Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                02 de julio de 2024 - 07:00 p. m.

                                                                                                                                Stephen King y “aquel maldito Buick Roadmaster”

                                                                                                                                Fragmento de “Buick 8, un coche perverso”, la historia de un coche con su propia vida, perversa y maliciosa. Sello editorial Debolsillo.

                                                                                                                                Stephen King * / Especial para El Espectador

                                                                                                                                El autor estadounidense Stephen King en Washington, DC, EE.UU., el 2 de agosto de 2022. Ha escrito al menos sesenta libros, todos best sellers internacionales.
                                                                                                                                Foto: EFE - MICHAEL REYNOLDS
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Pensilvania, 1979. Llega un extraño a una gasolinera para repostar. Conduce un Buick modelo 1954 pero en perfecto estado. El conductor va al baño y nunca reaparece. La policía se hace cargo del coche, que ahora no funciona, y lo guarda en una nave detrás de la comisaría. Fragmento del primer capítulo:

                                                                                                                                Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

                                                                                                                                ¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

                                                                                                                                El autor estadounidense Stephen King en Washington, DC, EE.UU., el 2 de agosto de 2022. Ha escrito al menos sesenta libros, todos best sellers internacionales.
                                                                                                                                Foto: EFE - MICHAEL REYNOLDS
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Pensilvania, 1979. Llega un extraño a una gasolinera para repostar. Conduce un Buick modelo 1954 pero en perfecto estado. El conductor va al baño y nunca reaparece. La policía se hace cargo del coche, que ahora no funciona, y lo guarda en una nave detrás de la comisaría. Fragmento del primer capítulo:

                                                                                                                                Apoyé la frente contra el cristal (como tantas veces) y me hice pantalla con las manos para eliminar el poco reflejo que pudiera haber en un día nublado. En efecto, parecía un Buick de los de antes, pero casi como nuevo, tal como había dicho el chaval. La típica y reconocible rejilla Buick de los cincuenta, que me recordaba la boca de un cocodrilo metálico. El adorno de los guardabarros traseros, que siempre nos parecía «tan guapo». La franja blanca en los neumáticos. Con lo oscuro que estaba el interior del cobertizo B, cualquiera habría dicho que era negro. En realidad era azul oscuro, lo que se llama «azul medianoche».

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Es verdad que en 1954 Buick fabricaba Roadmasters en azul oscuro —lo había verificado Schoondist—, pero no de ese modelo exacto. A la pintura se le veía una especie de textura irregular, como de coche repintado de adolescente.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Aquí dentro es zona de terremotos, dijo Curtis Wilcox.

                                                                                                                                Me llevé un susto tan grande que retrocedí. Llevaba un año muerto, pero me había hablado directamente en el oído izquierdo. O él o algo.

                                                                                                                                —¿Qué pasa? —preguntó Ned—. Pareces haber visto un fantasma.

                                                                                                                                Estuve a punto de decir he oído uno, pero mi respuesta fue otra:

                                                                                                                                —Nada.

                                                                                                                                —¿Seguro? Has dado un brinco.

                                                                                                                                —Es que me ha dado un escalofrío. Pero no me pasa nada.

                                                                                                                                —Bueno, y ¿del coche qué me dices? ¿De quién es?

                                                                                                                                Vaya preguntita.

                                                                                                                                —No lo sé —dije.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                —Pues ¿por qué está aquí dentro tan a oscuras? ¡Anda, que si tuviera yo un modelito así, con tantos accesorios, lo iba a dejar en esta porquería de barraca! ¡Encima antiguo! —Se le ocurrió algo—. ¿Qué pasa, es el coche de algún delincuente? ¿Es una prueba de algún caso?

                                                                                                                                —Se podría decir que está embargado. Robo de servicios.

                                                                                                                                Era el argumento que habíamos usado nosotros. No mataba, pero ya había dicho el propio Curtis que para colgar el sombrero solo se necesita un clavo.

                                                                                                                                —¿Qué servicios?

                                                                                                                                —Siete dólares de gasolina.

                                                                                                                                No tuve el coraje de decirle quién la había puesto en el depósito.

