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En tres años distintos, pero en la misma fecha, fallecieron el tanguero Roberto Goyeneche (1994), el poeta Cesare Pavese (1950) y el arquitecto Le Corbusier (1965).
Estos tres hombres, aunque dedicados a disciplinas distintas, compartieron una pasión por explorar los límites de sus respectivas artes. Cada uno, a su manera, contribuyó a la construcción de un legado que continúa siendo relevante y que, desde la música, la literatura y la arquitectura, sigue influyendo en generaciones posteriores.
Cesare Pavese
Cesare Pavese es una figura central de la literatura italiana. Su escritura se caracterizó por una profunda melancolía y una constante búsqueda de sentido.
Trató temas universales como la soledad, el sentido de la vida y la alienación en su trabajo. La profundidad con la que exploró estos temas resonó con lectores de diversas culturas y época. Obras como La luna y las fogatas y Diálogos con Leucó consolidaron su reputación como uno de los grandes escritores italianos del siglo XX.
El 26 de agosto de 1950, Pavese viajó a Turín, la ciudad donde había vivido y trabajado durante gran parte de su vida. Se hospedó en el hotel Roma, ubicado en la céntrica Piazza Carlo Felice. Allí, en la soledad de su habitación, tomó una decisión que había contemplado desde hacía tiempo. Dejó en la mesita de noche un ejemplar de su última obra, Diálogos con Leucó, un libro que había sido su refugio y en el que exploró temas sobre la mitología y el destino. Dentro del libro, colocó una nota final: “Perdono a todos y a todos pido perdón. Está bien. No chismorreen demasiado”.
El 27 de agosto de 1950, a los 41 años, Cesare Pavese ingirió una gran cantidad de barbitúricos, poniendo fin a su vida. Fue encontrado al día siguiente, acostado en su cama, sin señales de lucha o resistencia. Su suicidio dejó consternados a sus amigos y admiradores, pero para aquellos que lo conocían bien, no fue del todo inesperado. La vida de Pavese se caracterizó por un constante vaivén entre la creación literaria y un profundo malestar existencial.
La noticia de su muerte se propagó rápidamente, y Turín, la ciudad que había sido testigo de su crecimiento y consagración como escritor, le rindió homenaje.
Le Corbusier
Le Corbusier fue un visionario en el mundo de la arquitectura y el urbanismo. Su enfoque revolucionario sobre el diseño de ciudades y edificios transformó la manera en que se conciben hoy en día los espacios habitables.
Su trabajo se distinguió por una visión innovadora de la arquitectura y una constante búsqueda de mejorar la calidad de vida en las ciudades. En el verano de 1965, ya había alcanzado un estatus icónico gracias a su contribución al movimiento moderno y a proyectos como la Unité d’Habitation en Marsella y el plan maestro de Chandigarh.
El 27 de agosto de 1965, Le Corbusier se encontraba en su retiro en Cap Martin, en la Riviera Francesa, donde solía escapar del bullicio de su vida pública. A sus 77 años, decidió nadar en el mar Mediterráneo, una actividad que disfrutaba a pesar de las advertencias médicas. Pocos minutos después de entrar al agua, sufrió un ataque cardíaco, lo que probablemente lo llevó a ahogarse. Su cuerpo fue encontrado flotando por unos pescadores locales, y la noticia de su muerte se difundió rápidamente.
Le Corbusier dedicó su vida a reinventar la forma en que las personas vivían y trabajaban. Su fallecimiento marcó el fin de una era en la arquitectura moderna. Sin embargo, su legado sigue vivo en las ciudades y edificios que diseñó, y su influencia continúa siendo un pilar fundamental en la arquitectura contemporánea.
Roberto Goyeneche
Conocido como “El Polaco” por su delgada figura y su cabello rubio, Goyeneche se convirtió en uno de los cantantes más icónicos de Argentina, reconocido por su estilo de fraseo y su capacidad para transmitir la emoción del tango.
Goyeneche jugó un papel crucial en la renovación del tango. En los años 50 y 60, cuando el tango perdía popularidad frente a otros géneros musicales, Goyeneche, junto a artistas como Astor Piazzolla, contribuyó a revitalizarlo. Además, en los años 80 y 90, su regreso a los escenarios y su éxito renovado ayudaron a reavivar el interés en el tango.
Entre sus canciones más conocidas se encuentran Balada para un loco, una pieza emblemática de la nueva ola del tango; La colina de la vida, que refleja su habilidad para conectar emocionalmente con el público; y Nostalgias, un tango que se convirtió en uno de sus temas insignia.
El 27 de agosto de 1994, Goyeneche había sido hospitalizado previamente debido a problemas de salud relacionados con su avanzada edad. A pesar de las intervenciones y tratamientos médicos, su condición no mejoró.
El día de su fallecimiento, Goyeneche se encontraba en su casa en Buenos Aires. La noticia de su muerte se hizo pública rápidamente. La causa de su muerte se atribuyó a un fallo cardíaco.
Su fallecimiento conmovió profundamente al mundo del tango y a la cultura argentina. Goyeneche dejó un legado de más de 100 discos grabados y una contribución inestimable, que sigue siendo recordado y celebrado en Argentina y en todo el mundo.