Sobre Jared Leto, el Joker y los riesgos (El juego del Joker)
La interpretación de Jared Leto como el Joker en la película "Suicide Squad", fue calificada como la peor que se ha hecho de este personaje. Aquí un texto sobre la preparación de su papel, lo que dijo la crítica del resultado y los argumentos con los que el actor se defendió.
Laura Camila Arévalo
Dicen que el Joker es de los personajes más tóxicos. Si su desarrollo en cada película es perturbador, incómodo y atractivo, el trabajo que hay detrás, el que prepara cada actor que lo ha tenido a su cargo, seguramente fue mucho más obsesivo, tortuoso y desafiante. Jared Leto lo asumió para la película Suicide Squad, para la que dijo que no encontró otra forma de interpretar a este payaso: tuvo que clavarse en su gusto por la violencia y comenzó a ser parte de sus juegos psicológicos. “Para meterme en el personaje leí literatura sobre chamanes y me quedé solo sentado durante largas noches escuchando música Gospel de los años 20. Siempre he tenido la impresión de que el Joker es mucho más viejo de lo la gente cree. Es algo distinto, así que si no rompes las reglas no abrirás nuevos caminos”, dijo Leto en una entrevista que le dio al portal La casa de El.
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Dicen que el Joker es de los personajes más tóxicos. Si su desarrollo en cada película es perturbador, incómodo y atractivo, el trabajo que hay detrás, el que prepara cada actor que lo ha tenido a su cargo, seguramente fue mucho más obsesivo, tortuoso y desafiante. Jared Leto lo asumió para la película Suicide Squad, para la que dijo que no encontró otra forma de interpretar a este payaso: tuvo que clavarse en su gusto por la violencia y comenzó a ser parte de sus juegos psicológicos. “Para meterme en el personaje leí literatura sobre chamanes y me quedé solo sentado durante largas noches escuchando música Gospel de los años 20. Siempre he tenido la impresión de que el Joker es mucho más viejo de lo la gente cree. Es algo distinto, así que si no rompes las reglas no abrirás nuevos caminos”, dijo Leto en una entrevista que le dio al portal La casa de El.
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Sus entrevistas con psiquiatras y psicópatas y su comportamiento posterior durante el rodaje, en el que, por ejemplo, le mandó regalos a sus compañeros que contenían ratas vivas o cabezas de cerdos, fueron algunas de esas reglas que rompió para este Guasón que planeó distinto, y que, efectivamente, lo fue. Los riesgos que tomó para diferenciarse de los villanos que ya habían interpretado Jack Nicholson y Heath Ledger, sí lo distanciaron de estas legendarias interpretaciones que, además, le agregaron peso a su espalda y presión, mucha presión. Leto, antes de que se estrenara la película, tenía a todos los seguidores del Joker expectantes. El trabajo de marketing que le hicieron a Suicide Squad convenció a la audiencia de que en esta película el payaso sería determinante, y, además, sería una revolución de lo que ya se había visto. Cuando se estrenó, el golpe fue mortal.
¿Qué habrá sido más doloroso? La preparación a la que se sometió Leto para su papel, o el resultado de un filme que, según él, ofendió y traicionó su trabajo. Después de verla, la crítica y los espectadores se cruzaron de la decepción a la indignación. Dijeron que en las escasas escenas en las que se vio este Joker, se mostró un payaso vanidoso, lleno de tatuajes sin contenido, superficial y aunque malvado, mediocre. Dijeron que Leto había desperdiciado un personaje inteligente y profundo, para convertirlo en un millenial adinerado y pomposo que además de ridículo por la elección de su maquillaje, pronunció unas lánguidas líneas sin humor ni encanto. Lo fulminaron.
“¿Hubo alguna escena que no fuera cortada? Te lo pregunto, ¿hubo alguna? Muchas escenas fueron eliminadas de la película, no podría ni empezar. Si muero pronto, probablemente salgan a la superficie. Ésa es la buena noticia sobre la muerte de un actor, todo su trabajo parece hacerse público”, le dijo Leto a un periodista que lo cuestionó sobre cuáles habían sido las escenas que él decía, se habían eliminado. Ese fue el principal argumento que Leto usó para defenderse de los contradictores. Él, evidentemente, también quedó decepcionado, pero alegó que el resultado nunca fue el que esperó, que se rodó con la convicción de que este Joker sería distinto, que se alejaría de los demás y mostraría nuevas facetas que no precisamente lo dejarían arrinconado o al final de esa lista en la que lo ubicaron como el peor de todos los payasos.
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Se especuló mucho sobre la muerte de Heath Ledger y su relación con la interpretación del Joker. Se habló también de las secuelas que dejó la caracterización de este personaje en los actores. Se dijo que cambiaron, que no volvieron a ser los mismos, que era probable que hubiesen comenzado a existir de una forma similar a la del payaso, y también era factible que no lo resistieran. Leto concluyó que después de su trabajo en Suicide Squad y del rechazo de un público decepcionado, su visión del mundo, la trascendencia y el sentido de la vida, cambiaron.
A Leto, como bien lo ha aclarado, no le importan los sacrificios que se deban hacer con tal de dedicarse a lo que lo mantiene vivo: crear. Hoy dice que sí, que a veces hay que acercarse a los contenidos livianos y comerciales que le paguen su tiempo dedicado a las reflexiones importantes sobre el uso de su oxígeno en el mundo. Dice que claro, que en ocasiones hay que decirle que sí a las campañas publicitarias que paguen sus exploraciones musicales e interpretativas que lo acerquen a lo que considera importante. Finalmente acepta que es verdad, que no desprecia el entretenimiento porque tiene claro que es el que paga sus cuentas, pero que este no fue el caso. Leto reitera que para Suicide Squad hizo un trabajo juicioso en el que quiso tomar riesgos y que asume las consecuencias de ese atrevimiento, que en esa ocasión y después de lanzarse al vacío, lo estrelló sin clemenecia.