Siloé, 200 días después del estallido social: de las balas al arte
Doscientos días después del estallido social más grande de la historia reciente de Colombia, El Espectador hizo un recorrido por Siloé, una de las comunas más golpeadas por la violencia en el marco del paro nacional. Aunque aún se lloran los muertos y se exige justicia, el arte sigue siendo una forma de resistencia.
Joseph Casañas Angulo
Caminamos por Siloé, la Comuna 20 de Cali. En el mismo sector en el que hoy Supera-A, Zeta y Sam hacen freestyle (rap), hace siete meses, en el momento más crispado del paro nacional, *Andrés Mancera, un vecino de los freestylers, recibió en el cuello el impacto de una bala disparada por el cañón de un miembro del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), que le quemó la piel. Mientras nos cuenta la historia de la vida que pendió de un hilo, nos tomamos un frappé de maracuyá que él mismo preparó. “Tengo ganas de estudiar Gastronomía para aprender a hacer cosas más poderosas. Lo que he aprendido me lo enseñó un parcero del barrio que es cocinero. La próxima lo invito a probar un aperitivo que tiene viche”, me dice.
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Caminamos por Siloé, la Comuna 20 de Cali. En el mismo sector en el que hoy Supera-A, Zeta y Sam hacen freestyle (rap), hace siete meses, en el momento más crispado del paro nacional, *Andrés Mancera, un vecino de los freestylers, recibió en el cuello el impacto de una bala disparada por el cañón de un miembro del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), que le quemó la piel. Mientras nos cuenta la historia de la vida que pendió de un hilo, nos tomamos un frappé de maracuyá que él mismo preparó. “Tengo ganas de estudiar Gastronomía para aprender a hacer cosas más poderosas. Lo que he aprendido me lo enseñó un parcero del barrio que es cocinero. La próxima lo invito a probar un aperitivo que tiene viche”, me dice.
Sigamos. Robin Cris, caleño de 22 años, baila breakdance y salsa choke en una plazoleta desde la que se divisa todo Cali. En uno de los muros del lugar y escrito con letras gigantes se lee “Siloé es vida”. Una paradoja. Hace meses en esa comuna los muertos engrosaban las cifras de víctimas de una ciudad cuyo estallido social se convirtió en el testimonio más estremecedor de un país convulsionado. Al menos once habitantes de esta localidad fueron asesinados durante las manifestaciones. Según cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo para la Paz (Indepaz), en todo Cali fueron ultimadas 45 personas en el marco del paro.Cae la tarde. Subimos unas escaleras y doblamos la esquina para desembocar por un callejón angosto cercano a la estación Tierra Blanca del MIO Cable. Lo llaman el Callejón del Arte. Tres jóvenes de un grupo folclórico de la Comuna 20 tocan, cantan y bailan “Farolitos en el cielo”, la canción de Gloria Estefan. Allí tampoco tienen ganas de darle mucha vida a noviembre. Diciembre se espera con ansiedad.
A unas cuadras, José David Tulande Ariza dirige una clase de salsa inesperada. “Cali pachanguero” suena a todo taco en Siloé y sus callecitas desde allí y como dice la canción del Grupo Niche, “al fondo mi Valle en risa todito se divisa”.
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El vigilante de la Biblioteca Pública Municipal de Tierra Blanca, la vendedera de arepas, el vendedor de aguacates, la bibliotecaria, los niños que patean un balón de fútbol y cuanto vecino va pasando por allí se suman al flashmob salsero. En marzo de este año esa escena, a esa hora de la tarde, resultaba imposible. Cuando el sol se ocultaba los gases lacrimógenos, las balas y los soldados protagonizaban batallas campales sin cuartel.Para llegar hasta allí y luego de pasar por la Terminal Cañaveralejo, hay que abordar el MIO Cable en la estación Unidad Deportiva, en el oriente de Cali. El pasaje cuesta $2.200. Tres estaciones de ese sistema de transporte forman parte del recorrido turístico y cultural con el que los habitantes de la comuna 20 pretenden una revolución. Una que, aunque es gigante, aún no tiene los reflectores de los medios de comunicación encima: transformar el territorio con la ayuda de la cultura.
En la estación Tierra Blanca se presenta una exposición sobre la historia de la salsa con material fotográfico de Jairo Varela y su Grupo Niche, Roberto Roena, los Hermanos Lebrón y Guayacán, entre otros.
En la estación Lleras Camargo, una veintena de fotografías de aves de todos los tamaños, formas y colores le recuerdan al visitante que Cali no es Cali solo por la salsa, sino que también es un destino para el avistamiento de aves. Solo en el Valle del Cauca existen tantas especies de aves como las que habitan en Estados Unidos, que es un territorio mil veces más grande. En esta región se han logrado identificar aproximadamente 900 especies y Cali tiene 561. El Valle del Cauca, en general, tiene el 10 % de las especies de aves del mundo, según cifras de la Feria de las Aves Colombia BirdFair.