                                                                                                                                —¿Solo siete dólares?

                                                                                                                                —Hombre —dije yo—, para colgar el sombrero solo se necesita un clavo.

                                                                                                                                Me miró con cara de perplejidad. Yo también le miré, pero no dije nada.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                —¿Podemos entrar? —acabó preguntando—. Para verlo más de cerca.

                                                                                                                                Volví a apoyar la frente contra la ventana y leí el termómetro colgado en la viga, redondo y soso como la luna. Lo había comprado Tony Schoondist en el Tru-Valer de Statler, y lo había pagado de su propio bolsillo, no con la calderilla del cuartel. El padre de Ned lo había colgado de la viga. Como un sombrero en un clavo.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                A pesar de que fuera, donde estábamos nosotros, había como mínimo treinta grados, y ya se sabe que en los cobertizos mal ventilados siempre hace más calor, la aguja roja del termómetro estaba justo entre el uno y el tres de 13.

                                                                                                                                —No, ahora no —dije.

                                                                                                                                —¿Por qué? —Y añadió, como dándose cuenta de que era una respuesta un poco descortés, por no decir ligeramente grosera—. ¿Qué pega hay?

                                                                                                                                —Ahora mismo no es seguro.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Me observó varios segundos, en el transcurso de los cuales se le borró de la cara el interés y la curiosidad y volvió a ser el mismo niño a quien tantas veces había visto yo en el cuartel, y nunca más claro que el día de conseguir plaza en Pitt. El niño sentado en el banco de fumadores con lágrimas en las mejillas, y ganas de saber lo que quiere saber cualquier niño del mundo cuando le arrebatan a un ser querido: ¿Por qué ha pasado? ¿Por qué me ha pasado justo a mí? ¿Hay alguna razón o solo es una especie de ruleta desquiciada? Si tiene algún sentido, ¿cómo reacciono? Si no, ¿cómo lo aguanto?

                                                                                                                                —¿Tiene algo que ver con mi padre? —preguntó—. ¿Era su coche?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Su intuición daba miedo. No, no había sido el coche de su padre… ¿Cómo iba a serlo, si en realidad ni siquiera era un coche? Pero , había sido el coche de su padre. Y mío… de Huddie Royer… de Tony Schoondist… de Ennis Rafferty… Quizá de Ennis del que más. De Ennis en un sentido que nunca habíamos podido entender ninguno de los otros. Ni querido. Ned había preguntado de quién era el coche. Supuse que la auténtica respuesta era que de Troop D, de la policía estatal de Pensilvania. Pertenecía a todos los polis, de antes y de ahora, que estaban al corriente de lo que guardábamos en el cobertizo B. Sin embargo, durante casi todos los años que había estado en nuestra custodia, el Buick había sido propiedad especial de Tony y del padre de Ned. Eran sus conservadores, los eruditos del Roadmaster.

                                                                                                                                —No es que fuera de tu padre —dije, consciente de haber dudado demasiado—, pero él estaba al tanto.

                                                                                                                                —¿Al tanto de qué? ¿Y mi madre? ¿También lo sabía?

                                                                                                                                —Ahora solo lo sabemos nosotros —dije.

                                                                                                                                —Quieres decir Troop D.

                                                                                                                                —Exacto. Y seguirá siendo así. —Tenía un cigarrillo en la mano, pero casi no me acordaba de haberlo encendido. Lo tiré al asfalto y lo aplasté—. No es cosa de nadie más.

                                                                                                                                Respiré hondo.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                —Ahora, que si tienes muchas ganas de saberlo te lo cuento. Ya eres de los nuestros. Aunque te falte un poco de rodaje. —Era una frase habitual de su padre, de esas que se te pegan—. Hasta puedes entrar y mirar.

                                                                                                                                —¿Cuándo?

                                                                                                                                —Cuando suba la temperatura.

                                                                                                                                —No lo entiendo. ¿Qué tiene que ver la temperatura que haga dentro?

