Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El 19 de noviembre de 1957, nueve días después de ser galardonado con el mayor premio que un escritor puede aspirar, Albert Camus le escribió a su maestro de la escuela primaria Louis Germain. ¿Quién después de recibir la máxima distinción por la Academia Sueca con un Nobel dedica tiempo para concederle unas palabras a su profesor de colegio?
La sencillez y modestia de Camus lo llevaron a detenerse y rememorar en su pasado para reflexionar sobre quiénes impulsaron sus sueños y lo convirtieron en el escritor que fue. Louis Germain, después de su mamá, fue la segunda persona en la que pensó.
"He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, la mano afectuosa que tendió al pobre niñito que era yo, sin su enseñanza y ejemplo, nada de esto hubiese sucedido", expresó Camus en su misiva.
La emotiva carta fue revivida recientemente por el usuario de Twitter @literland. Sin embargo, según El País de España, en 2016 y otras ocasiones se ha compartido el contenido de la misiva.
En el texto autobiográfico y póstumo de Camus, él narra su vida en Argelia cuando aún era colonia de Francia. En ese entonces conoció a Germain, quien se conviritió en un alentador de la educación del escritor.
El diario The New York Times menciona que luego de la publicación del libro póstumo de Camus, "Germain no solo estimuló la mente de Camus y le dio clases extraescolares. Además, convenció a su madre para que intentase obtener una beca para que acudiese al instituto. Germain fue el primero de una serie de sustitutos del padre -fallecido cuando era un niño- y mentores intelectuales".