Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      EE ADS

                                                                                                        Cursos y programas

                                                                                                          Más

                                                                                                          Blogs

                                                                                                            Especiales

                                                                                                              Descarga la App

                                                                                                                Edición Impresa

                                                                                                                  Suscripción

                                                                                                                    Eventos

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                19 de febrero de 2016 - 08:42 p. m.

                                                                                                                                Umberto Eco, el detective de los signos

                                                                                                                                Falleció anoche el escritor italiano, autor, entre otras obras, de “Apocalípticos e integrados”, “El nombre de la rosa” y “El péndulo de Foucault”.

                                                                                                                                Fernando Araújo Vélez

                                                                                                                                Umberto Eco escribió su primera novela, “El nombre de la rosa”, a los 48 años de edad. / AFP

                                                                                                                                Escribió para vivir, aunque supiera que casi todo era mentira, y que el hombre no era más que una bolsa de piel repleta de cosas repulsivas, como decía en El nombre de la rosa. Escribía en el campo, en la cama, en el baño, en la sala de la casa con sus más de 30.000 volúmenes prolijamente guardados en altos y profundos estantes, en los parques y en los cafés y los restaurantes. Escribió sin horarios porque, decía, era italiano, puro italiano, italiano sin orden ni método, italiano nacido en Alessandria, en tiempos de entreguerras. De niño quería ser conductor de tranvías para tener un maletín lleno de billetes, como los que tenían los conductores de tranvías. Luego quiso ser militar, porque a los diez años empezó a vivir la militarización de la Italia de Mussolini y lo atraían los uniformes y los sables y las armas. Más tarde dijo que quería ser periodista, y muchos, muchos años después, un año antes de morir, publicó una novela, Número cero, que contaba la historia de un periódico que sólo hacía números cero y publicaba noticias que jamás leían los lectores.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                “Describo un periódico asqueroso —le confesó a Xavi Ayen, de la revista Caras, un año atrás—, que juega con la información no para publicarla, sino para especular. Por lo general, los periódicos no son así. Pero ilustres periodistas italianos como Scalfari me han dicho: ‘Umberto, señalas algunos de nuestros problemas más graves, las taras del periodismo de hoy’. Roberto Saviano, tal vez exagerando, ha dicho que es un manual de periodismo. ¿Qué denuncio yo? Si un periódico entrevista al presidente, el poder de influencia de esa entrevista debería ser sobre el público, no sobre las altas esferas, que es lo que está sucediendo. Se hace periodismo para las élites”.

                                                                                                                                En Número cero, Eco clavó sus cuchillos en las entrañas del periodismo y de los periodistas, y explicó después sus puñaladas con pequeñas anécdotas y con su implacable sentido del humor. “Los periodistas activan la máquina del fango y no es necesario lanzar acusaciones muy graves, de asesinato, robo. Si no tienes eso, y quieres desacreditar a alguien, basta una sombra de sospecha sobre el comportamiento cotidiano”. Relataba entonces la historia de un juez italiano, al que hundieron publicando una nota sobre sus rutinarios paseos a un parque. Sin decirlo, los periodistas dieron a entender que en los parques la gente fumaba marihuana, y que a los parques iban los sociópatas, y que en los parques no se trabajaba. “Pusieron énfasis en sus calcetines ridículos de colores”. El juez cayó.

                                                                                                                                Un año antes, Eco había escrito que “un periodista especialmente perezoso puede visitar un sitio web al azar, elegir una teoría bien establecida y utilizarla como base para un artículo en profundidad con un titular que comience así: ‘Sensacional descubrimiento histórico’. El periodista podría vender esa historia con la serena convicción de que la información es tan obsoleta que puede ser desempolvada sin temor a que alguno de los lectores proteste. Imagínense un titular a ocho columnas: ‘Estudiosos descubren que César fue asesinado en los idus de marzo’, y el editor alabando al periodista: ‘Ahora bien, ¡esto es lo que yo llamo adelantarse con la noticia!’”.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                La mentira del hombre y el hombre hecho mentira. Umberto Eco se fue desilusionando de todo y casi de todos según fueron pasando los años, y según él fue viviendo su vida. Se decepcionó de la semiótica, por ejemplo, su gran amor, hasta el punto de que lo llamaban semiótico. “La semiótica es muy útil, yo la llamé la teoría de la mentira porque hay unos signos que se ocupan de algo que me permite decir lo que hay, pero, aún más, hay otros que me permiten decir lo que no hay y nunca ha estado. La semiótica es todo aquello que se utiliza para decir mentiras”.

                                                                                                                                Se desilusionó de los eruditos, a los que llamó perdedores por sus especializaciones. Se decepcionó de los académicos y sus reglas, y de algunos conocidos que, por vender, eran capaces de malograr lo bueno que habían hecho. Se decepcionó de la nueva ola de cómics, más inentendibles que los libros medievales de su biblioteca, y del amor, e incluso de sus enemigos. Y para no caer en más decepciones, dejó sus manuscritos en un baúl, para que quedaran como un legado de sus verdades, y para reírse de que algún día, cuando él muriera, sus alumnos tuvieran que hacerse cargo de ellos.

