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Las fiestas de San Pedro en el Huila son sinónimo de arte e identidad. Los gestores culturales del departamento viven de la herencia artística de su tierra y de los oficios que sus antecesores dejaron como legado. Estas fiestas, en su origen y esencia, son la celebración de un pueblo rico en música, danza, diseño y artesanías. Aunque este año no hubo Festival ni Reinado Nacional, como se acostumbra, los municipios del departamento no dejaron de festejar. Ellos se sumaron a nuevas estrategias, impulsadas desde alcaldías e incluso desde la Gobernación, para resaltar las tradiciones y la riqueza folclórica del departamento.
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Es imposible agrupar en un par de páginas las más de 900 iniciativas culturales que existen en el Huila. Sin embargo, Fundación Baracoa, Artefique, Academia Huilense de Danzas Sonia Gómez, y Ana María Bernal, diseñadora del traje típico del sanjuanero, ofrecen un panorama global de los diferentes sectores que forman parte de la fiesta departamental. Después de todo, ellos están unidos por el latir de un mismo corazón opita.
La enseñanza y difusión de la música huilense y andina son los objetivos principales de Fundación Baracoa. Composiciones campesinas, sanjuanero, bambucos y guabinas marcan el ritmo de la labor del movimiento cultural, fundado en el municipio de Garzón. Unos 80 niños y jóvenes, desde los 5 hasta los 17 años, son educados en el gusto por la música de la región. Es precisamente San Pedro la época en la que ellos cuentan con un escenario amplio para la difusión de su trabajo artístico. John Emilio Montealegre, director de la fundación, cuenta que los integrantes de Baracoa han participado de los san pedritos, organizados por los colegios de municipios aledaños. El año pasado, por ejemplo, celebraron con cerca de 1800 estudiantes las fiestas departamentales. Sin embargo, el formato central de la fundación, el que se presenta en plazas centrales de La Plata, Pitalito, Garzón y Neiva, son Las Garzoneñas. Ellas, un grupo de 10 niñas, interpretan música campesina. Con tiples, guitarras y tamboras, instrumentos claves en la música huilense, han consolidado prestigio y buen nombre en la región. Siendo una de las agrupaciones que usualmente toca en los shows centrales durante las fiestas departamentales, este año la Gobernación del Huila las incluyó en la celebración virtual 60 horas de Huilensidad, maratón folclórica. En un video, las Garzoneñas interpretaron música campesina tradicional como El Estropajo, Homenaje a San Antonio y un mosaico del maestro Jorge Villamil. Su show fue transmitido en Facebook Live a través de la cuenta de la Secretaría de Cultura y Turismo del Huila, en el cierre de la celebración virtual, el lunes 29 de junio.
La Jagua, corregimiento de Garzón, se conoce como el pueblo de las brujas. Allí, Artefique, un colectivo de mujeres artesanas, lleva 30 años trabajando en la elaboración manual en fibra natural de fique. “Este es un oficio ancestral que nos lo enseñaron nuestros abuelos”, afirma Luz Marina Trujillo, vocera del colectivo. Morrales, roperos y aguardienteros fueron sus primeros productos, pero con el tiempo las mujeres artesanas ampliaron su catálogo. Bolsos y souvenirs, como escobas y brujas, pasaron a ser parte de su producción manual y de la apuesta por preservar un oficio de tradición. Con el punto de venta cerrado y los envíos cancelados, el colectivo ha tratado de dar a conocer su trabajo en diferentes escenarios: empezaron a usar Youtube y en el marco de las fiestas de San Pedro participaron en la edición número 58 del Reinado Popular de la Alegría y el Folclor, este año celebrado de forma virtual, a través de la cuenta en Facebook de la Alcaldía de Garzón. 22 candidatas de veredas y barrios participaron del certamen. Érika María Ortíz Trujillo, señorita Artefique, lució los accesorios elaborados por las 30 mujeres, esos mismos productos que llevaron al colectivo a ser reconocido como el mejor en tejeduría en la Feria de Maestros Artesanos en Neiva, en San Pedro del año pasado.
La ciudad de Neiva también vivió su propia celebración sanpedrina. Ana María Bernal y Sonia Gómez participaron del Festival Folclórico del Bambuco de la ciudad. La primera, como diseñadora del traje típico del sanjuanero para las candidatas al reinado popular de la ciudad, y la segunda como directora del ballet folclórico, una de las agrupaciones que hizo parte del Desfile folclórico popular virtual. El domingo 28 de junio, atravesando el monumento La Gaitana, el ballet folclórico acompañó a una de las candidatas del reinado popular de Neiva. El show fue transmitido por Facebook Live, a través de la cuenta oficial de la Alcaldía de la ciudad.
Bernal es la heredera de la confección del traje típico de las fiestas huilenses. Las Vanegas, como conocían a su abuela, mamá y tía, fueron las mujeres que hace 60 años se hicieron cargo de la elaboración de la falda del sanjuanero. Siendo una familia artística en la que la pintura y la confección fueron transmitidas de generación en generación, Bernal asumió desde hace 20 años la tarea que las mujeres de su familia iniciaron hace más de medio siglo. La falda del traje típico siempre ha sido en satín raso y la blusa ha mantenido el estilo de cuello bandeja y manga tres cuartos. El cambio se ha dado en los materiales: el encaje de la blusa dejó de ser en algodón y pasó a ser en poliéster, se adicionó brillo con lentejuelas y las flores troqueladas pasaron a ser el adorno de la falda. Lo más gratificante para la diseñadora es ver la sonrisa de niñas y mujeres cuando portan el traje. Eso, según ella, es el símbolo máximo de la huilensidad.
Por su parte, Sonia Gómez lleva 22 años trabajando en la enseñanza de danzas folclóricas del departamento del Huila. Allí los estudiantes aprenden a bailar sanjuanero, guabinas, pasillos, rumba opita y demás ritmos autóctonos de la región. Sus 10 años como bailarina en la Compañía Alfonso Vargas, la cercanía con Inés García de Durán, matrona cultural y creadora de los pasos del sanjuanero huilense, y su amor por la tierra opita, llevaron a Gómez a consolidar un estudio de ballet folclórico que ha graduado a 13 generaciones al ritmo de la música de Anselmo Durán, Álvaro Córdoba, Ulises Charry y Jorge Villamil, entre otros artistas del departamento. Su ballet folclórico ha llevado las danzas huilenses a escenarios nacionales e internacionales. “En solo dos minutos del baile del sanjuanero se producen un montón de expresiones y emociones. El traje, la música y el baile tienen ese efecto. Todos terminan enamorándose de nuestra tierra”, afirma.
Estos gestores culturales, como muchos otros, trabajan desde semana santa, día y noche, para tener listos sus productos culturales para las fiestas. El San Pedro, además de ser el escenario en el que sus apuestas culturales tienen mayor difusión y circulación, es parte del ADN que comparten todos como opitas. Su trabajo consiste en mantener vivas las tradiciones de su tierra y resistir para preservar la cultura de un mismo pueblo.