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Una delegación de las tejedoras de Mampuján, una agrupación de mujeres sobrevivientes en un pueblo a una masacre perpetrada por paramilitares colombianos, que se refugiaron en la elaboración de tapices para sanar sus heridas, comparte estos días sus experiencias en Reino Unido.
Este viaje a Londres, donde la delegación acudió el lunes a la Cámara de los Lores, y a Belfast, de miércoles a viernes, donde se verán también con parlamentarios norirlandeses y agrupaciones locales, llega a solo una semana de la inauguración, el 30 de noviembre, del Museo de Arte y Memoria de Mampuján.
“Nos han invitado a venir para mostrar nuestros tapices y a contar nuestra experiencia”, explica, a la AFP en Londres, Juana Alicia Ruiz Hernández, futura directora del museo y cabeza visible de este colectivo formado en sus inicios por quince mujeres, que huyeron de la masacre cometida en Mampuján en marzo de 2000.
Juana Ruiz, coordinadora de la Asociación de Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de Mampuján, ganó con su colectivo el Premio Nacional de Paz de Colombia en 2015.
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Sanar las heridas
Las telas reflejan sus experiencias del conflicto armado y los traumas vividos. En 2006, Teresa Geiser, una menonita estadounidense de la Fundación “Sembrando semillas de paz”, les enseñó a tejer tapices de tela para que pudieran elaborar artísticamente lo que habían vivido.
“Padecimos abusos sexuales, desplazamientos, masacres. Tratamos de sanar las heridas y contar lo que está pasando a través de las telas. Para también hacer una denuncia de lo que estaba sucediendo y evitar que se repitan los hechos dolorosos”, añade Juana Ruiz.
“Nuestras telas comenzaron a pasar a diferentes museos, pero también a muchas mujeres se les permitió reunirse con nosotras, sanar sus heridas, reconciliarse y perdonar”, explica Juana.
El 11 de marzo de 2000, Mampuján, en el norte de Colombia, cerca del Caribe, sufrió el ataque de un grupo paramilitar, que obligó al desplazamiento de la población. “Nos ubicamos 245 familias en el nuevo Mampuján, donde estamos hoy”, señala Juana Ruiz.
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En ese nuevo Mampuján vive la población y allí se ubica el museo. “Un día llegó aquella mujer norteamericana, que nos enseñó que la violencia es un círculo, que hay que romper sanando, perdonando y reconciliando”, recuerda.
El año pasado ya viajaron a la Universidad de Cambridge y después han llevado su experiencia de “sanar las heridas con el arte” a La Haya, en Países Bajos, dando hablaron con los magistrados del Tribunal Penal Internacional (TPI), a Brasil, Perú, Nicaragua, El Salvador, además de viajar por Colombia.
Sudáfrica ha mostrado su interés por recibir sus experiencias el próximo mes de abril.
Perdón sin olvido
“Somos una pieza clave en los acuerdos de paz, pues siendo víctimas también aportamos mucho a su creación”, dice Juana.
La representante de las ‘Tejedoras de Mampuján’ asegura que ha perdonado a las personas que le hicieron mal. “Sí se perdona, pero nunca olvidas, recuerdas sin rencor, sin deseo de venganza”.
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Juliana Campuzano Botero, que ha acompañado a Juana Ruiz Hernández en este viaje a Londres y Belfast, es la museóloga que ha ayudado al grupo de mujeres en la creación del Museo de Arte y Memoria de Mampuján. “Mi función no fue poner mis puntos de vista como museóloga o curadora, sino materializar esos recuerdos, esas memorias, esos pensamientos, en el museo”, señala.
“El objetivo del viaje es poder mostrar en Irlanda del Norte las iniciativas de reparación en el marco del proceso de paz. Poder llevar un mensaje de que la paz es posible y cómo se hace la sanación a través del arte”, concluye Campuzano.