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Sublimaciones en el Museo El Chicó

Juan David Zuloaga, curador de la exposición “Sublimaciones” y columnista de El Espectador, habla en este ensayo de los artistas y de la muestra que acogió el museo.

Juan David Zuloaga D.
23 de agosto de 2022 - 02:00 a. m.
Foto de algunas de las obras de la muestra "Sublimaciones", que se está presentando en el Museo El Chicó.
Foto de algunas de las obras de la muestra "Sublimaciones", que se está presentando en el Museo El Chicó.
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Son tan diversas las expresiones del arte. Y dentro del arte son tan diversas las obras de la abstracción. Muestra de esa diversidad se puede apreciar en Sublimaciones, exposición que la galería Más Arte Contemporáneo, en asocio con el Museo El Chicó, presentará hasta el 11 de septiembre. La muestra reúne propuestas de cinco artistas colombianos de diversas generaciones, todas dentro del universo de la abstracción.

Fotografías de un paisaje del Pacífico que parece un sueño de Turner, como ocurre con Aurora del Pacífico, de Camilo Osorio; paisajes que el ojo no puede precisar si son prehistóricos o de un mundo por venir, como en Lo que el ojo no ve, serie de Guillermo Londoño; clítoris entrelazados o superpuestos conforman una escultura de Piedad Tarazona; pinturas de Carlos Salas que semejan teselas de un mosaico infinito remiten al espectador al universo siempre inquietante y lleno de vibración de lo onírico y lo imaginario; una cabeza repleta de cables y de basura digital que lleva por nombre Contaminadamente, de Daniel Meziat, son algunas de las obras que en la muestra podrá apreciar el espectador.

Obras distintas –y en ocasiones antagónicas– que, en su variedad, dan cuenta, a un tiempo, del universo abstracto y de la vitalidad del arte hoy en Colombia. Los más diversos materiales y las técnicas más disímiles tienen cabida en la exposición: desde la fotografía hasta la escultura, pasando por el ensamblaje y por la pintura. Y todos los formatos también, desde pinturas sobre madera de pequeño formato hasta fotografías inmensas o lienzos que podrían ser murales.

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Pinturas abstractas que han conocido una evolución singular; intervenciones o ensamblajes de objetos en los que se aúna lo artístico con lo conceptual dan como resultado obras siempre teñidas de nostalgia; fotografías de los elementos que componen el taller del artista; reflexiones sin fin sobre el papel de la pintura en nuestros días y un libro de poemas aún inédito constituyen las líneas de trabajo de Daniel Meziat. Una labor sin par se conjuga con una imaginación inagotable para crear piezas de todos los formatos (obras de centímetros o murales de metros de circunferencia o de área) que reflejan la cultura vasta y sutil de Carlos Salas. Pinturas esmeradas de flores en diversos formatos –más como metáfora del mundo que como elemento decorativo– y cerámicas e instalaciones de clítoris que sirven de denuncia política, y reivindican el gozo y el placer, enmarcan la línea de acción de Piedad Tarazona. Un tránsito curioso de lo abstracto a lo figurativo (o casi) marca el camino de Lo que el ojo no ve, serie rica e inquietante en la que Guillermo Londoño ha centrado su trabajo, prolífico y sutil, de los últimos doce años; crea un conjunto amplio y sugerente, lleno de color y de trazos que dan cuenta de su maestría impar y dan como resultado una de las mejores series que ha conocido la historia del arte del país en décadas. Un universo vasto, sutil e inquietante ha creado la imaginación fecunda de Camilo Osorio, artista colombiano formado en Francia y que actualmente reside en Alemania; grabador sutil, pintor riguroso, fotógrafo atento, acuarelista minucioso, expone en Colombia por primera vez un trabajo que ya conocen plazas tan interesantes del arte como París y Barcelona.

“La obra de arte es la cristalización de un momento o de un ciclo de la vida del artista. La obra es expresión contenida, petrificada, sublimada, liberada…”, escribí en el texto que presenta la exposición en el Museo El Chicó. Sin duda la muestra constituye una invitación para ver la manera en la que dialogan estas piezas nuevas de arte abstracto de la galería con un espacio y unas obras –las del Museo– que cuentan siglos de historia.

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En el texto curatorial que propuse para la exposición se lee: “La obra de arte es reflejo y grito de la vida interior del artista; de las horas que pasan, de los días vividos. Y el arte es una de las vetas por las que la vida fluye y, en ocasiones, se escapa”. Tiene entonces el espectador ocasión de apreciar estas sublimaciones de cinco artistas notables del arte actual en el país.

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