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Sobre sus distintos puntos de vista y sus diversas formas para contar historias. Sobre sus formas de contrastar y sus narraciones, que se imponen, así que la realidad deja de ser tan plana, tan de blancos y negros, tan binaria. De las películas de Pedro Almodóvar se rescatan asuntos cinematográficos, sí, pero, sobre todo, humanos. De lo que les pasa a las mujeres cuando se quedan solas y deben sobreponerse a los abusos. De lo que les pasa a las madres cuando pierden a sus hijos. De lo que atraviesan las monjas cuando quedan embarazadas. De lo que transitan las mujeres trans cuando logran diseñar el reflejo en el espejo de sus sueños: “Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”, dice Agrado, uno de los personajes de la película “Todo sobre mi madre”.
Este filme le entregó el primer premio Óscar al director de cine español. Se le reconoce como el trabajo que puso un antes y un después en su carrera, una historia que, según el portal web Fotogramas, determinó el nuevo enfoque del director en el melodrama puro y dramático.
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Justo ahora, esta película hace parte de la selección “En cartelera”, de la plataforma global MUBI, que desde 2007 está disponible en 190 países. Según Sandra Gómez, directora de mercadeo de MUBI Latinoamérica, el catálogo que ofrecen está agrupado en distintas curadurías, desde estrenos, redescubrimientos, ciclos temáticos, focos en festivales, cortometrajes, entre otras, para incentivar un diálogo entre las distintas épocas y perspectivas del cine y su historia. “Damos seguimiento a realizadores o creadores específicos, incluso con retrospectivas dedicadas a filmografías clásicas y contemporáneas”, agregó Gómez.
Hace 20 años se estrenó este filme protagonizado por Cecilia Roth, quien interpreta el papel de Manuela, una mujer que tuvo un pasado difícil, pero que logró transformarse por el anhelo de una vida a la que pudiese llegar un hijo. Es la historia de quien se alejó de su oscuridad para comenzar de cero en un lugar donde nadie pudiese hundirla, pero tampoco rescatarla, así que trabajó duro. Después de muchos años y con la certeza de que su horizonte parecía estable, tuvo que atravesar uno de los dolores (según muchas madres y muchos expertos en duelos) más profundos que alguien pueda experimentar: la pérdida de su hijo, que murió en un accidente. Que murió, además, frente a sus ojos y minutos antes de que pudiese enterarse de que su padre, quien siempre estuvo oculto, no era un él, sino una ella, y que esa era una de las razones por las que jamás lo conoció.
Después de la tragedia, Manuela regresa a la que fue su vida en un intento por dejar de ocultar cosas. Volvió a buscar al padre de su hijo muerto, pero antes de lograr encontrarlo, se encontró con un montón de vidas en pedazos que le hicieron compañía y la confrontaron con soledades no más duras, pero sí más trabajadas, más enmarañadas. Total, ella había logrado escapar por un tiempo. Había logrado salir por 17 años.
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Muchos de los giros más importantes de la vida de Manuela y de la película, son atravesados por un “Un tranvía llamado deseo”, la obra de Tennessee Williams que vio con su hijo la misma noche en la que tuvo que verlo morir después de salir corriendo a conseguir el autógrafo de la protagonista, Huma Rojo. La misma obra por la que conoció al papá de su hijo. La obra que le recordó que podía actuar. La misma obra que le dio trabajo a Agrado, uno de los personajes de esta película que se dedicaba a la prostitución, y le devolvió la esperanza de salir de las calles.
La vida es difícil, podría decir cualquiera después de terminar de ver “Todo sobre mi madre”. Es una frase fácil, pero útil para resumir cada una de las vidas que se desarrollan en esta película. De drama en drama, los desafíos de la maternidad se vislumbran: los sacrificios de quien deja su carrera y su amor para darle una vida mejor a su hijo, las jornadas de trabajo para sostener un techo y conseguir lo básico, la relegación de la propia vida. Pero, también, sobresalen los de la transexualidad: los costos, económicos y emocionales, de cambiarse de género e identidad. La hostilidad de la calle, las enfermedades de transmisión sexual, el desamor y la soledad de quien no tiene a nadie por el entorno: se sobrevive, así que la solidaridad es escasa. Se sobrevive, así que la amistad quita tiempo. Se sobrevive, así que en la cama solo hay tiempo para el sexo productivo, no para el amor.
En esta película hay papeles estelares ocupados por mujeres que existen en medio de la dificultad, que existen a pesar del dolor. Por ellas y a pesar de ellas, se hunden, y por ellas y por decisión de ellas, resurgen.
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