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No se trata de romantizar nada. La capital del Valle del Cauca, en general, y Siloé, en particular, siguen siendo, en muchos aspectos, el reflejo del azote de una crisis social histórica que el Estado no logra subsanar. El más reciente informe del Departamento Nacional de Estadística (DANE) deja ver que Cali, con un 12,6 %, es la tercera ciudad con mayor tasa de desempleo del país; solo la superan Medellín (14,5 %) y Bogotá (13,2 %). La crisis generada por el COVID-19 presenta números alarmantes. El DANE, mediante su informe de pobreza monetaria, mercado laboral y Producto Interno Bruto (PIB), reveló que mientras en 2019 el total de caleños caracterizados en pobreza monetaria eran 558.360, en 2020 ese número subió a 934.350.Pese al complejo panorama, Miguel Ángel Tabares, líder social de la comuna y creador de Siloes Tours, ha optado por ver el vaso medio lleno. “Después de un año tan complejo, es lo que corresponde. Del caos resultan cosas buenas. Resulta la belleza”, dice el joven que dirige algunas de las rutas turísticas por esa zona de la capital vallecaucana.
“Hace un año y medio habíamos organizado unas rutas turísticas, pero llegaron las lluvias, la pandemia, el estallido social y por ese motivo no se pudo avanzar como queríamos. Con la reactivación de los diferentes sectores vemos que esta idea tiene mucho potencial”.Tabares, quien inició su proceso social como bibliotecario en la Biblioteca Pública Municipal de Tierra Blanca —una de las dos funcionan en Siloé—, cuenta que las casas de los libros han servido de lugares de encuentro para estructurar los proyectos artísticos que empiezan a ser parte del panorama del oriente de la ciudad.
“En este circuito pareciera que el punto central es la Biblioteca Pública Municipal de Tierra Blanca. Desde allí parte el recorrido que incluye el paso por el Callejón del Arte, un lugar creado para que las comunidades indígenas, población con discapacidad, adultos mayores, jóvenes emprendedores, raperos, pintores, escultores, grupos de salsa y en general toda la población de artistas de Siloé exhiba su talento”.
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Parte del circuito cultural en Siloé está inspirado en lo que se ha venido haciendo en la Comuna 13 de Medellín en los últimos años. Ambos territorios tienen en común un lastre de la violencia, del abandono del Estado y de estigmatización. Por esa razón, la Secretaría de Turismo de Cali, que se ha venido sumando a los proyectos que ya venían en marcha, en octubre pasado llevó hasta Siloé a Dayro Hidalgo, también conocido como Kabala, un líder social y cultural de la Comuna 13 de Medellín que ha gestionado iniciativas en torno al grafiti y el hip hop en la capital antioqueña.
Durante la inauguración de “Turismo al Barrio”, una iniciativa que pretende resignificar espacios que históricamente han sido marcados por la violencia en la capital del Valle del Cauca, Kabala compartió su experiencia en una charla dirigida por Stefanía Doglioni, secretaria de Turismo de la ciudad.
“Es muy importante que la administración reconozca los potenciales que tiene el territorio; además de la formación y el crecimiento, es necesario hablar de un desarrollo social, cultural y económico a través del turismo comunitario. Lo que tienen es una mina de oro. El ejercicio histórico que hay dentro es impresionante. Recorriendo las calles, pudimos encontrar una serie de espacios e historias que conectan y eso puede enviar un mensaje poderoso para todo el país”, dice.
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El arte por el arte es la esencia de las iniciativas que desde la ladera caleña se proyectan; sin embargo, de acuerdo con la experiencia que Kabala ha tenido en Medellín, en un punto la integración con la Alcaldía es necesaria para la amplificación de las ideas. Uno de los retos que ha tenido el Distrito en esta zona de la ciudad ha sido generar la confianza necesaria con los colectivos.
“Ha sido fundamental respetar los procesos que la ciudadanía ya venía adelantando. No llegamos a trabajar de cero. Lo que hemos hecho es impulsar y depurar las ideas iniciales y fortalecerlas con ayuda técnica”.
Según la funcionaria, para la primera etapa del proyecto se invirtieron $220.000 para capacitar de las líderes en turismo comunitario, estructurar las rutas y conceptualizar los recorridos: naturaleza, cultura, deporte y resistencia-resiliencia.
“A veces las comunidades no creen tanto en la institucionalidad porque piensan que vamos a hacer política. A medida que nos han permitido el acercamiento, hemos ido comunicando los objetivos. Es un proceso constante. Aún no me gané toda su confianza, es paso a paso. Todo el tiempo estamos en prueba. Esto es un proceso que va más allá de los momentos políticos”.A los jóvenes también se les ha hecho un llamado para buscar que en un punto sus proyectos artísticos sean autosostenibles, y así no dependan de X o Y administración. “Esa es una carrera contra el reloj, pero con nuestra presencia o sin ella la idea es que los proyectos se consoliden”.Allá arriba hay esperanza. Hay ganas. Hay fuerza, pese a la histórica desconfianza marcada por los incumplimientos del Estado y, sin embargo, Miguel Ángel Tabares sigue viendo el vaso medio lleno.
“No quiero que haga el tour o visite la comunidad pensando en que somos pobrecitos; no. La gente se va a encontrar con unos proyectos artísticos hechos por gente talentosa y trabajadora. El arte y la cultura fortalecerán estos tiempos y los que vienen”.
*La identidad de esta fuente fue reservada por razones de seguridad e intimidad.