“La libertad del hombre consiste en nuestra capacidad para hacer una pausa, para elegir la respuesta hacia la que queremos lanzar nuestro peso”, decía Rollo May.
Foto: Dominio público
Y entonces May se interesó por la ansiedad, llegando a distinguir entre dos tipos: normal y neurótica. La primera, la consideró como una fuerza que “nos ayuda a ser frente ante una situación amenazante”, aquella que nos moviliza a la acción, mientras que la segunda tiene la capacidad de paralizarnos, provocando una pérdida de percepción entre lo real e imaginario. “La ansiedad es perder el mundo propio, ya que el “yo” y el “mundo” están siempre correlacionados, esto significa también perder el propio yo”.
Por Danelys Vega Cardozo
Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com
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