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Desde la calle el arte se anuncia. Una vitrina revela vestigios de un laboratorio artístico fijándose en ciertos objetos vestidos que van narrando historias a los transeúntes del sector; un espacio de puertas abiertas, con actividades alimentadas de arte y de una conexión constante con la comunidad. Más que un espacio expositivo ubicado en el Barrio San Felipe (Distrito del arte en Bogotá), se encarga de concentrar en su interior las experiencias y diálogos posibles que constituyen los artistas dentro de un ambiente educativo y de enseñanza poco convencional.
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El curador colombiano José Roca y su esposa, Adriana Hurtado decidieron crear Flora ars+natura en la ciudad de Bogotá, con el fin de materializar todo ese conocimiento que adquirieron durante años entre viajes y experiencias artísticas, “Después de viajar por muchas partes sentí que mi trabajo se dispersaba en muchos sitios diferentes y no estaba construyendo algo para un público, por eso pensé en volver a Colombia, establecerme acá definitivamente y la forma de hacerlo fue creando este espacio”, explicó Roca. De esta manera se origina Flora que abre al público en el año 2013 con un enfoque que relaciona el arte y la naturaleza, tal vez sujeto a las mismas experiencias de este curador colombiano con la botánica, la política, los viajes que se convierten en temas latentes dentro de sus proyectos de gestión y curaduría.
Sus inicios no solamente surgen con el afán de hacer un espacio expositivo. Sus ambiciones se vislumbran en darle prioridad a un carácter educativo. En Honda, Tolima nace un espacio dedicado a las residencias artísticas de corta duración, invitando así a los artistas para desarrollar sus proyectos y posteriormente exponerlos en Flora en Bogotá. Aquella idea materializada, se fortalece y se replica en su espacio ubicado en el barrio San Felipe. Allí comienzan a surgir en primera instancia cuatro espacios para residencias artísticas, esta vez con mayor duración y con un acompañamiento continúo dirigido por el curador en residencia y José Roca quién dice: “nosotros le pusimos Escuela Flora pero no somos una escuela convencional. No damos ningún título, no hay un curriculum estructurado, lo que hacemos es creer firmemente en el universo que puede crear cada tutor porque lo que hacen los mejores profesores es inspirar”.
Florece el espacio, extendiéndose y adaptando el edificio trasero en un lugar de residencias artísticas, es así como pasan de formarse cuatro espacios de residencia, a ser en total veinte. Los artistas que conforman entonces este programa de estudios independientes se escogen a través de una convocatoria abierta; “Lo que decidimos fue conseguir benefactores, individuos o instituciones que financien cada uno un taller diferente y nosotros, FLORA, lo que hacemos es brindarles el espacio, brindarles una ayuda para alimentación, transporte y vivienda, y así crear un programa de estudios independientes para ellos”, comentó José Roca. Este programa de estudios independientes comprende metodologías de creación, investigación fijada en el arte contemporáneo, práctica artística dentro de talleres y una retroalimentación por parte de artistas, curadores, historiadores e investigadores de la escena internacional y nacional.
Esta perspectiva que moldeó a Flora ars + natura, estaba sujeta a una programación que incluía el lineamiento expositivo. Uno de los factores que visualizó su labor durante este periodo estuvo volcada en mostrar la obra y a diferentes artistas que tienen un gran valor dentro de la historia del arte, así tuvieron lugar exposiciones como ‘Plegaria muda’ de Doris Salcedo, ‘Musa paradisiaca’ de José Alejandro Restrepo, ‘Amazonia report’ del artista Jonier Marín, entre otras exposiciones que hacen parte de recuperaciones históricas con el fin de conectar al público joven con la experiencia de vivenciar dichas muestras que surgieron en épocas distintas.
“Flora es un espacio que le apuesta a generar espacios de encuentro entre los artistas mismos y la comunidad en el sentido más amplio. Es un lugar de encuentro”, definió Roca, mientras expresaba el interés por relacionar a la comunidad de este sector con las actividades que se plantean en Flora, organizando encuentros con los del programa ‘Chocolate con los vecinos’ y ‘Escuela abierta’, este último convocando al público en general para que participe en los seminarios, talleres y conversatorios con curadores, artistas y teóricos de la escena artística.
Durante estos cinco años de actividad, el espacio no solamente se ha transformado en su infraestructura, otorgando espacios más amplios y especializados, sino que cada vez más se convierte en un referente de enseñanza poco convencional. Su carácter educativo nutre su experiencia que se sigue construyendo, apostándole a nuevos espacios como ‘Solarium’, desarrollado por el artista Nicolás Paris, en la terraza del edificio y que se espera sea un lugar de encuentro para tratar temáticas que giren en torno a jardines y a la bio – construcción. Las exposiciones que surgían durante el año serán otro aspecto que se transformará, dándole prioridad a la obra producida por los artistas en residencia y que explica Roca: “La sala de proyectos se convierte en el ‘Colaboratorio’, donde invitamos a artistas que son tutores y que trabajan con artistas de la escuela de ese año o de años anteriores para hacer un proyecto en la sala que es más de tipo laboratorio”.
Para el aniversario que se celebra el próximo 23 de agosto, se inaugurará la exposición de la artista Ana María Devis, quién ha estado en la residencia de FLORA desde el primer año, y participó de ‘El Gabinete’, la vitrina expositiva que está a las afueras del espacio. Esta vez presentará un proyecto que desarrolla desde su residencia artística, obras performáticas de gran formato que abrirán un nuevo ciclo para Flora ars + natura.