"En el fondo, todos aspiramos a romper las cadenas de nuestros padres, para al fin sentirnos héroes, así en el fondo sólo seamos villanos".
Foto: Lorraine Cormier - Pixabay
Gregorio Samsa se despertó una mañana convertido en un insecto porque Franz Kafka lo era. Su padre no lo consideraba suficiente y así fue como creó en su hijo una disonancia entre lo que era y lo que creía ser. En el fondo, el padre de Kafka deseaba que de él hubiera salido un espejo digno de ser admirado, quiso convertirse en Dios y crear una criatura a su imagen y semejanza. Al ver que no pudo, el único remedio que le quedó fue desbordar sus deseos por los cauces de un río hasta convertirlo en odio.
Por Juliana Vargas - @jvargasleal
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