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“Desde niño soy bastante curioso, estaba preguntando siempre y mi curiosidad me llevó a la biblioteca de mi padre, a cualquier cosa que estuviese escrita, no importaba que fuera”, expresó el escritor en una conversación con la periodista británica Rosie Boycott en el Hay Festival de Cartagena de Indias.
Soyinka, autor de novelas, teatro y poesía, es activista político y estuvo dos veces encarcelado por sus críticas al gobierno nigeriano.
Durante su cautiverio, aislado durante casi dos años, escribió sus memorias y parte de su poesía en papel higiénico, envueltas de tabaco y hojas de libros. Ha declarado en muchas ocasiones que, durante aquellos tiempos terribles, conservó la vida y la cordura gracias a la escritura.
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Es por ello que recordó que su activismo surgió, además de la lectura de literatura y de la curiosidad, de escuchar “la tradición de los cuentos”, así como de lo que les llegaba por los medios de comunicación.
“Estaba tratando de construir el mundo (...) Comencé a tratar de contar historias y utilicé personajes de los que había leído y encontré correlaciones entre lo que leía y lo que escuchaba que se vivía en los eventos socio-políticos alrededor mío”, expresó Soyinka Soyinka (Abeokuta, Nigeria, 1934).
En ese sentido recordó que, conscientemente, empezó a utilizar la escritura “como una fuerza de activismo” cuando estaba en la escuela y escribió “algo problemático” para defender sus posturas.
Experiencias compartidas con Colombia
Soyinka aseguró además que Nigeria comparte algunas experiencias con Colombia y con otros países de América Latina, por lo que recordó que en una visita a Cartagena de Indias se impresionó porque encontró personas que “bailaban música africana, canciones africanas”.
“Había estado en Brasil y Haití, pero en Colombia no esperaba eso”, aseguró.
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Igualmente, también se sintió impactado porque conoció a una joven que fue reclutada por las antiguas FARC y que ya no hacía parte de la guerrilla, una situación de la que comentó: “En nombre de cualquier Dios, desconocido o conocido, los niños no deben ser objetivos ni deben ser esclavos”.
“Nosotros debemos hacer que la niñez no sea un estado vulnerable, no debe estar expuesta a decisiones que son de adultos en su intensidad”, dijo.
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Soyinka también valora retirarse “lo más pronto posible de la política pública” y pasar “el bastón a la nueva generación”.
“Pienso retirarme lo más pronto posible de la política pública, yo creo que ha llegado el momento porque no tengo nuevas ideas”, aseguró.
Finalmente, reflexionó y dijo que “la literatura es una propuesta de alternativas de la realidad, que la sociedad puede ignorar o ayuda a provocar un cambio”.
Tras casi cincuenta años sin publicar ficción, Soyinka volvió el año pasado a la novela con “Crónicas desde el país de la gente más feliz de la Tierra” publicada en español por Alfaguara, una obra en la que hace un llamamiento a movilizarse contra el abuso de poder.