                                                                                                                                —Hoy salgo a las tres —dije, y señalé el banco—. Si no llueve, quedamos aquí; si llueve, en el piso de arriba, o si tienes hambre en el Country Way. Supongo que tu padre habría querido que lo supieras.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                ¿Era verdad? Confieso que no tenía ni idea, pero mi impulso de contárselo era bastante fuerte para merecer el calificativo de intuición, y a saber si de orden directa del más allá. No soy religioso, pero vaya, que en esas cosas un poco sí que creo. Y me acordé de lo que se decía antes: o te cura o te mata; démosle una buena dosis de satisfacción a este gato tan curioso.

                                                                                                                                ¿Saber satisface? En general, que yo sepa, no, pero no quería que Ned se fuera a Pitt en septiembre estando igual que en julio, con un carácter alegre que se encendía y se apagaba como las bombillas mal enroscadas. Me pareció que tenía derecho a conocer algunas respuestas. Ya sé que a veces no las hay, pero tuve ganas de intentarlo. Me pareció que estaba obligado, a pesar de los riesgos.

                                                                                                                                Terremotos —me dijo al oído Curtis Wilcox—. Cuidado, que aquí dentro es zona de terremotos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                —¿Qué, Sandy, otro escalofrío? —me preguntó el chaval.

                                                                                                                                —Sí, parece que sí —dije.

                                                                                                                                No llegó a llover. Cuando salí a reunirme con Ned en el banco que está de cara al aparcamiento y al cobertizo B, encontré a Arky Arkanian fumándose un cigarrillo y hablando con él de béisbol. Al aparecer hizo ademán de marcharse, pero le dije que se quedara.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                —Voy a contarle a Ned lo del Buick que guardamos allí dentro —dije, señalando el desvencijado cobertizo con la cabeza—. Así, si se le ocurre avisar a los de blanco porque el sargento jefe de Troop D ha perdido la chaveta, me respaldas tú, que por algo también estabas.

                                                                                                                                A Arky se le borró la sonrisa. Se había levantado una brisa caliente que le alborotaba el pelo gris.

                                                                                                                                —Sargento, ¿seguro que es buena idea?

                                                                                                                                —La curiosidad mató al gato —dije—, pero…

                                                                                                                                —… la satisfacción lo resucitó —terminó Shirley a mi espalda—. Como decía el agente Curtis Wilcox, «con una buena dosis». ¿Se puede, o está reunido el club de los hombres?

                                                                                                                                —En el banco de fumadores no hay discriminación de sexos —dije—. Siéntate, por favor.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Shirley, como yo, acababa de terminar el turno, y la había relevado Steff Colucci en comunicaciones.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Se sentó al lado de Ned, le sonrió efusivamente y se sacó del bolso una cajetilla de Parliament. Corría el año 2002, estábamos informados desde hacía mucho tiempo y seguíamos suicidándonos sin manías. Increíble. Claro que, teniendo en cuenta que vivimos en un mundo donde los borrachos pueden atropellar a polis del estado justo al lado de un camión de dieciocho ruedas, y donde de vez en cuando aparecen Buicks falsos en gasolineras de verdad, tampoco es tan increíble. El caso es que entonces, para mí, tanto daba.

                                                                                                                                Entonces tenía una historia que contar.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                * Se publica con autorización de Penguin Random House Grupo Editorial. Stephen King. Sus títulos más recientes son Holly, Cuento de Hadas, Billy Summers, Después, La sangre manda, El Instituto, Elevación, El visitante (cuya adaptación audiovisual se estrenó en HBO en enero de 2020), La caja de botones de Gwendy (con Richard Chizmar), Bellas durmientes (con su hijo Owen King), El bazar de los malos sueños, la trilogía Bill Hodges (Mr. Mercedes, Quien pierde paga y Fin de guardia), Revival y Doctor Sueño. La novela 22/11/63 (convertida en serie de televisión en Hulu) fue elegida por The New York Times Book Review como una de las diez mejores novelas de 2011 y por Los Angeles Times como la mejor novela de intriga del año. Los libros de la serie La Torre Oscura e It han sido adaptados al cine, así como gran parte de sus clásicos, desde Misery hasta El resplandor pasando por Carrie, El juego de Gerald y La zona muerta.

                                                                                                                                Por Stephen King * / Especial para El Espectador

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar