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La polémica en torno a la letra y videoclip de “Perra”, canción en la que participa el reguetonero colombiano J Balvin está lejos de terminar. Aunque la discusión ya se había atizado en redes sociales desde que el tema, creado originalmente por la dominicana Tokischa Altagracia Peralta vio la luz el pasado 7 de septiembre, el rollo adquirió otras dimensiones cuando la semana pasada la vicepresidente y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, calificó de “sexistas, racistas, machistas y misóginas” las imágenes del videoclip en donde aparecen mujeres negras disfrazadas de animales de cuatro patas.
Este miércoles, en diálogo para la W Radio, Tokischa explicó que lejos de comparar a las mujeres con animales, como dice la vicepresidente, en su canción pretende exponer la autonomía sexual a la que tienen derecho las mujeres.
“La mujer, en lo profundo, quiere sentirse perra, quiere ser sensual, aunque sea en la habitación, a solas con su pareja, para sentirse segura y aumentar su autoestima”. Sin embargo, dice la cantante de reggaetón, la expresión se puede entender de diferentes maneras porque “cada mujer expresa su sensualidad de forma distinta. Hay mujeres que se siente perra porque es preparada, estudia, trabaja y eso la hace sentir sensual. Una mujer perra no solo es la que es sexy en la cama, también puede ser perra porque lleva el pan a la casa, porque educa bien a sus hijos y porque es una mujer que se honra trabajando”. Le invitamos a leer: Reseña de “Yo quiero Bailar”, la universidad del perreo
María Bernarda Espejo Olaya, investigadora del Instituto Caro y Cuervo dice que per se es un error asignarle una carga semántica a la palabra a la palabra “perra”.
“Hay que tener en cuenta el contexto. En este caso, hay que preguntarse ¿quién compuso la canción y qué quiso decir? Solo así se puede analizar desde una u otra perspectiva como algo bueno o algo peyorativo. La postura de la canción trasgrede el modelo de amor romántico que hay, por ejemplo, en la balada romántica. Parece renegar de la necesidad de estar con un solo hombre para realizarse socialmente y se empoderada sexualmente quizá para romper las reglas del modelo patriarcal”, dice Espejo Olaya en entrevista para El Espectador.
Sin embargo, dice la experta en español colombiano, que en la música popular generalmente ese tipo de expresiones son ofensivas contra la mujer, a quienes se les castiga con más vehemencia la infidelidad o la promiscuidad. “Esas ofensas tienen que ver con la no contención sexual de la mujer. En cambio, para el hombre que le digan ‘perro’ es casi un halago, mientras que la mujer es un castigo social”.
Además. Sobre cómo el freestyle lleva al límite el español
“Positivo para perra”, una canción de reggaetón
Natalia Correa Espitia, vocalista de Natural High y quien pregona el “perreo feminista”, dice que desde su música encontró una oportunidad para reivindicar las palabras que históricamente se han usado para ofender a las mujeres.
“La sociedad en general ha utilizado la palabra ‘perra’ para degradarnos e insultarnos, pero usar esa palabra también una invitación para encontrar esas similitudes que podemos tener con el mundo animal: la autonomía que tienen las perras para moverse en las calles, para ser fieles a ellas mismas, para ser rudas y valientes, pero no solo son las perras, también las zorras, las cabronas, las gatas, las fierras”.
Para Correa Espitia, quien es estudiante de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Distrital e integrante de la articulación Somos un rostro Colectivo en Bogotá, considera que el error que puede encontrarse en el videoclip en el que participa J Balvin está en la iconografía. “Es un ejercicio racista. La imagen de dos mujeres afro amarradas es innecesaria. Él también podría hacer un ejercicio de deconstruirse y utilizar otras formas de expresión. El video no se denunció porque diga ‘perra’, sino porque tiene una connotación racista y de sometimiento a la mujer. Él (J Balvin) muestra allí una posición poder frente a las mujeres negras”, señala en entrevista con El Espectador.
Mucho antes de que Balvin aterrizara con la polémica, Corres Espitia compuso “Positivo para perra”: “Esta canción la hice en tiempos de Covid. Es una prueba para ver si la gente da positivo para perra o no”, dice.
En biólogo, filósofo y escritor chileno Humberto Maturana, decía sobre el uso de las palabras: “Son nodos en redes de coordinación de acciones, no representantes abstractas de una realidad independiente de nuestro quehacer… por lo que las palabras no son inocuas y no da lo mismo que usemos una u otra en una situación determinada. Las palabras que usamos no solo revelan nuestro pensar, sino que proyectan el curso de nuestro quehacer… el vivir humano se da en un continuo entrelazamiento de emociones y lenguaje como un fluir de coordinaciones consensuales de acciones y emociones”.
Vale la pena recordar un ejercicio que publicamos en El Espectador en junio de 2019 en el que un grupo de estudiantes de lexicografía de la Universidad Nacional escribieron reseñas sobre canciones de reggaetón. Para hablar de perreo, feminismo y autonomía, es necesario recordar “Yo quiero bailar” de Ivy Queen.
“En esta canción la autora quiere demostrar que las mujeres son libres de actuar como deseen sin necesidad de un compromiso sexual.
Para ello, Ivy hace referencia a que ella quiere bailar, aunque también le gustaría ser seducida en la pista de baile, pero sin necesariamente terminar en un acto carnal. Plantea que la mujer es libre de explorar su sexualidad sin que implique un compromiso: ‘Yo quiero bailar, tú quieres sudar y pegarte a mí, el cuerpo rozar y yo te digo sí, tú me puedes provocar, eso no quiere decir que pa’ la cama voy’ (Pesante, 2004). También, dice que el hombre con el que está dispuesta a bailar le atrae y que no le importaría estar pegada a él, mientras la hace sudar y suspirar, pero que sea solo bailando, sin tener que recurrir al acto sexual”, se lee en la reseña escrita por Miguel Beltrán y Paula Abril.
Una discusión similar se tuvo en febrero de año pasado cuando la actriz y cantautora Jimena Guevara Barón, conocida artísticamente como J Mena, publicó su canción “Puta”.
“Para todos y todas los que nos dijeron puta intentando hacernos sentir mal. Para los y las que quieren sacarnos la honra de ser como elegimos ser. Ojalá esta canción te haga sentir mejor y te olvides de esa gente. Ojalá vivas para vos como vos elijas. Ojalá te seas fiel”, escribió en su cuenta de Instagram.
El tema reta a los hombres o, más concretamente, a aquellos hombres que llaman “puta” a toda mujer que goza de su libertad sexual, al igual que lo hacen ellos, sin tabúes ni secretos, reseñó entonces El Español.