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“Es muy raro que los psicópatas sean asesinos”: Richard Firth-Godbehere

Richard Firth-Godbehere, quien fue uno de los invitados al Hay Festival Cartagena, es el autor de “Homo emoticus: la historia de la humanidad contada a través de las emociones”.

Daniela Cristancho
30 de enero de 2023 - 12:00 p. m.
Richard Firth-Godbehere, miembro asociado de The Centre for the History of Emotions.
Richard Firth-Godbehere, miembro asociado de The Centre for the History of Emotions.
Foto: Cortesía del autor

¿Cómo descubrió la historia de las emociones?

Mi esposa tiene fobia a vomitar, que se llama emetofobia. Yo ya estudiaba historia, pero quería entender este asunto un poco más, así que me incliné incluso por explorar la psicología hasta que descubrí este campo llamado la historia de las emociones. Empecé investigando sobre la brujería y su relación con el asco e hice un texto al respecto en el pregrado y a mi tutor le gustó tanto que me sugirió que lo publicara. Así empecé a explorar este campo, al que ahora me dedico.

Así que el asco es una emoción. ¿Cómo definiría usted este concepto?

Todo el mundo tiene su propia definición de lo que es una emoción; hay tantas definiciones como investigaciones al respecto. A mí me gusta más explicarlo que solo definirlo. Imagina que eres un gato: ¿cómo entiendes el mundo si no tienes lenguaje? ¿Cómo sabes qué comer o cómo resguardarte? Eso son las emociones, es la información que tienes libre de lenguaje. Eso sucede en el reino animal, y los humanos tenemos esta capa extra de pensamiento, entonces lo hacemos más complejo. No solo tenemos estos sentimientos, sino que exploramos qué significan, cómo se comunican, cómo se relacionan con nuestra cultura.

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Hablemos de los enfoques filosóficos sobre las emociones.

Lo interesante es que muchos de los enfoques que tenemos hoy en día con respecto a las emociones y hemos convertido en ciencia vienen de la filosofía. Los estoicos consideraban que uno debería detenerse ante un sentimiento y preguntarse si es útil para uno y sus fines; si no lo es, lo mejor es ignorarlo. Ahora, eso lo llaman terapia cognitivo-conductual, que es exactamente lo mismo. Otro es la retórica de Aristóteles, en el que se indica cómo persuadir a otros. Y esas ideas de persuasión se encuentran hoy, por ejemplo, en libros de negocios y diplomacia. Hay bastante filosofía india de las emociones, muy compleja, que cree en dos formas de deseo: el deseo de lo material y el deseo de querer controlar ese deseo, algo que también se ve mucho hoy en día: la idea de no anhelar el dinero, sino mantenerse leal a uno mismo, por ejemplo en el mindfulness. Varios enfoques filosóficos sobreviven y se ven en diferentes tipos de terapia en la actualidad. Simplemente tenemos nuevos nombres.

Ahora se habla mucho de la inteligencia emocional. Según su investigación, ¿qué significa ser emocionalmente inteligente?

Desde Platón, la humanidad ha tratado de separar la inteligencia de la emoción al tomar decisiones. Antes de tener un córtex prefrontal, antes de poder pensar, las emociones guiaban las decisiones y aún lo hacen. De todas las cosas que te suceden al mismo tiempo, eres solo consciente de un par, del resto se encargan las emociones. La inteligencia emocional se trata de ser cada vez más consciente de eso, de entender lo que hacen las emociones en ti y en otros para poder adaptar tu comportamiento acorde a eso. De nuevo, es la retórica de Aristóteles.

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¿Qué tan acertada es la connotación negativa que se le ha otorgado a la psicopatía, en parte, debido a la televisión?

A un psicópata le parece muy difícil o imposible reconocer las emociones de otros y empatizar. Tiene emociones, pero no le importa lo que otras personas sientan. Sin embargo, la mayoría de los psicópatas viven vidas tranquilas, sanas y felices. Suelen gravitar hacia trabajos como la cirugía, porque en ese escenario, si algo va mal, ellos no entran en pánico, hacen su trabajo y lo hacen bien. Muchos políticos, abogados y banqueros también tienen altos porcentajes de psicopatía. Es muy raro que sean asesinos, que es la asociación que comúnmente se ha hecho. Puede que no sientan empatía, pero te tratan bien si tú los tratas bien y aprenden a reconocer las emociones en ti y actuar de acuerdo con eso.

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Daniela Cristancho

Por Daniela Cristancho

Periodista y politóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en resolución de conflictos e investigación para la paz.@danielacsidcristancho@elespectador.com

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