Tim Miller, Natalia Reyes y un salón de sueños cinematográficos en el FICCI 62
Terminó el Festival Internacional de Cine de Cartagena. Además de las películas, la entrega de los reconocimientos, los diálogos con directores, guionistas, fotógrafos, entre otros, había un sitio donde lo importante era la formación: el Salón del Ficci.
Pedro Mendoza
Allí, y por poner un ejemplo, se habló de una película basada en hechos reales que logró interpretar el deseo de varios de los jóvenes asistentes. Se reunieron en el Centro de la Cooperación Española para tomar notas y soñar con las que serán sus propias realizaciones. Lo hicieron a partir de “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, escrita y dirigida por David Trueba.
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Allí, y por poner un ejemplo, se habló de una película basada en hechos reales que logró interpretar el deseo de varios de los jóvenes asistentes. Se reunieron en el Centro de la Cooperación Española para tomar notas y soñar con las que serán sus propias realizaciones. Lo hicieron a partir de “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, escrita y dirigida por David Trueba.
Este filme narró la historia de un profesor de inglés que hizo un viaje para conocer a John Lennon. Muchos de los participantes del salón Ficci se fueron con los ojos bien abiertos después de conocer de técnicas, narrativas, espacios, equipos y, lo más importante, la nueva generación de contenidos. Las revelaciones y el aprendizaje, según ellos, fue “impresionante”.
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A la cabeza de esta máquina de sueños estuvo Natalia Reyes, quien (por corto tiempo) dejó su espacio actoral para dedicarse a esta propuesta del festival.
“Este es el segundo año en el que ocupo este cargo. La verdad fue y sigue siendo bastante complejo: son más de 107 eventos académicos. No solo se trata del quehacer cinematográfico. También hablamos de redes sociales, de los riesgos del ciberfeudalismo, de las condiciones laborales, etc. Es un trabajo bastante intenso, pero creo que vale la pena, hay una recompensa muy bonita”, dijo la actriz, que agregó que se siente complacida al encontrar a los conferencistas (expertos que vienen de diferentes partes del mundo) compartiendo escenarios donde con personas tan jóvenes: “Cuando uno ve un auditorio como estos lleno de gente joven y tantas ganas de aprender, se emociona. Todos los eventos fueron gratuitos y estuvieron abiertos al público de una ciudad ávida de inclusión y eventos culturales que no se enfoquen solamente en turismo”.
Reyes sonrió cuando le pregunté si en su colegio fue buena alumna. “Sí, la verdad es que me fue bastante bien”, dijo. Según ella, este hecho le ayudó a tener una buena memoria, la misma que ha usado para sus escenas. El día en el que habló para este diario, tenía un vestido verde, el cabello recogido y habló de su hija y esposo, los “motores de su vida”. Recordó que en su camino la perseverancia ha sido muy importante.
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“Siempre digo que hay que buscar referentes cercanos. Aprendí que los ejemplos no deberían ser figuras tan lejanas. Que hay que encontrar referentes humanos tangibles y cercanos dentro de nuestras amistades o nuestras familias. Eso hace parte de lo que quiero hacer: que mi generación, las personas que vienen al Festival, me vean como una mujer más que, como ellos, tenía un sueño que logró a punta de perseverancia y disciplina”.
En el Auditorio de Palacio de la Proclamación se desarrolló la agenda NIDO. Los jóvenes preguntaron por Reyes y Tim Miller, el director de películas como “Terminator”. Hubo un evento al que asistieron varios de los consultantes: una charla del director de cine con Alejandro Marín, para su programa “El Podcast” que se emite por Canal 13. “Tim, tú me has dado la oportunidad más grande de mi vida”, le dijo Reyes a Miller durante la presentación del espacio. “Me emociona tanto tener aquí a este hombre, que es el director de una empresa increíble que tiene muchísimos empleados. Es un nombre en Hollywood que llegó en sandalias y una dinámica horizontal. Escuchar lo generoso y divertido que es fue el mayor regalo”.
Miller se vio tranquilo al hablar. Contó que era su primera vez en Colombia y que agradeció el calor de la gente y del clima de Cartagena. Al terminar su charla con Marín, le pregunté por su alumna Natalia Reyes: “Yo no creo que le haya enseñado nada. Es chistoso: “Terminator” fue la segunda película que dirigí, pero la cuarta o quinta película en la que Natalia trabajaba, así que, en realidad, ella tenía mucha más experiencia que yo”.
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Recordó que la actriz colombiana fue muy profesional y “misericordiosa” durante todo el rodaje. “El elenco la quería mucho, siempre estaba haciendo su mejor trabajo, así que en realidad no creo que yo le haya enseñado algo. Solo creo que dijp eso porque es buena persona”.
“No hay muchas películas que me gusten. Tener un balance es muy difícil, pero es necesario para hacer una buena película. Debe sentirse honesta, pero también épica”, agregó Miller, quien también es experto en efectos especiales. Sus superhéroes preferidos son el Capitán América, los X-Men y un villano llamado Task Master.
Hablamos de la importancia de enseñar sobre cine en espacios como el que se desarrolló en Cartagena: “Creo que todas las culturas se relacionan o identifican con las historias que se cuentan a través del cine, que es una manera de comprimir lo que podría ser una muy larga conversación al interior de la sociedad. La convierte en un método de entrega corto, dirigible y poderoso. Es como una droga que te hace sentir mejor o peor, pero siempre te enseña algo”.
Aseguró que si no se tiene gente joven en la ecuación, no habrá nuevas historias sobre la nueva era. “Solo espero que las nuevas generaciones no se queden atrapadas en estos formatos de consumo rápido y fácil como TikTok. Es un buen plato de entrada, pero no un buen plato fuerte. No creo que sea una forma tan buena de enseñar ni de aprender. No es cine”.
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“Espero que el Salón FICCI se convierta en un faro de pensamiento. En un momento de la reflexión del audiovisual, de nuestro sector, de la cinematografía. Esos diálogos y vasos comunicantes con las audiencias jóvenes, son fundamentales para los que vienen y para los que ya están consolidados como cineastas”, dijo Lina Rodríguez, directora ejecutiva del FICCI, quien recordó que fueron más de 100 actividades académicas. “Esta programación habló de un Festival vivo, inquieto y curioso en el que hay intercambio y conversación. El FICCI siempre nos sorprende, nos exige muchísimo, pero también hay una correspondencia muy grande hacia esa audiencia y hacia ese grupo de locos creadores que se dedican a empujarlo y a llenarlo de contenido”.
Cuando se terminó la charla de Miller y Marín, las luces se apagaron. Reyes, la directora del Salón, dejó todo perfectamente ordenado. Aunque ya se está hablando de las clases para 2024, ella volverá a su pasión: ser actriz. Contó sobre el estreno en salas de su última película, “Mañana antes después”, el próximo 13 de abril. Ese es su sueño más cercano.
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