                                                                                                                                Umberto Eco escribió su primera novela, “El nombre de la rosa”, a los 48 años de edad. / AFP

                                                                                                                                Escribió para vivir, aunque supiera que casi todo era mentira, y que el hombre no era más que una bolsa de piel repleta de cosas repulsivas, como decía en El nombre de la rosa. Escribía en el campo, en la cama, en el baño, en la sala de la casa con sus más de 30.000 volúmenes prolijamente guardados en altos y profundos estantes, en los parques y en los cafés y los restaurantes. Escribió sin horarios porque, decía, era italiano, puro italiano, italiano sin orden ni método, italiano nacido en Alessandria, en tiempos de entreguerras. De niño quería ser conductor de tranvías para tener un maletín lleno de billetes, como los que tenían los conductores de tranvías. Luego quiso ser militar, porque a los diez años empezó a vivir la militarización de la Italia de Mussolini y lo atraían los uniformes y los sables y las armas. Más tarde dijo que quería ser periodista, y muchos, muchos años después, un año antes de morir, publicó una novela, Número cero, que contaba la historia de un periódico que sólo hacía números cero y publicaba noticias que jamás leían los lectores.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                “Describo un periódico asqueroso —le confesó a Xavi Ayen, de la revista Caras, un año atrás—, que juega con la información no para publicarla, sino para especular. Por lo general, los periódicos no son así. Pero ilustres periodistas italianos como Scalfari me han dicho: ‘Umberto, señalas algunos de nuestros problemas más graves, las taras del periodismo de hoy’. Roberto Saviano, tal vez exagerando, ha dicho que es un manual de periodismo. ¿Qué denuncio yo? Si un periódico entrevista al presidente, el poder de influencia de esa entrevista debería ser sobre el público, no sobre las altas esferas, que es lo que está sucediendo. Se hace periodismo para las élites”.

                                                                                                                                En Número cero, Eco clavó sus cuchillos en las entrañas del periodismo y de los periodistas, y explicó después sus puñaladas con pequeñas anécdotas y con su implacable sentido del humor. “Los periodistas activan la máquina del fango y no es necesario lanzar acusaciones muy graves, de asesinato, robo. Si no tienes eso, y quieres desacreditar a alguien, basta una sombra de sospecha sobre el comportamiento cotidiano”. Relataba entonces la historia de un juez italiano, al que hundieron publicando una nota sobre sus rutinarios paseos a un parque. Sin decirlo, los periodistas dieron a entender que en los parques la gente fumaba marihuana, y que a los parques iban los sociópatas, y que en los parques no se trabajaba. “Pusieron énfasis en sus calcetines ridículos de colores”. El juez cayó.

                                                                                                                                Un año antes, Eco había escrito que “un periodista especialmente perezoso puede visitar un sitio web al azar, elegir una teoría bien establecida y utilizarla como base para un artículo en profundidad con un titular que comience así: ‘Sensacional descubrimiento histórico’. El periodista podría vender esa historia con la serena convicción de que la información es tan obsoleta que puede ser desempolvada sin temor a que alguno de los lectores proteste. Imagínense un titular a ocho columnas: ‘Estudiosos descubren que César fue asesinado en los idus de marzo’, y el editor alabando al periodista: ‘Ahora bien, ¡esto es lo que yo llamo adelantarse con la noticia!’”.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                La mentira del hombre y el hombre hecho mentira. Umberto Eco se fue desilusionando de todo y casi de todos según fueron pasando los años, y según él fue viviendo su vida. Se decepcionó de la semiótica, por ejemplo, su gran amor, hasta el punto de que lo llamaban semiótico. “La semiótica es muy útil, yo la llamé la teoría de la mentira porque hay unos signos que se ocupan de algo que me permite decir lo que hay, pero, aún más, hay otros que me permiten decir lo que no hay y nunca ha estado. La semiótica es todo aquello que se utiliza para decir mentiras”.

                                                                                                                                Se desilusionó de los eruditos, a los que llamó perdedores por sus especializaciones. Se decepcionó de los académicos y sus reglas, y de algunos conocidos que, por vender, eran capaces de malograr lo bueno que habían hecho. Se decepcionó de la nueva ola de cómics, más inentendibles que los libros medievales de su biblioteca, y del amor, e incluso de sus enemigos. Y para no caer en más decepciones, dejó sus manuscritos en un baúl, para que quedaran como un legado de sus verdades, y para reírse de que algún día, cuando él muriera, sus alumnos tuvieran que hacerse cargo de ellos.

                                                                                                                                Por Fernando Araújo Vélez

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar