Sánchez Jr.:“En el mundo de la música todo es teórico”
Doom Bogotá, una empresa organizadora de eventos de música electrónica, cumplirá cinco años este 2024. Entre sus fundadores está este hombre que, además de aportar al desarrollo empresarial, hace música y enseña a crearla.
Samuel Sosa Velandia
Además de ser dj y productor, lidera la organización Doom, ¿por qué decidió convertirse en empresario?
Cuando iniciamos lo hicimos por el gusto de hacer algo propio y demostrar que podríamos llegar a ser los mejores, incluso que las cosas que estaban sucediendo en la escena. Siempre pensamos que podía ser algo grande, pero resultó siendo más de lo que esperábamos. Igual, lo supimos manejar y siempre he tenido en paralelo mi vida artística. Nunca la he abandonado. Fue algo que ocurrió muy naturalmente, porque di con un equipo que integran mis amigos y hermanos. Aquí siempre prima el amor y el trabajo riguroso.
Le sugerimos leer: Cami Vásquez: el rostro de una nueva generación musical.
¿Cómo ha sido crear una empresa en una escena que ha sido criticada por dinámicas ilegales?
Ha sido complicado: hay muchas trabas y muchos permisos costosos que se tienen que pagar. Gracias a la vida, mis socios: Freddy Quiroga y Jorge Esguerra, han tenido la capacidad de conseguir a las personas para desarrollar bien nuestros eventos. Y sí, hay muchos estigmas, pero si uno quiere puede hacer un evento legal y con los permisos necesarios.
Desde hace algunos años también incursionó en la docencia. ¿Qué lo motivó a enseñar a hacer música?
Mi necesidad de enseñar y de transmitir el conocimiento nunca tuvo una motivación económica. Invitaba a mi casa, a mis amigos de la universidad y a personas que no tenían ninguna idea sobre mezclar o sobre la música, y les explicaba. Ahí me di cuenta de que tenía la vocación de transmitir mi conocimiento y la oportunidad se materializó con el equipo de Ross Records, donde enseño toda la teoría que sé.
¿Cuál es la teoría que se aprende para ser dj?
En el mundo de la música todo es teórico. Muchas personas creen que esto se puede aprender de manera empírica, lo cual es cierto. Pero eso implica que se desconozcan las raíces de las cosas. Por ejemplo, cuando enseño acerca de los volúmenes, les explico el manejo de los equipos y la razón por la cual no pueden poner una canción que suena a cierto volumen y luego una que suene más bajo, o viceversa; también hablamos sobre los compases y el conteo, los procesos de masterización y toda la lógica detrás de la mezcla.
También puede leer: Hacer de las imágenes y la música una sola historia.
Hablemos de su carrera artística. ¿Cómo define su estilo musical?
Sánchez Jr. suena a una exploración de sonidos. Mi propuesta en los dj sets siempre es presentar diferentes estilos musicales dentro de mi gusto, es decir, tú nunca vas a escuchar un set mío donde haya un género, sino que apreciarás muchas cosas diferentes.
Es decir, ¿está de acuerdo con la fusión de sonidos electrónicos y otros géneros?
A mí me parece increíble. Genero dinámicas en mis sets para demostrar nuevas cosas, algunas que la gente no espera, y esa exploración me parece genial porque es disruptiva, crea una sensación y marca la diferencia. Además, es interesante porque deja ver que el dj se está tomando la tarea de hacer la fiesta. Mi propósito es mantener una dinámica y una expectativa.
Y de todas sus facetas, ¿cuál le gusta más?
Me encanta tocar, es para lo que nací y estoy hecho. Sin embargo, producir, hacer mi propia música, es lo que más me gusta. Poder mostrarle a la gente mi trabajo y sentir su energía es algo que no me puede faltar en la vida.
¿Cree que el ser productor hace que un dj encuentre más fácil su identidad?
Sí, definitivamente pienso que eso te genera otro tipo de construcción y de ver la mezcla. Produce un sentido de gusto, una especialidad, una esencia. Ser productor se vuelve una carta de presentación, porque es tu propio sonido. Por ejemplo, en Europa esto pesa mucho. De hecho, si no lo eres, dudan un poco de ti. Pero no quiero decir que sea algo que te detenga, solo que sí marca una diferencia.
Hablando de Europa, ¿tocar en este continente ha sido lo mejor en su carrera?
Eso se ha convertido en una utopía generalizada. Tocar en Europa es un gran logro, pero también he tocado en Bogotá, que es tremendo lugar, o en Quito, que es una escena pequeña, pero con una energía incomparable. Estar en ese continente no es lo mejor de mi carrera, no lo considero así. Para mí, lo más valioso es que la música me permite conocer diferentes lugares y personas.
¿Qué quiere del futuro para su carrera? ¿Quiere dejar algún legado?
Espero seguir adaptándome a las nuevas tendencias, pero manteniendo mi estilo y la alta calidad. Y si hablamos de legado, el más bonito va a ser el de ser profe: sé que en el futuro voy a ver tocando a quienes les he enseñado. Siempre me va a llenar ver todo el crecimiento de la gente y la escena.
