Rodrigo Prieto: “Pedro Páramo es el conflicto y el rencor destructivo que persiste”
Rodrigo Prieto, director de “Pedro Páramo”, habló en esta entrevista sobre la adaptación de Netflix de la obra de Juan Rulfo al cine, que se estrena el próximo 6 de noviembre.
Andrés Osorio Guillott
No deja de ser interesante la apuesta y el riesgo que asume Netflix de realizar adaptaciones de grandes obras literarias a series o películas. Antes del estreno de Cien años de soledad, la plataforma lanzará la próxima semana Pedro Páramo, la película con la que Rodrigo Prieto, cinefotógrafo, se estrenará como director.
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No deja de ser interesante la apuesta y el riesgo que asume Netflix de realizar adaptaciones de grandes obras literarias a series o películas. Antes del estreno de Cien años de soledad, la plataforma lanzará la próxima semana Pedro Páramo, la película con la que Rodrigo Prieto, cinefotógrafo, se estrenará como director.
Si de algo había certeza es que por ese lado la película no fallaría. El trabajo de Prieto lo conocemos por películas como Argo, El irlandés o Los asesinos de la luna, entre otras, pero en este caso, el mexicano se lanzó como director con una apuesta no menor, y es la de lograr una adaptación que le haga justicia a una de las obras literarias más importantes de Latinoamérica: Pedro Páramo.
Comala y la creación de una tierra condenada al olvido, al dolor y a los muertos vivientes. Ese mundo que se debate entre lo mágico y lo real, que halla en la vida de Juan Rulfo una relación cuando el autor volvió al pueblo de su infancia y lo encontró fantasmal, deshabitado.
Al ser una obra tan relevante, los análisis y lecturas resultan infinitas, pero como escribió Reina Roffé en “Un clásico de las letras mexicanas”, prólogo de Pedro Páramo en la edición de Austral, “el mayor punto de encuentro lo suscita su carácter de novela de la Revolución. La historia de aquellos que la historia no refleja y de una nación que ha sucumbido al desencanto por el fracaso de la utopía y la pervivencia del caciquismo”.
Un presente asediado por las culpas y los dolores heredados. Un tiempo atravesado por los traumas colectivos y un lugar como Comala en el que habitan los muertos convertidos en fantasmas que intentan darle la consciencia a un pueblo que nunca la tuvo. ¿Que si la película lo logra? El debate queda abierto, pero lo cierto es que Prieto quiso apegarse lo más posible a la estructura narrativa que propuso Rulfo el siglo pasado, sin dejar de lado lo mencionado por Roffé y sin desconocer, entre otras cosas, el hecho de que Juan Preciado recorre aquel famoso pueblo guiado por las palabras de su madre, reconociendo así la importancia de la figura femenina en esta obra literaria.
¿Por qué Rodrigo Prieto como lector se fijó tanto en Pedro Páramo, y por qué como director decide hacer una película sobre esta novela en su ópera prima?
Pues me atrajo mucho la novela desde que la leí, no sé qué edad tendría, pero estaba en la preparatoria, quizás unos 15 años. La interpreté de una forma muy distinta cuando la volví a leer en mis veintes. Mi primera atracción fue el misterio nocturno en el campo de México, en los pueblos, algo que siempre me llamó la atención. Desde niño he tenido una fascinación por los muertos, el miedo, el cine de terror y cómo se vive el miedo en México.
Más adelante, al releerla, empecé a descubrir a otros personajes y me atrajo el tema generacional, la figura de Pedro Páramo y Comala. Años después, estando en Oklahoma preparando Los Asesinos de la Luna, recibo una llamada de Stacy Persky diciéndome que Netflix había comprado los derechos de Pedro Páramo y buscaban director. Me atrajo mucho la idea de entrar al mundo rulfiano, aunque comprendía el riesgo en varios sentidos.
Claro, es una novela tan importante para la literatura latinoamericana que muchos pensarían, ¿por qué hacer otra adaptación? Pero tuve la oportunidad, y pensé: ¿por qué no? Fue algo que me atrajo explorar, y no me arrepiento; disfruté muchísimo el proceso.
Hablando del proceso, ¿cómo fue trabajar con los guionistas y la producción para diferenciar esta adaptación de las otras dos versiones que se hicieron hace más de 30 años?
Mi intención no fue hacer algo necesariamente distinto a lo que ya se había hecho, sino más bien tomar la novela como base e imaginarla, plasmar lo que más me mueve de los personajes y de la historia. Usamos una estructura experimental, compleja, que no es fácil de seguir ni siquiera para los lectores. Quería que la película fuera accesible para quienes no han leído a Rulfo o desconocen la historia de México, pero que aun así conectaran con los personajes.
Quise mantener la estructura caótica de Rulfo, sin hacer algo más confuso; quise retratar la cotidianidad de los personajes, como se vive en la novela, con sus toques surrealistas. Para mí fue usar el texto de Rulfo como una exploración personal, similar a montar una obra de teatro o una partitura, donde haces tu interpretación.
¿Cómo abordó el reto de plasmar eso que muchos llaman “realismo mágico” en la novela? ¿Qué representa Pedro Páramo para la literatura latinoamericana y para México específicamente?
Yo diría que Pedro Páramo es más surrealismo que realismo mágico. Hay momentos naturalistas donde, por ejemplo, cuando Juan Preciado llega a Comala, parece un pueblo abandonado; empieza a hablar con gente y, de pronto, descubre lo que descubre. No quise que fuera surrealista desde el inicio, sino costumbrista, hasta que todo se vuelve raro, y luego en una pesadilla visual y auditiva.
En la novela, Pedro Páramo y Juan Preciado están narrando desde la tumba, lo cual no podía replicar igual en la película. Quise conectar emocionalmente con los personajes y simplificar la narración, enfocándome solo en Juan Preciado y Dorotea. Fue un trabajo importante en la adaptación y con los actores.
Respecto al símbolo de Pedro Páramo, para mí representa al conquistador, o los encomenderos, aquellos descendientes de los conquistadores españoles que controlaban la tierra. Pedro Páramo es un descendiente de ellos, como lo fue Juan Rulfo. Este personaje simboliza el poder y el conflicto cultural entre indígenas y españoles, el rencor que perdura y su efecto destructivo, como dice el personaje de Agundio: Pedro Páramo es un rencor vivo, porque aunque ha muerto, su rencor sigue teniendo consecuencias. Para mí, eso es Pedro Páramo: ese conflicto y el rencor destructivo que persiste.
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