Selva Almada: “Hay más atención a la literatura latinoamericana”
La escritora argentina, que fue una de las finalistas del premio Booker Internacional, habló sobre la producción de libros en la región y la acogida internacional de estos manuscritos.
Pablo San Roman
La argentina Selva Almada pertenece a una nueva corriente de escritores latinoamericanos que se está dando a conocer a nivel internacional. “Hay más atención a nuestra literatura estos últimos años”, reconoce en Londres, en una entrevista.
La escritora entrerriana de 51 años viajó a la capital británica, donde estará hasta el domingo, al ser seleccionada para optar al Booker International Prize, un prestigioso premio literario británico, que ganó el martes la alemana Jenny Erpenbeck, con su libro Kairos.
Almada, finalista con la traducción al inglés de su libro No es un río, fue destacada por los organizadores del prestigioso premio como “una de las voces más poderosas de la literatura latinoamericana contemporánea y una de las intelectuales feministas más influyentes de la región”.
“Creo que en este momento la literatura latinoamericana está muy bien. Hay una variedad de autores, sobre todo de autoras mujeres, muy diversa, muy rica, con libros superinteresantes. Y también son autoras que, por suerte, son muy traducidas a distintas lenguas”, señaló. “Más allá del Booker, hay una atención a la literatura latinoamericana desde el resto del mundo estos últimos años, gracias a estos libros y a estas autoras”, añadió.
En varios idiomas
Las obras de Selva Almada han sido traducidas al francés, inglés, italiano, portugués, alemán, holandés, sueco, noruego y turco. “Cuando yo escribo un libro y lo publico en Argentina, su futuro siempre es bastante incierto. Así que el hecho de que se traduzca, que circule, que tenga nuevos lectores, para mí eso es una gran alegría. Y si eso además contribuye a difundir la literatura argentina y latinoamericana en el mundo, pues estoy doblemente feliz”, afirmó.
No es un río, seleccionada en Londres, es la tercera novela de la autora, después de El viento que arrasa y Ladrilleros, tras haber empezado en el mundo de la poesía con Mal de muñecas.
“Haber sido seleccionada es muy importante para mí personalmente como autora, pero también como parte de la literatura latinoamericana, porque es un premio que es muy importante para poner a los libros en circulación y para que los lectores miren un poco también hacia los autores latinoamericanos”, explicó la autora.
No es un río, que optaba al premio Booker puede considerarse el tercer capítulo de una trilogía de obras de Selva Almada, tras sus dos anteriores novelas, en la que explora el mundo de los hombres, centrándose en los vínculos afectivos que se suelen entablar entre ellos, como los sentimientos y la violencia.
Temática sobre el mundo de los varones
“Las tres novelas tienen como protagonistas a varones y se indagan las diferentes maneras de relacionarse que tienen los varones. Las relaciones entre padres e hijos, entre amigos, entre amantes. Es un universo bastante atravesado por la masculinidad y por la misoginia”, relató la autora.
“Me da bastante curiosidad el mundo de los varones y sobre todo imaginar posibilidades de por qué actúan como actúan. Sobre todo pensando en que nuestro continente está muy atravesado por el machismo. Trato de desentrañar en las novelas y en la ficción cómo funciona un poco ese aparato”, señaló.
En el 2021, colaboró junto al director argentino Maximiliano Schonfeld en el guion de la película Jesús López y fue finalista del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, también con No es un río, que ganaría en 2023, en Roma, el premio ‘IILA-Letteratura’.
“Yo lo único que busco con la escritura es seguir escribiendo. A mí me divierte mucho escribir. Cada vez que empiezo un libro nuevo es como una especie de abismo al que me asomo. Me gusta mucho ese estado. Y después, bueno, celebro que también haya lectores que se interesen por esos libros”, afirmó.
“El intercambio que después sucede con esos lectores me resulta muy interesante, muy rico. Me interesa una literatura que entretenga. Soy desde niña muy lectora y le debo a los libros abrirme puertas a mundos desconocidos. Si eso también le pasa a alguien con mi literatura, creo que está hecho el trabajo”, concluyó.
