Carlos Valencia y Samantha AGudelo interpretaron los papeles de Andrés y Laura y "Ruido Blanco".
Foto: Pablo Restrepo
Podría pensarse que es, simplemente, la recreación de uno de los estereotipos con los que han cargado las mujeres (los hombres han cargado con los suyos): la esposa neurótica que se levantó con ganas de pelear. Sus gestos son duros, le clava el tenedor con violencia a una manzana picada que, además, se come con disgusto. Mira fijamente a su esposo, pero en sus ojos, además de un fastidio visible, hay un desconcierto profundo que intenta calmar con preguntas que, para su pareja, son absurdas.
Por Laura Camila Arévalo Domínguez
Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
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