‘Si las normas técnicas no transforman la cultura y no llegan al ser humano, nada hacemos’
El 10 de mayo Icontec, la empresa que promueve las normas técnicas y verifica que las organizaciones cumplan los requisitos definidos en ellas, festeja el aniversario número 60. Entrevista con Roberto Enrique Montoya, su director ejecutivo.
La misión de Icontec es “contribuir a la competitividad y al desarrollo sostenible de las organizaciones”. ¿Qué han hecho en estos 60 años para que esto se cumpla?
Desde que fue creada Icontec, como entidad privada sin ánimo de lucro por un grupo de empresarios y gremios, se vio la importancia que tenía para Colombia y sus empresas el factor calidad en sus productos y procesos como un elemento fundamental para asegurar la productividad y competitividad que requieren las organizaciones para salir a los mercados internacionales sin que medie ninguna diferencia con algún producto o servicio desarrollado en otros países. A través de las normas técnicas y certificaciones, hemos contribuido mediante la promoción de la calidad a lograr empresas mucho más productivas y sostenibles, y un país más competitivo.
¿En qué nos beneficia como país y sociedad que las empresas sean más sostenibles?
Hoy en día, cuando uno habla de desarrollo sostenible, inmediatamente, llamas a variables fundamentales que el mundo entero y la sociedad reclaman a los individuos y organizaciones: un actuar coherente y consciente en materia de protección del medio ambiente; de contribución a mitigar este cambio climático que estamos viviendo y que cada vez es más severo y tiene impactos irreversibles. También, hay un desafío para las organizaciones en cuanto a las nuevas reivindicaciones en materia social: equidad de género, no discriminación e inclusión. En la actualidad, no basta con que una empresa tenga un producto o servicio altamente de calidad, si no muestra con hechos concretos su compromiso con el medio ambiente en materia de responsabilidad social y de gobierno corporativo como herramienta fundamental para mitigar los riesgos de corrupción, falta de transparencia, pérdida de valores y comportamientos que van en contra de la ética empresarial.
Pero ¿qué acciones han tomado en Icontec para contribuir a mitigar el cambio climático?
Uno no puede pretender que alguien haga una cosa, si uno no da ejemplo; creo que esa es la mejor forma de impactar. Nosotros como organización tenemos estándares, certificaciones que dan cuenta de ese compromiso en materia de calidad y responsabilidad con el medio ambiente y los empleados, ofreciéndoles las mejores condiciones no solo en términos salariales, sino de calidad de vida. Por eso, estamos certificados, por ejemplo, como empresa familiarmente responsable. Entonces, en todo nuestro quehacer tratamos de implementar lo que queremos que hagan las empresas.
Le invitamos a leer: Legado cultural de Nobel Octavio Paz ve la luz 25 años después de su muerte
A través del Decreto 767 de 1964, fueron designados por el Gobierno como Organismo Nacional de Normalización. ¿Cómo ayuda la normalización a defender los intereses de los proveedores y consumidores?
Cuando una empresa estandariza sus procesos o busca que todo lo que hace se realice de la mejor manera en todas las ocasiones, lo que está logrando es que el producto sea confiable; es decir, que quien lo reciba tenga la tranquilidad de que detrás hay una empresa que realmente tiene una organización, unos procesos de fabricación y unos servicios que responden a las mejores prácticas internacionales. Eso nos beneficia a todos porque es generación de empleos, ingresos para el país y desarrollo.
Uno de los servicios que ofrecen es la Evaluación de la Conformidad, un certificado que respalda que una organización, producto o servicio cumple con los requisitos definidos en normas técnicas. ¿Qué tienen en cuenta en el proceso de auditoria para otorgar esta certificación?
Esas son las dos actividades principales de Icontec: promover las normas técnicas para que las organizaciones se convenzan del valor que tienen y del beneficio que les da implementarlas, y verificar que esa cultura de normalización sea realmente evidente en la compañía a través de un proceso de auditoría, lo que se denomina técnicamente Evaluación de la Conformidad y, coloquialmente, como certificaciones. Lo que hace Icontec, a través de sus auditores y unos procedimientos que son estándares en el mundo, es evaluar paso a paso el cumplimiento de la implementación de los requisitos que establece la nómina. No es simplemente una lista de chequeo, sino la verificación de que día a día eso se vive en la organización, que hace parte de su operación.
Desde 2004, vienen operando el Sistema Único de Acreditación en Salud. Uno de los ejes de esta acreditación es la “existencia de políticas y programas dirigidos a la humanización de la atención que tengan en cuenta la dignidad del ser humano”. ¿Por qué?
Si bien las normas técnicas suenan a algo relacionado con números o ingenierías, si no transforman la cultura y no llegan al ser humano, nada hacemos. Nuestra principal preocupación está en que la gente entienda, reconozca y se convenza, de que estas normas los hacen mejores personas y organizaciones. El centro de lo que hacemos está en la gente, porque si uno no trabaja en el ser humano y en lo que es, difícilmente podríamos llegar con las normas técnicas, pues se convierten en un saludo a la bandera o en algo que, al final de cuentas, no transforma la cultura.
