La obra de Gustav Klimt, en el que retrató a Adele Bloch-Bauer quien figura en varias de sus pinturas, fue robada por los nazis y luego de un litigio de siete años fue devuelta a los sobrinos de la modelo.
Foto: Wikipedia
Una joven mujer mira al espectador desde su silla, que, debido al color dorado que inunda su alrededor, se asemeja más a un trono. Sus son rojizos, sus mejillas, rosadas. Su cuello y antebrazos los adorna fina pedrería. El oro de su vestido se funde con todo aquello que no es parte de su cuerpo. Es innegablemente una obra de Gustav Klimt, comparte incluso muchas características con otra de las piezas más célebres del artista austriaco, El beso: los detalles en figuras geométricas, el uso del metal precioso. Se trata del Retrato de...
Por Daniela Cristancho
Periodista y politóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en resolución de conflictos e investigación para la paz.@danielacsidcristancho@elespectador.com
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