TRansHisTor(ia) y su visualidad
Los investigadores María Sol Barón y Camilo Ordoñez llevan 11 años realizando procesos curatoriales que indagan sobre la cultura visual y su relación constante con las prácticas artísticas. Actualmente sus intereses curatoriales se reflejan en la exposición 'Contrainformación' en el 45 Salón Nacional de Artistas.
Sandra Fernández
El legado de una cotidianidad, de hechos trascendentales que en Colombia edificaron una historia continua, se hizo visible a través de un contenido visual que detectó masivamente y de manera alternativa las situaciones sociales, económicas y políticas que desde los años 70 se exaltaban con vehemencia. Durante aquella época y hasta hoy, las imágenes se reconocen en la escena artística como elementos fundamentales que, con pinzas, se examinan para configurar universos posibles y verdades alternas. Es así que la labor investigativa para crear nuevos escenarios manifestados por aquellas imágenes de archivo que continuamente dialogan con la contemporaneidad, se reconoce bajo un contexto y pertinencia que suele desglosarse en exposiciones con elementos que se originan a través de imágenes y producción gráfica.
“La cultura visual permite producir e intercambiar contenidos a través de las imágenes y ese intercambio de contenidos a través de la imagen también estimula procesos de creación artística”, explica Camilo Ordóñez, miembro del Equipo TRansHisTor(ia), entendiendo la cultura visual como aquella que, a partir de los años 70, comienza a considerarse como un campo compartido en el que suceden tanto prácticas artísticas como culturales de orden visual, interés latente del Equipo TRansHisTor(ia) que, tras once años dedicados a la investigación y los procesos curatoriales, manifiestan en sus proyectos ideas pertinentes y particulares que traen a colación hechos históricos que tienen vida en el presente.
Los investigadores y docentes María Sol Barón y Camilo Ordóñez se plantearon individualmente investigaciones para participar en 2007 en la beca Premio de curaduría histórica, de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA). Barón obtuvo mención de honor por su proyecto “Múltiples y originales”, que con su gestión y el apoyo de la FUGA y la Universidad Javeriana le permitieron desarrollar su proyecto si constituía un equipo de trabajo; fue así que le propuso a Ordóñez materializar este proyecto, que consiguió exponerse en 2011. Así surgió el Equipo TRansHisTor(ia), interesado en desarrollar proyectos de investigación y creación sobre la historia del arte en Colombia, involucrando la cultura visual.
“El primer pretexto fue ‘Múltiples y originales’. Ese proyecto tiene unas preguntas muy claras sobre la relación entre la cultura visual y el arte bajo el denominador común de lo original múltiple como una forma de divulgación y distribución de las imágenes”, explica Ordóñez de aquella matriz que ha inspirado la realización de diversos proyectos en su trayectoria, como “Con Wilson… dos décadas vulnerables, locales y visuales” o “Rojo y más rojo. Taller 4 Rojo; producción gráfica y acción directa”, de 2014, que tuvieron cada uno una exposición y una publicación. Propuestas curatoriales como “Sal vigua” (2015) o “La nariz del diablo” (2017), ambas con un interés sobre la economía y la política; entre otras curadurías que se destacan por su incidencia histórica y de carácter experimental.
Su proceso investigativo se adhiere al contenido visual, que pretenden estudiar a partir de imágenes de archivo que finalmente logran tejer atravesando un tema específico. “Construimos un relato visual a partir de un conjunto de imágenes —explica Ordóñez—, incluyendo imágenes del arte, la cultura visual, la propaganda, la publicidad y diferentes puentes como el cine, la arquitectura, la trama urbana y lo organizamos para construir un relato de acuerdo con las preguntas que nos hacemos y eso después nos ayuda a sustentar un proceso de investigación que arroja un conjunto de documentos mayor, que nos permite plantear la distribución en el espacio para la exposición y sustentar la curaduría”. Cuando el proyecto curatorial decanta en la exposición, el público se manifiesta al entrar en contacto con las obras o en las actividades propuestas por el Equipo TRansHisTor(ia), fortaleciendo la propuesta inicial. Como dice Barón, “es como un dispositivo para la activación del diálogo y de la memoria”.
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Actualmente, presentan en el 45° Salón Nacional de Artistas su exposición “Contrainformación”, una propuesta curatorial que parte del concepto general de esta edición que propone el revés de la trama, convocando a nueve propuestas curatoriales que visibilizan sus intereses, y que bajo la mirada del Equipo TRansHisTor(ia), busca indagar sobre cómo las prácticas artísticas y culturales logran generar contenidos alternos a la historia colombiana: “TRansHisTor(ia) ha interpretado el revés de la trama de acuerdo con nuestra trayectoria e intereses previos y lo que hemos querido es generar una curaduría que reúne un conjunto de prácticas artísticas y culturales donde se logra reconocer la coexistencia de diferentes relatos económicos, políticos, culturales que son capaces de confrontar la historia preestablecida”, comenta Ordóñez.
