Roberto Saviano, el hombre que sabe demasiado

“La paranza dei bambini”, película basada en el libro homónimo de Saviano, compite por el Oso de Oro, en el Festival Internacional de Cine de Berlín.

Janina Pérez
17 de febrero de 2019 - 03:00 a. m.
 Roberto Saviano denunció el actuar y los nombres de la mafias napolitanas en su libro Gomorra. / AFP
Roberto Saviano denunció el actuar y los nombres de la mafias napolitanas en su libro Gomorra. / AFP

Da igual adonde vaya Roberto Saviano, porque nunca está solo. Antes de su llegada a la Hau 1 de la calle Stresemann de Berlín, donde estaba pautado que diera una charla, la policía había desplegado un dispositivo de seguridad: vallas antimotín, agentes apostados en las puertas, revisión de bolsos, atención hacia cualquier cosa sospechosa.

Toda esta parafernalia tenía un buen motivo, y es que el escritor y periodista italiano desde hace más de 10 años vive escoltado. El best-seller Gomorra (publicado en 2006), donde narra los entresijos de la red del crimen organizado, le proporcionó fama a Saviano, pero también una sentencia de muerte. Al libro le siguió la película (en 2008), dirigida por Matteo Garrone, obteniendo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes, y en 2014 vio la luz la serie homónima.

Roberto Saviano ha estado involucrado en todos y cada uno de esos proyectos, y tras la publicación de La paranza dei bambini (2016), sobre las bandas de adolescentes en Nápoles, cuyos líderes son verdaderos capos de la mafia, lo natural era hacer la película; esta vez con la complicidad del realizador Claudio Giovannesi, este filme forma parte de la competición por el Oso de Oro de la Berlinale de este año.

Cuando Saviano finalmente sube al escenario de la Hau 1, en el marco de los eventos organizados por Talent Campus, agradece de pie una ovación que se siente sincera. Este hombre tiene rango de héroe para muchos, de traidor para otros, de estorbo para unos tantos. Durante la hora y media que duraría la clase magistral, sus escoltas personales no bajarían la guardia, apostados como centinelas lo suficientemente lejos para no ser vistos con facilidad, pero -temiendo lo peor- lo sobradamente cerca del escritor.

“Paradójicamente se me acusa de inspirar a actos criminales”, brinda testimonio pausadamente en italiano. “Se argumenta que aquello que se ve en las películas y en las series basadas en mis historias son una influencia para que la gente compre armas y se interese en formar parte del crimen organizado; es una acusación ridícula, pero a la vez muy interesante porque es una forma de intentar silenciarme”.

Las llamadas baby gangs, tema que toca La paranza dei bambini, está basada en hechos reales. Saviano pide proyectar un video realizado por uno de los integrantes de la banda, que lideraba un muchacho de apenas 19 años, asesinado por un grupo antagónico. El chico en cuestión inspiró al personaje de Nicola, el protagonista de La paranza dei bambini. El de la vida real dejó dos hijos pequeños y una mujer, para convertirse entre sus iguales en una leyenda.

“Cuando tienes 12 o 13 años y tomas la decisión de meterte en eso, no hay vuelta atrás”, sentencia y describe el perfil. “Son chicos que están dispuestos a morir jóvenes, como mucho llegan a los 20 años, eso sí, habiendo tenido una vida plena”. La plenitud de la vida viene dada por el dinero, el número de seguidores en las redes sociales, una esposa, hijos, dinero, poder, lujos, control del tráfico de droga.

“Quieren conseguir todo rápidamente, y esos deseos resultan de una ingenuidad abrumadora”, apunta Saviano. “Están convencidos de que el pasado es de los viejos, el futuro es de los nerds y el presente es de los reyes”. En este juego de la brevedad de la vida los reyes son ellos, los nuevos jefes de la mafia, y “me temo que ese no es un fenómeno único de Nápoles”, alerta el escritor, y su advertencia no es infundada, por lo que sostiene que ahora más que nunca es necesario tomar cartas en el asunto, a través de la educación, de crear oportunidades y alternativas y legalizando las drogas.

Saviano amenazado

Con la arremetida de la extrema derecha en el gobierno italiano, el futuro pinta una absoluta desolación. Matteo Salvini, el actual ministro del Interior de Italia, ha amenazado a Roberto Saviano de despojarle de la protección policial, alegando que es un lujo financiado por los contribuyentes; sin embargo, la lucha contra la mafia brilla por su ausencia en su discurso.

“No es un lujo vivir escoltado, es más bien una tragedia”, aclara Saviano, quien dice estar tranquilo, pese a que a otros colegas periodistas, quienes también han puesto en evidencia al crimen organizado, ya les llegó la orden de desamparo.

Mientras, Roberto Saviano se mantiene firme en continuar con sus pesquisas, en desmantelar a la mafia (la antigua, la nueva y las que se están gestando). Pero, ¿cómo logra recopilar sus informaciones si ni siquiera puede salir a la calle solo?

“Particularmente, durante los primeros años, tuve que vivir recluido, oculto”, relata. “Desde entonces han pasado 14 años, y aunque no tengo libertad de movimiento, me llegan muchas informaciones, propuestas de testimonios de gente que está en la cárcel, de sobrevivientes, así como también llegan a mis manos documentos y sentencias; de alguna manera mi situación actual me ha dado acceso a fuentes que me permiten trabajar con material real”.

Roberto Saviano no niega que su atracción hacia el mundo de la mafia está casi intacta. “Cuando era niño, acostumbraba ir a ver los cuerpos de las personas asesinadas, eso hacía que me sintiera adulto”, rememora.

Y se muestra consciente de que las historias de otros sobre la Cosa Nostra han desempeñado un papel importante en la construcción del ideario del espectador. “El cine de Francis Ford Coppola o Martin Scorsese ha creado un mito, ha retratado a la mafia como fascinante y glamorosa, pero mi rol como escritor es el de mostrar todas las contradicciones, las reglas económicas que dictaminan las acciones, como también lo que da asco. En mi opinión, sobre la mafia existen buenas y malas películas”.

A Roberto Saviano se le podría escuchar por horas, con su hablar pausado, hilando un análisis tras otro, desnudando las verdades. La próxima parada le espera, eso sí, bajo el ojo atento de sus silenciosos acompañantes, quienes cuidan que haya Saviano para mucho rato.

Por Janina Pérez

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