En la foto, Vedran Smailović, también conocido como “el Chelista de Sarajevo”, tocando en las ruinas de la Biblioteca Nacional de Sarajevo, incendiada en agosto de 1992 durante el asedio de la capital de Bosnia y Herzegovina.
Foto: Wikimedia Commons
Quizá el ejemplo de otros lo inspiró. Quizá necesitaba de un espejo que le ayudara a tomar la determinación. Quizá aquella frase motivacional le quedó sonando, esa que dice, algo así como, “si aquel pudo, yo también puedo”, “si Eslovenia y Croacia lo hicieron, ¿por qué nosotros no hacerlo?”. El 5 de abril de 1992 proclamó su independencia. Bosnia y Herzegovina a Yugoslavia a un lado dejó. El nuevo Estado comenzó a dar pasos en solitario, ya no había acompañantes a su alrededor. El júbilo por aquella hazaña no duró mucho. Ese mismo día,...
Por Danelys Vega Cardozo
Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com
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