Le recomendamos leer: Luz Castillo: “Cuando una mamá pierde a un hijo, siente que la vida queda en gris”
La misión de Icontec es “contribuir a la competitividad y al desarrollo sostenible de las organizaciones”. ¿Qué han hecho en estos 60 años para que esto se cumpla?
Desde que fue creada Icontec, como entidad privada sin ánimo de lucro por un grupo de empresarios y gremios, se vio la importancia que tenía para Colombia y sus empresas el factor calidad en sus productos y procesos como un elemento fundamental para asegurar la productividad y competitividad que requieren las organizaciones para salir a los mercados internacionales sin que medie ninguna diferencia con algún producto o servicio desarrollado en otros países. A través de las normas técnicas y certificaciones, hemos contribuido mediante la promoción de la calidad a lograr empresas mucho más productivas y sostenibles, y un país más competitivo.
¿En qué nos beneficia como país y sociedad que las empresas sean más sostenibles?
Hoy en día, cuando uno habla de desarrollo sostenible, inmediatamente, llamas a variables fundamentales que el mundo entero y la sociedad reclaman a los individuos y organizaciones: un actuar coherente y consciente en materia de protección del medio ambiente; de contribución a mitigar este cambio climático que estamos viviendo y que cada vez es más severo y tiene impactos irreversibles. También, hay un desafío para las organizaciones en cuanto a las nuevas reivindicaciones en materia social: equidad de género, no discriminación e inclusión. En la actualidad, no basta con que una empresa tenga un producto o servicio altamente de calidad, si no muestra con hechos concretos su compromiso con el medio ambiente en materia de responsabilidad social y de gobierno corporativo como herramienta fundamental para mitigar los riesgos de corrupción, falta de transparencia, pérdida de valores y comportamientos que van en contra de la ética empresarial.
Pero ¿qué acciones han tomado en Icontec para contribuir a mitigar el cambio climático?
Uno no puede pretender que alguien haga una cosa, si uno no da ejemplo; creo que esa es la mejor forma de impactar. Nosotros como organización tenemos estándares, certificaciones que dan cuenta de ese compromiso en materia de calidad y responsabilidad con el medio ambiente y los empleados, ofreciéndoles las mejores condiciones no solo en términos salariales, sino de calidad de vida. Por eso, estamos certificados, por ejemplo, como empresa familiarmente responsable. Entonces, en todo nuestro quehacer tratamos de implementar lo que queremos que hagan las empresas.
Le invitamos a leer: Legado cultural de Nobel Octavio Paz ve la luz 25 años después de su muerte
A través del Decreto 767 de 1964, fueron designados por el Gobierno como Organismo Nacional de Normalización. ¿Cómo ayuda la normalización a defender los intereses de los proveedores y consumidores?
Cuando una empresa estandariza sus procesos o busca que todo lo que hace se realice de la mejor manera en todas las ocasiones, lo que está logrando es que el producto sea confiable; es decir, que quien lo reciba tenga la tranquilidad de que detrás hay una empresa que realmente tiene una organización, unos procesos de fabricación y unos servicios que responden a las mejores prácticas internacionales. Eso nos beneficia a todos porque es generación de empleos, ingresos para el país y desarrollo.
Uno de los servicios que ofrecen es la Evaluación de la Conformidad, un certificado que respalda que una organización, producto o servicio cumple con los requisitos definidos en normas técnicas. ¿Qué tienen en cuenta en el proceso de auditoria para otorgar esta certificación?
Esas son las dos actividades principales de Icontec: promover las normas técnicas para que las organizaciones se convenzan del valor que tienen y del beneficio que les da implementarlas, y verificar que esa cultura de normalización sea realmente evidente en la compañía a través de un proceso de auditoría, lo que se denomina técnicamente Evaluación de la Conformidad y, coloquialmente, como certificaciones. Lo que hace Icontec, a través de sus auditores y unos procedimientos que son estándares en el mundo, es evaluar paso a paso el cumplimiento de la implementación de los requisitos que establece la nómina. No es simplemente una lista de chequeo, sino la verificación de que día a día eso se vive en la organización, que hace parte de su operación.
Desde 2004, vienen operando el Sistema Único de Acreditación en Salud. Uno de los ejes de esta acreditación es la “existencia de políticas y programas dirigidos a la humanización de la atención que tengan en cuenta la dignidad del ser humano”. ¿Por qué?
Si bien las normas técnicas suenan a algo relacionado con números o ingenierías, si no transforman la cultura y no llegan al ser humano, nada hacemos. Nuestra principal preocupación está en que la gente entienda, reconozca y se convenza, de que estas normas los hacen mejores personas y organizaciones. El centro de lo que hacemos está en la gente, porque si uno no trabaja en el ser humano y en lo que es, difícilmente podríamos llegar con las normas técnicas, pues se convierten en un saludo a la bandera o en algo que, al final de cuentas, no transforma la cultura.
Le recomendamos leer: Luz Castillo: “Cuando una mamá pierde a un hijo, siente que la vida queda en gris”