Para el Equipo TRansHisTor(ia), la curaduría se convirtió en una plataforma de investigación y creación, un espacio que responde a una coyuntura puesta en diálogo con la misma historia colombiana desde una cultura visual, que se entreteje con propuestas artísticas contemporáneas para generar cuestiones y establecer una relación cercana con el público, creando algo familiar y de incidencia en la cotidianidad.
El legado de una cotidianidad, de hechos trascendentales que en Colombia edificaron una historia continua, se hizo visible a través de un contenido visual que detectó masivamente y de manera alternativa las situaciones sociales, económicas y políticas que desde los años 70 se exaltaban con vehemencia. Durante aquella época y hasta hoy, las imágenes se reconocen en la escena artística como elementos fundamentales que, con pinzas, se examinan para configurar universos posibles y verdades alternas. Es así que la labor investigativa para crear nuevos escenarios manifestados por aquellas imágenes de archivo que continuamente dialogan con la contemporaneidad, se reconoce bajo un contexto y pertinencia que suele desglosarse en exposiciones con elementos que se originan a través de imágenes y producción gráfica.
“La cultura visual permite producir e intercambiar contenidos a través de las imágenes y ese intercambio de contenidos a través de la imagen también estimula procesos de creación artística”, explica Camilo Ordóñez, miembro del Equipo TRansHisTor(ia), entendiendo la cultura visual como aquella que, a partir de los años 70, comienza a considerarse como un campo compartido en el que suceden tanto prácticas artísticas como culturales de orden visual, interés latente del Equipo TRansHisTor(ia) que, tras once años dedicados a la investigación y los procesos curatoriales, manifiestan en sus proyectos ideas pertinentes y particulares que traen a colación hechos históricos que tienen vida en el presente.
Los investigadores y docentes María Sol Barón y Camilo Ordóñez se plantearon individualmente investigaciones para participar en 2007 en la beca Premio de curaduría histórica, de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA). Barón obtuvo mención de honor por su proyecto “Múltiples y originales”, que con su gestión y el apoyo de la FUGA y la Universidad Javeriana le permitieron desarrollar su proyecto si constituía un equipo de trabajo; fue así que le propuso a Ordóñez materializar este proyecto, que consiguió exponerse en 2011. Así surgió el Equipo TRansHisTor(ia), interesado en desarrollar proyectos de investigación y creación sobre la historia del arte en Colombia, involucrando la cultura visual.
“El primer pretexto fue ‘Múltiples y originales’. Ese proyecto tiene unas preguntas muy claras sobre la relación entre la cultura visual y el arte bajo el denominador común de lo original múltiple como una forma de divulgación y distribución de las imágenes”, explica Ordóñez de aquella matriz que ha inspirado la realización de diversos proyectos en su trayectoria, como “Con Wilson… dos décadas vulnerables, locales y visuales” o “Rojo y más rojo. Taller 4 Rojo; producción gráfica y acción directa”, de 2014, que tuvieron cada uno una exposición y una publicación. Propuestas curatoriales como “Sal vigua” (2015) o “La nariz del diablo” (2017), ambas con un interés sobre la economía y la política; entre otras curadurías que se destacan por su incidencia histórica y de carácter experimental.
Su proceso investigativo se adhiere al contenido visual, que pretenden estudiar a partir de imágenes de archivo que finalmente logran tejer atravesando un tema específico. “Construimos un relato visual a partir de un conjunto de imágenes —explica Ordóñez—, incluyendo imágenes del arte, la cultura visual, la propaganda, la publicidad y diferentes puentes como el cine, la arquitectura, la trama urbana y lo organizamos para construir un relato de acuerdo con las preguntas que nos hacemos y eso después nos ayuda a sustentar un proceso de investigación que arroja un conjunto de documentos mayor, que nos permite plantear la distribución en el espacio para la exposición y sustentar la curaduría”. Cuando el proyecto curatorial decanta en la exposición, el público se manifiesta al entrar en contacto con las obras o en las actividades propuestas por el Equipo TRansHisTor(ia), fortaleciendo la propuesta inicial. Como dice Barón, “es como un dispositivo para la activación del diálogo y de la memoria”.
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Actualmente, presentan en el 45° Salón Nacional de Artistas su exposición “Contrainformación”, una propuesta curatorial que parte del concepto general de esta edición que propone el revés de la trama, convocando a nueve propuestas curatoriales que visibilizan sus intereses, y que bajo la mirada del Equipo TRansHisTor(ia), busca indagar sobre cómo las prácticas artísticas y culturales logran generar contenidos alternos a la historia colombiana: “TRansHisTor(ia) ha interpretado el revés de la trama de acuerdo con nuestra trayectoria e intereses previos y lo que hemos querido es generar una curaduría que reúne un conjunto de prácticas artísticas y culturales donde se logra reconocer la coexistencia de diferentes relatos económicos, políticos, culturales que son capaces de confrontar la historia preestablecida”, comenta Ordóñez.
Para el Equipo TRansHisTor(ia), la curaduría se convirtió en una plataforma de investigación y creación, un espacio que responde a una coyuntura puesta en diálogo con la misma historia colombiana desde una cultura visual, que se entreteje con propuestas artísticas contemporáneas para generar cuestiones y establecer una relación cercana con el público, creando algo familiar y de incidencia en la cotidianidad.