona la magia porque Jacanamijoy es el pintor de la naturaleza numinosa, o sea la naturaleza habitada por los espíritus surgidos de la imaginación de una sociedad agraria como la Inga del Putumayo colombiano, un pueblo que ha sabido preservar, a pesar de la penetración occidental, una serie de creencias y prácticas ancestrales que hunden sus raíces en la noche de los tiempos".
En cuanto a la memoria, el curador asegura que se debe a que el pintor "basa sus cuadros en los recuerdos del niño campesino que vivió en función de las manifestaciones sobrenaturales que la vegetación oculta, según los principios esotéricos que le fueron inculcados".
Finalmente, el "color" está dispuesto para registrar los más variados "detalles de la naturaleza selvática o boscosa y así sugerir la presencia de seres que los ojos no tienen la capacidad de captar aunque según su fe están siempre presentes, al acecho de lo bueno y lo malo que hacen los hombres".
Así que teniendo en cuenta la explicación del título de "Magia, memoria, color", cada pintura de esta exposición puede ser asumida como un paisaje subjetivado poblado de númenes (o deidades, o espíritus) como el Auca de los Ingas. El espectador, asegura Medina, podrá entretenerse mirando un conjunto de obras que son claramente autobiográficas aunque no estén ligadas a una secuencia de episodios a relatar encadenando anécdotas de la vida diaria.
Además, por ser un gran lector y admirador de las obras literarias de Marcel Proust y James Joyce, "Jacanamijoy trabaja sus lienzos a partir de flashes memoriosos inconexos que los recuerdos alimentan, la imaginación del poeta visual enriquece y el colorista consumado transforma en composiciones en principio abstractas aunque cargadas de guiños figurativos tan discretos que pueden pasar desapercibidos".
El catálogo de la muestra, escrito también por Álvaro Medina, reproduce todas las obras exhibidas. Cada obra está acompañada de un texto analítico que detalla cómo se combinan los flashes memoriosos del pintor y los guiños a la realidad circundante. El verdor del Putumayo, la religión ancestral y la vida del pintor se entreveran en un todo simbólico perfectamente interpretable que es ajeno al postulado de la obra abstracta autorreferencial que se agota en sí misma.
La obra de Jacanamijoy, que carece de antecedentes en la historia de la pintura occidental, está centrada en el aspecto exterior de las cosas que nos rodean y no en lo que late, según el pensamiento mágico primitivo, en el misterioso interior de cada una. Si bien es cierto que estos cuadros pueden ser vistos como paisajes, realmente son algo más que paisajes, por lo que sería mejor definirlos como ámbitos numinosos, entendiéndose que la palabra numen designa en este caso a los seres que sobrecogen y producen temor por estar dotados de poderes sobrenaturales que los humanos no comprenden ni pueden emular.
La muestra de Carlos Jacanamijoy permanecerá abierta hasta el día 8 de noviembre en el Museo de Arte Moderno de Bogotá y será motivo de una serie de conferencias sobre la obra del pintor y el mundo indígena, en la que participarán Luis Martin Lozano, Rodolfo Llinás, Álvaro Medina y el mismo Carlos Jacanamijoy. Habrá, además, actividades para niños y visitas guiadas.
El próximo jueves se inaugura primera exposición retrospectiva que se hace en el país sobre el pintor Carlos Jacanamijoy, nacido en Putumayo en 1964. Compuesta por 70 cuadros pintados desde 1992, en su mayoría óleos de grandes dimensiones, además de numerosas serigrafías, acuarelas y dibujos, la muestra hace "alusión a las relaciones que las obras guardan con el pensamiento indígena ancestral de los Ingas del Putumayo, la etnia a la que pertenece el conocido pintor", explica el curador, crítico e historiador Álvaro Medina. (Ver algunas de las obras).
