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Era un apolo Negro, tallado en un tronco de algarrobo Negro, alto, violento sin espasmos, como un atleta, opreso en la armonía muscular de su estampa, como en un gran espíritu, poseía el zancajo sereno y la orientación de la gambeta, certero y peligroso, tenía una tirada a fondo que desnudaba toda la pierna Negra.
Bernardo Canal Feijóo
Además, fue el único niño, entre cinco, que se salvó de difteria en un hospital de Valparaíso. Más tarde, para acabar de ajustar, sufrió de poliomielitis. No pudo salir de su casa durante un año y tuvo que reaprender a caminar. La vida le dio una segunda oportunidad porque ella, la vida, es como es. El 14 de diciembre de 1975, en el Estadio Gigante Da Beira-Rio, antes de que saltara a cabecear el balón, cayó un rayo, él siguió la jugada y marcó el gol. El árbitro, Dulcídio Boschilia, lo convalidó y fue el gol del campeonato de este año.
Lo poético y literario aparece cuando a esta jugada la bautizaron con el nombre de “El gol iluminado” y las hinchas del Porto Alegre asistían a su casa para que tocara a sus hijos enfermos porque, después de esta jugada, adquirió “poderes milagrosos”. En 2005 dejó marcadas sus huellas de los pies en la Calzada de la Fama, en el Estadio Maracaná. Este es un lugar sagrado porque allí aparecen únicamente las gestas de los mejores. Espacio guardado para hacer memoria en el que hace poco, Marta, la mejor jugadora del mundo femenino, se convirtió en la primera mujer que deja su huella allí como hito.
Si aún no han identificado a este jugador, les voy a dar otras pistas: jugó fútbol profesional durante 18 años y sólo fue expulsado una vez. Decía que: “El área es mi casa y ahí entra quien yo quiera”. Nelson Rodríguez, escritor, sostiene que: “Fue un jugador elegante, como un conde de smoking, peligroso como un tigre de bengala y fue el zaguero perfecto”. Marcó a Pelé, a Garrincha y a Didí y, siempre, jugó con la faja de capitán. Debutó a los 15 años en Santiago Wanderers. Como ven: todo en contra, todo en adversidad; los médicos dijeron que no sería “normal” por su condición física y tenían razón, se convirtió en un “anormal” que recitaba a Neruda y Regis Antonio le compuso la canción “Patrão da Área”. A pesar de esto, Elías Figueroa jugó fútbol y creó la Fundación Gol iluminado porque sabía que después del fútbol era necesario seguir dando lidia. (Su mamá se llamaba Lidia). Olvidé decir que su esposa tuvo un aborto de trillizas. ¿Será que los aprendizajes no están en la victoria sino en la derrota? Sucede.