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Saber cuándo eliminar el arte

Antonio Caro, artista plástico, falleció este 29 de marzo en Bogotá. Presentamos un texto que recorre sus propuestas sobre las realidades sociales y políticas del país, y sus reflexiones sobre el arte.

María Paula  Lizarazo
29 de marzo de 2021 - 10:45 p. m.
En sus talleres, Antonio Caro no impartía teoría ni historia del arte. Puntualmente aclaraba: “Aquí no se va a hablar de arte”.
En sus talleres, Antonio Caro no impartía teoría ni historia del arte. Puntualmente aclaraba: “Aquí no se va a hablar de arte”.
Foto: Fernando Cano Busquets
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En los años setenta, en los salones de arte del país debatían los artistas nacionalistas, los modernos y los “novísimos modernos”, que luego serían llamados conceptuales.

El XXI Salón Nacional de Artistas vio la primera transgresión crítica de un joven que presentó una escultura en aguasal de la cabeza de Carlos Lleras Restrepo, que al contacto con el agua se derretía. Un año después, en 1971, ese joven se estaría retirando de la carrera de artes de la Universidad Nacional para desarrollar su obra de forma empirista.

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Aquel artista, Antonio Caro, nació en 1950 en Bogotá. Desde la década del setenta su obra se fue conformando como una mirada crítica a las condiciones sociales del país y a las situaciones que debían enfrentar los artistas, con trabajos como Sal (1971), Aquí no cabe el arte (1972), El imperialismo es un tigre de papel (1972), Aquí no hay caso (1974), Colombia-Marlboro (1975), Defienda su talento (1977), Todo está muy Caro (1978), Homenaje a Manuel Quintín Lame (1979), Proyecto 500 (1987), entre otras.

Aquí no cabe el arte fue un cartel que hizo con 16 cartulinas. En cada una pintó una letra de la frase principal en mayúscula, acompañándola con el nombre de un líder sindicalista, estudiantil o indígena asesinado por la persecución política del país, junto a la fecha y el lugar de la muerte; esto lo realizó con las materias más económicas y, pudiera ser, más democráticas: el papel y la letra, como un fuerte cuestionamiento al orden político.

Detrás de la obra Defienda su talento está la anécdota de la vez que Caro le dio una cachetada al crítico Germán Rubiano. “Quería escupirles a los curadores mientras me hablaban”, diría sobre esa oportunidad y en la ficha técnica de su obra plástica escribiría: “Defienda su Talento, 1977 - No se encontró foto del cachete de Rubiano”.

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Caro propuso asociaciones lingüísticas que jugaban con los significados y los significantes, como escribió en la ficha técnica referida o como lo hizo en su obra Todo está muy Caro, un grabado de xilografía que emula un papel de propaganda, en el que se refirió a sí mismo desde la tercera persona y a la situación económica del país en un lenguaje coloquial, con el que pretendía que el arte perdiera el glamour burgués y adoptara un contundente mensaje simple, pop y político; además, su apellido en la obra hizo referencia a esa nueva línea conceptual que estaba proponiendo y que entonces cuestionaba la noción del arte.

Carlos Hurtado, director de la galería Nueveochenta, afirmó para El Espectador que el valor de la obra de Caro se centra en “la contundencia de su trabajo, en cómo tenía la capacidad de encontrar el poder revolucionario de lo simple. Siempre buscó hacia dentro, hacia Colombia, sus denuncias a los temas de la minería, el uso del maíz en su obra tanto en piezas de orden escultórico con alambres como en todas las que tienen que ver con Todo está muy Caro, la firma de Quintín Lame, en fin”.

El mismo artista afirmó que “Si llegamos a Panamá, estamos bien. Si llegamos a México, magnífico. Si llegamos a París, pues estupendo. Pero nosotros debemos preocuparnos más bien (…) por lo que sucede entre nuestra obra y Malambo o Magangué. Sonar en Magangué debería ser más importante para uno que sonar en Nueva York”.

Sus últimas obras estuvieron relacionadas con el confinamiento. El 31 de octubre de 2020 realizó una acción artística en Casas Riegner, en Bogotá. Jabón bendito jabón, aparecía escrito (con jabón rey) en la ventana de la galería. Al lado, en la entrada, instaló agua y jabón para que las personas fueran a darle la mano, como un gesto para recuperar algo del contacto que el arte perdió con la gente en medio de la pandemia. Luego de Jabón bendito jabón, fue incluido en la colección del Museo de Arte Moderno de Bogotá con la propuesta Yo con yo. Hizo el boceto para la colección del Mambo y en el estudio Tangrama desarrollaron la pieza; en esta dejó a un lado sus tonos irónicos y propuso un mensaje introspectivo, relacionando su propia experiencia del encierro.

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Aunque la obra de Caro ha sido estudiada por su conceptualismo y la potencia visual que les dio a las palabras, en una entrevista con Lucas Ospina, profesor de la Universidad de los Andes, le confesó: “Yo prohíbo el término, el concepto, incluso la palabra “arte” en el taller. Yo echo el cuento de que voy a poner un recipiente, un vasito y que cada vez que una persona nombre la palabra “arte” o siquiera “artista” tiene que pagar una multa y cuando el vasito esté lleno de dinero con eso vamos a tomar una Coca-Cola o un tinto. Entonces de principio el concepto, la idea o el mundo llamado arte está proscrito del taller. Primero, como para que no me salga un artista más fuerte que yo y me casque, y segundo, porque el arte tiene algo de subjetivo y si le damos solo al “a mí me gusta”, uno como tallerista no puede hacer nada, o dice “a mí también” o se calla y se va. En cambio, si se puede lograr objetividad, por ejemplo, cuando en un ejercicio digo que la cantidad de blanco tiene que ser la misma de negro y si hay una duda se saca una reglita, se mide y ya. En aras de la objetividad se elimina el arte. No soy Platón, pero puede ir por ahí la cosa”.

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Andres(37251)30 de marzo de 2021 - 03:17 p. m.
EL bobo útil de la élite "artística", un consentido por lástima de la rosca pretenciosa que plagan todo de discurso a falta de talento.
Alberto(3788)30 de marzo de 2021 - 12:35 a. m.
Muy bueno, un revolucionario, un contestatario.
  • usucapion1000(15667)30 de marzo de 2021 - 04:47 a. m.
    Alberto, lo que seas, usted es un gran canalla. ANTONIO CARO fue un artista auténtico, un hombre correcto y lleno de bondad y un leal amigo lleno de amor por la humanidad que no le hizo nunca daño a nadie. ANTONIO TE RECORDAREMOS SIEMPRE, QUE EN PAZ DESCANCES, FUISTE UN SER LLENO DE LUZ. GRACIAS POR TODO LO QUE NOS DISTE Y NOS DEJASTE.
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