Le recomendamos: Así es el éxtasis, la droga más consumida en fiestas de electrónica.
Si le interesan los temas culturales y quiere opinar sobre nuestro contenido y recibir más información, escríbanos al correo de la editora Laura Camila Arévalo Domínguez (larevalo@elespectador.com) o al de Andrés Osorio (aosorio@elespectador.com).
Además de ser dj y productor, lidera la organización Doom, ¿por qué decidió convertirse en empresario?
Cuando iniciamos lo hicimos por el gusto de hacer algo propio y demostrar que podríamos llegar a ser los mejores, incluso que las cosas que estaban sucediendo en la escena. Siempre pensamos que podía ser algo grande, pero resultó siendo más de lo que esperábamos. Igual, lo supimos manejar y siempre he tenido en paralelo mi vida artística. Nunca la he abandonado. Fue algo que ocurrió muy naturalmente, porque di con un equipo que integran mis amigos y hermanos. Aquí siempre prima el amor y el trabajo riguroso.
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¿Cómo ha sido crear una empresa en una escena que ha sido criticada por dinámicas ilegales?
Ha sido complicado: hay muchas trabas y muchos permisos costosos que se tienen que pagar. Gracias a la vida, mis socios: Freddy Quiroga y Jorge Esguerra, han tenido la capacidad de conseguir a las personas para desarrollar bien nuestros eventos. Y sí, hay muchos estigmas, pero si uno quiere puede hacer un evento legal y con los permisos necesarios.
Desde hace algunos años también incursionó en la docencia. ¿Qué lo motivó a enseñar a hacer música?
Mi necesidad de enseñar y de transmitir el conocimiento nunca tuvo una motivación económica. Invitaba a mi casa, a mis amigos de la universidad y a personas que no tenían ninguna idea sobre mezclar o sobre la música, y les explicaba. Ahí me di cuenta de que tenía la vocación de transmitir mi conocimiento y la oportunidad se materializó con el equipo de Ross Records, donde enseño toda la teoría que sé.
¿Cuál es la teoría que se aprende para ser dj?
En el mundo de la música todo es teórico. Muchas personas creen que esto se puede aprender de manera empírica, lo cual es cierto. Pero eso implica que se desconozcan las raíces de las cosas. Por ejemplo, cuando enseño acerca de los volúmenes, les explico el manejo de los equipos y la razón por la cual no pueden poner una canción que suena a cierto volumen y luego una que suene más bajo, o viceversa; también hablamos sobre los compases y el conteo, los procesos de masterización y toda la lógica detrás de la mezcla.
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Hablemos de su carrera artística. ¿Cómo define su estilo musical?
Sánchez Jr. suena a una exploración de sonidos. Mi propuesta en los dj sets siempre es presentar diferentes estilos musicales dentro de mi gusto, es decir, tú nunca vas a escuchar un set mío donde haya un género, sino que apreciarás muchas cosas diferentes.
Es decir, ¿está de acuerdo con la fusión de sonidos electrónicos y otros géneros?
A mí me parece increíble. Genero dinámicas en mis sets para demostrar nuevas cosas, algunas que la gente no espera, y esa exploración me parece genial porque es disruptiva, crea una sensación y marca la diferencia. Además, es interesante porque deja ver que el dj se está tomando la tarea de hacer la fiesta. Mi propósito es mantener una dinámica y una expectativa.
Y de todas sus facetas, ¿cuál le gusta más?
Me encanta tocar, es para lo que nací y estoy hecho. Sin embargo, producir, hacer mi propia música, es lo que más me gusta. Poder mostrarle a la gente mi trabajo y sentir su energía es algo que no me puede faltar en la vida.
¿Cree que el ser productor hace que un dj encuentre más fácil su identidad?
Sí, definitivamente pienso que eso te genera otro tipo de construcción y de ver la mezcla. Produce un sentido de gusto, una especialidad, una esencia. Ser productor se vuelve una carta de presentación, porque es tu propio sonido. Por ejemplo, en Europa esto pesa mucho. De hecho, si no lo eres, dudan un poco de ti. Pero no quiero decir que sea algo que te detenga, solo que sí marca una diferencia.
Hablando de Europa, ¿tocar en este continente ha sido lo mejor en su carrera?
Eso se ha convertido en una utopía generalizada. Tocar en Europa es un gran logro, pero también he tocado en Bogotá, que es tremendo lugar, o en Quito, que es una escena pequeña, pero con una energía incomparable. Estar en ese continente no es lo mejor de mi carrera, no lo considero así. Para mí, lo más valioso es que la música me permite conocer diferentes lugares y personas.
¿Qué quiere del futuro para su carrera? ¿Quiere dejar algún legado?
Espero seguir adaptándome a las nuevas tendencias, pero manteniendo mi estilo y la alta calidad. Y si hablamos de legado, el más bonito va a ser el de ser profe: sé que en el futuro voy a ver tocando a quienes les he enseñado. Siempre me va a llenar ver todo el crecimiento de la gente y la escena.
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