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Entre amarillo, negro, café y rojo se distingue la silueta del Big Ben, sobre la cual la cabeza de una rata se alza imponente. Es la primera obra que encabeza la exhibición “El banquete del emperador”, en la galería La Cometa, una de las 17 piezas que forman parte de la primera exposición del artista chino Ai Weiwei en Colombia. Al adentrarse hacia la sala, un muro a la derecha muestra las cabezas de un dragón, un conejo, un tigre y otros animales en el orden que llevan en el zodiaco chino.
El artista contemporáneo y activista chino, quien en su carrera se ha destacado por su crítica al gobierno de su país natal y abogar por los derechos humanos, resalta con estas piezas una gran cantidad de temas que se relacionan con lo político y la discusión sobre lo sagrado en Oriente y Occidente. “Nosotros traemos estas piezas porque pensamos que el mercado colombiano ya está en un momento de maduración suficiente, en el que puede incluir obras de primer nivel”, afirmaron los curadores en un comunicado.
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La exhibición recibe su nombre de la leyenda china que dio origen a su zodiaco. Según cuenta el folclor del país asiático con el mito de “La gran carrera”, el Emperador de Jade, considerado en la mitología como el primer dios, quiso poner orden al tiempo y en su cumpleaños decidió ofrecer un banquete al que invitó a diferentes animales con la promesa de que los primeros 12 en llegar tendrían un zodiaco nombrado en su honor. El concepto cíclico del tiempo que se tiene en China, a diferencia del lineal que se usa en Occidente, es clave para comprender el mito, pues estos 12 animales también son los guardianes del gobernante del cielo y su orden se repite cada 12 años.
Llegaron al emperador la rata, el búfalo, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Cinco de ellos figuran sobre “capitales del mundo occidental: París, Londres, Sídney, Roma y Colonia. Esto es un buen ejemplo del trabajo de Ai Weiwei, porque habla de la tensión que existe siempre entre Oriente y Occidente”, cuenta el curador de la exhibición, Andrés Córdoba. Son precisamente estas tensiones las que el artista refleja en las piezas hechas en un mosaico de Lego, las famosas figuras que marcaron las infancias de muchos.
El colorido que aporta el reconocido juguete también conforma una crítica al sistema económico en el que vivimos, y para Córdoba “es un símbolo muy potente del capitalismo. Es una marca global, que encuentras en todo el mundo y que se ha convertido casi que en parte fundamental de la infancia y ya no solo la infancia, sino también la adultez”. Más allá de ser un símbolo, el material elegido por el artista habla de la producción desaforada que se ve reflejada en la cantidad de piezas que utilizó para crear estas obras y que muestra en otros trabajos como “Forever Bycicles”. Pero no solo el material habla de las tensiones que menciona el curador. La temática de las obras, que fue tratada por el artista en el pasado con su obra “Círculo de cabezas del zodiaco”, que ha realizado en bronce y oro, habla de la apropiación cultural y patrimonial que Occidente ha ejercido sobre China.
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La primera vez que Ai Weiwei se sumergió en el mundo del zodiaco chino fue en 2010, cuando expuso las cabezas de bronce, haciendo alusión a las esculturas que adornaban el antiguo palacio de verano en el que reinó el emperador Qianlong y que fueron saqueadas por los franceses en 1860, durante la Segunda Guerra del Opio. Las piezas que se encuentran hoy en Bogotá “tienen que ver con todo este tema del colonialismo, del patrimonio cultural, de sacar artefactos de países como China o de Latinoamérica o África, de sacar su patrimonio y bienes culturales y luego entran a un mercado y no se sabe dónde están. Es una polémica muy actual y estas piezas hablan de ello”, afirma Córdoba.
Traer las obras de uno de los referentes actuales del arte contemporáneo a Colombia no fue tarea fácil. Antes de lograr esta exhibición, cuenta el curador, había habido un acercamiento con el estudio que no dio frutos. Sin embargo, esta vez, mediante un aliado cercano al artista, se logró el objetivo. “Yo, particularmente, creo que es el logro más importante de 35 años de trayectoria de la galería. Es una coronación traer lo que, para mí, representa al artista más importante en estos comienzos de siglo en el mundo. Y el más importante, porque logra a través de su obra una fusión de todos los sentimientos del ser humano, y a partir de que el hombre es un ser político, pero también que hay a través de su obra la representación de diferentes culturas de diferentes espíritus, sentimientos, sensaciones y actitud crítica frente a la vida. Por eso me parece que hasta ahora es de los primeros artistas en el mundo”, asegura el fundador de la galería, Esteban Jaramillo.
Según Córdoba, el primer paso y el más importante fue ganar la confianza del estudio. “Solo se logra con un trabajo bien hecho. No solo de La Cometa, sino del escenario del arte en Colombia, que casi que se ha hecho con las uñas. El estudio de Ai Weiwei y esta persona con la que hicimos la alianza confiaron mucho en nuestra galería, nuestra trayectoria, nuestro esfuerzo, y estamos convencidos de que Colombia ya está preparado para recibir a este artista”. Durante siete meses estuvo en desarrollo la exhibición que hoy se presenta. El trabajo que se hizo para traer estas obras incluyó una metódica revisión de proyectos y de las diferentes exigencias del estudio. “Desde los contratos, el transporte de las obras, el seguro, la forma en la que se empacan, los guacales hechos a la medida de calidad de museo europeo... todas estas y otras las hemos cumplido y han sido unos seis o siete meses de un trabajo muy arduo”.
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“Nos presentaron varias opciones y con el equipo curatorial de la galería, y teniendo en cuenta la salida comercial que puedan tener las obras, se hizo esta selección dentro de varias que se nos presentaron. Creímos que por su tema, por la manera en que se ven, los precios y otros factores, estas fueron las piezas que la curaduría decidió seleccionar y exhibir”, comenta Córdoba. “Elegimos algo muy a conciencia. Los criterios de selección fueron muchos, en materia de logística y comercial. Lograr traer algo que creamos que tiene una salida comercial es importante, en materia artística y otros factores que se tienen en cuenta a la hora de hacer una exposición”.
Más allá de lo comercial, la exhibición de estas obras en el país aboga por el posicionamiento de Colombia en el mundo del arte contemporáneo y por exhibir el trabajo de más artistas internacionales como Ai Weiwei. “Creo que todos los sectores del arte en Colombia están contribuyendo a que este posicionamiento suceda. Las galerías, haciendo su trabajo comercial. En Bogotá ya hay mal contadas 40 o 50 galerías de arte que participan en ferias internacionales. Todos estos esfuerzos son muy importantes, los museos y espacios privados han intentado acercar a personas de otras latitudes a Colombia. No depende de las galerías o de una, depende de todas las personas que integran este ecosistema del arte”. Según Córdoba, este y los esfuerzos que se hacen desde Colombia para ampliar su participación en el mundo del arte “son votos de confianza y argumentos para traer cada vez artistas más importantes. Creo que sin duda esto no beneficia únicamente a la galería, sino a todo el panorama del arte y la cultura colombiana”.