La argentina Selva Almada pertenece a una nueva corriente de escritores latinoamericanos que se está dando a conocer a nivel internacional. “Hay más atención a nuestra literatura estos últimos años”, reconoce en Londres, en una entrevista.
La escritora entrerriana de 51 años viajó a la capital británica, donde estará hasta el domingo, al ser seleccionada para optar al Booker International Prize, un prestigioso premio literario británico, que ganó el martes la alemana Jenny Erpenbeck, con su libro Kairos.
Almada, finalista con la traducción al inglés de su libro No es un río, fue destacada por los organizadores del prestigioso premio como “una de las voces más poderosas de la literatura latinoamericana contemporánea y una de las intelectuales feministas más influyentes de la región”.
“Creo que en este momento la literatura latinoamericana está muy bien. Hay una variedad de autores, sobre todo de autoras mujeres, muy diversa, muy rica, con libros superinteresantes. Y también son autoras que, por suerte, son muy traducidas a distintas lenguas”, señaló. “Más allá del Booker, hay una atención a la literatura latinoamericana desde el resto del mundo estos últimos años, gracias a estos libros y a estas autoras”, añadió.
En varios idiomas
Las obras de Selva Almada han sido traducidas al francés, inglés, italiano, portugués, alemán, holandés, sueco, noruego y turco. “Cuando yo escribo un libro y lo publico en Argentina, su futuro siempre es bastante incierto. Así que el hecho de que se traduzca, que circule, que tenga nuevos lectores, para mí eso es una gran alegría. Y si eso además contribuye a difundir la literatura argentina y latinoamericana en el mundo, pues estoy doblemente feliz”, afirmó.
No es un río, seleccionada en Londres, es la tercera novela de la autora, después de El viento que arrasa y Ladrilleros, tras haber empezado en el mundo de la poesía con Mal de muñecas.
“Haber sido seleccionada es muy importante para mí personalmente como autora, pero también como parte de la literatura latinoamericana, porque es un premio que es muy importante para poner a los libros en circulación y para que los lectores miren un poco también hacia los autores latinoamericanos”, explicó la autora.
No es un río, que optaba al premio Booker puede considerarse el tercer capítulo de una trilogía de obras de Selva Almada, tras sus dos anteriores novelas, en la que explora el mundo de los hombres, centrándose en los vínculos afectivos que se suelen entablar entre ellos, como los sentimientos y la violencia.
Temática sobre el mundo de los varones
“Las tres novelas tienen como protagonistas a varones y se indagan las diferentes maneras de relacionarse que tienen los varones. Las relaciones entre padres e hijos, entre amigos, entre amantes. Es un universo bastante atravesado por la masculinidad y por la misoginia”, relató la autora.
“Me da bastante curiosidad el mundo de los varones y sobre todo imaginar posibilidades de por qué actúan como actúan. Sobre todo pensando en que nuestro continente está muy atravesado por el machismo. Trato de desentrañar en las novelas y en la ficción cómo funciona un poco ese aparato”, señaló.
En el 2021, colaboró junto al director argentino Maximiliano Schonfeld en el guion de la película Jesús López y fue finalista del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, también con No es un río, que ganaría en 2023, en Roma, el premio ‘IILA-Letteratura’.
“Yo lo único que busco con la escritura es seguir escribiendo. A mí me divierte mucho escribir. Cada vez que empiezo un libro nuevo es como una especie de abismo al que me asomo. Me gusta mucho ese estado. Y después, bueno, celebro que también haya lectores que se interesen por esos libros”, afirmó.
“El intercambio que después sucede con esos lectores me resulta muy interesante, muy rico. Me interesa una literatura que entretenga. Soy desde niña muy lectora y le debo a los libros abrirme puertas a mundos desconocidos. Si eso también le pasa a alguien con mi literatura, creo que está hecho el trabajo”, concluyó.