Esta exposición retrospectiva reúne pinturas compuestas con la libertad formal que el artista indígena de formación académica ha sabido derivar del expresionismo y de la abstracción. Al sumar figuración (el espacio compuesto para sugerir un paisaje), expresionismo (la combinación de mancha y pinceladas gestuales) y abstracción (el paisaje sin línea de horizonte), Jacanamijoy ha podido pintar unas atmósferas poéticas sui géneris cuyos flujos cromáticos y altamente dinámicos tienen entronques con la práctica ancestral de la toma del yagé, tema que el texto del catálogo de la muestra desarrolla en todos sus detalles para ilustración de los estudiosos.
El yagé es un rito de purificación que ha despertado interés por el colorido de las visiones que genera, particularidad que el pintor ha sabido llevar con personalidad a sus lienzos, convirtiéndolo en uno de los artistas más interesantes entre los surgidos en las dos últimas décadas y quizás en el más popular.
En cuanto al nombre de la retrospectiva, Medina sostiene que "menciona la magia porque Jacanamijoy es el pintor de la naturaleza numinosa, o sea la naturaleza habitada por los espíritus surgidos de la imaginación de una sociedad agraria como la Inga del Putumayo colombiano, un pueblo que ha sabido preservar, a pesar de la penetración occidental, una serie de creencias y prácticas ancestrales que hunden sus raíces en la noche de los tiempos".
En cuanto a la memoria, el curador asegura que se debe a que el pintor "basa sus cuadros en los recuerdos del niño campesino que vivió en función de las manifestaciones sobrenaturales que la vegetación oculta, según los principios esotéricos que le fueron inculcados".
Finalmente, el "color" está dispuesto para registrar los más variados "detalles de la naturaleza selvática o boscosa y así sugerir la presencia de seres que los ojos no tienen la capacidad de captar aunque según su fe están siempre presentes, al acecho de lo bueno y lo malo que hacen los hombres".
Así que teniendo en cuenta la explicación del título de "Magia, memoria, color", cada pintura de esta exposición puede ser asumida como un paisaje subjetivado poblado de númenes (o deidades, o espíritus) como el Auca de los Ingas. El espectador, asegura Medina, podrá entretenerse mirando un conjunto de obras que son claramente autobiográficas aunque no estén ligadas a una secuencia de episodios a relatar encadenando anécdotas de la vida diaria.
Además, por ser un gran lector y admirador de las obras literarias de Marcel Proust y James Joyce, "Jacanamijoy trabaja sus lienzos a partir de flashes memoriosos inconexos que los recuerdos alimentan, la imaginación del poeta visual enriquece y el colorista consumado transforma en composiciones en principio abstractas aunque cargadas de guiños figurativos tan discretos que pueden pasar desapercibidos".
El catálogo de la muestra, escrito también por Álvaro Medina, reproduce todas las obras exhibidas. Cada obra está acompañada de un texto analítico que detalla cómo se combinan los flashes memoriosos del pintor y los guiños a la realidad circundante. El verdor del Putumayo, la religión ancestral y la vida del pintor se entreveran en un todo simbólico perfectamente interpretable que es ajeno al postulado de la obra abstracta autorreferencial que se agota en sí misma.
La obra de Jacanamijoy, que carece de antecedentes en la historia de la pintura occidental, está centrada en el aspecto exterior de las cosas que nos rodean y no en lo que late, según el pensamiento mágico primitivo, en el misterioso interior de cada una. Si bien es cierto que estos cuadros pueden ser vistos como paisajes, realmente son algo más que paisajes, por lo que sería mejor definirlos como ámbitos numinosos, entendiéndose que la palabra numen designa en este caso a los seres que sobrecogen y producen temor por estar dotados de poderes sobrenaturales que los humanos no comprenden ni pueden emular.
La muestra de Carlos Jacanamijoy permanecerá abierta hasta el día 8 de noviembre en el Museo de Arte Moderno de Bogotá y será motivo de una serie de conferencias sobre la obra del pintor y el mundo indígena, en la que participarán Luis Martin Lozano, Rodolfo Llinás, Álvaro Medina y el mismo Carlos Jacanamijoy. Habrá, además, actividades para niños y visitas guiadas.