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Los talibanes destruyeron más de 21.000 instrumentos musicales en el último año, así como decenas de miles de discos con “películas inmorales”, se jactó este martes el poderoso Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, entre críticas de la comunidad internacional por las restricciones impuestas desde que llegaron al poder en 2021.
Un portavoz del Ministerio, Sheikh Muhibullah Mukhlis, afirmó durante un evento que destruyeron 21.328 instrumentos musicales en el marco de una campaña contra la música, la cual los talibanes consideran que va en contra de su estricta interpretación de la ley islámica o sharia.
Más de 30.000 cedés que contenían películas "inmorales" fueron igualmente destruidos, según Mukhlis, que también reveló que 25.000 trabajadores del sector de las comunicaciones fueron suspendidos por distribuir "películas vulgares".
Esta campaña contra el "vicio" en Afganistán, que llevó a los talibanes a ordenar la decapitación de maniquíes entre otras medidas, incluyó también la 'visita' de decenas de miles de restaurantes, salas de bodas y hoteles para asegurarse de que no sonara la música en sus salas.
Los músicos afganos se servían de instrumentos como el timbal, la guitarra o el rabab (similar al laúd), para ambientar bodas y programas musicales en Afganistán, hasta que se prohibieron con la llegada al poder de los talibanes en agosto de 2021.
La estrecha interpretación de la ley islámica de los talibanes llevó también a limitar la libertad de las mujeres en Afganistán, donde las mujeres carecen de acceso a la educación superior y, entre otras cosas, tienen restricciones al movimiento y al acceso al trabajo.
La comunidad internacional ha denunciado las violaciones de los derechos fundamentales de los afganos y especialmente los de las mujeres.
Mukhlis, sin embargo, afirmó que los talibanes "han prevenido 2.638 casos de violencia contra las mujeres", entre los que incluyeron la venta de esposas y matrimonios forzados.
Ya en el anterior régimen talibán de entre 1996 a 2001, los fundamentalistas prohibieron la música e impusieron severos castigos a quien ejerciera este oficio, lo que provocó la fuga de muchos artistas profesionales.