El arte de crear personas con papel
El artista colombiano, quien desde hace ocho años ha explorado la creación de esculturas con papel, habló sobre las obras que exhibió en Art Miami del 6 al 8 de diciembre.
Andrea Jaramillo Caro
¿Cómo llegó a exhibir en Art Miami?
Es mi tercer año en Context. Ya he estado en la feria de Miami, en esta sección. La obra que exhibí se llama Sujetos de ciudad, son esculturas de espaldas. He estado en ferias como Miami, Palm Beach y Wynwood. Para este año los organizadores, que ya conocían mi obra, decidieron darme un espacio con cinco obras de un formato más grande de 1,80 metros y también estoy en Context con obras más pequeñas de 1,10.
¿Podría describir las obras que está presentando?
Sujetos de ciudad está relacionada con ver a las personas en la ciudad, en su cotidianidad y lo que hago es un tema de fotografía, capturando a las personas en el momento, sin que posen ni nada. En esa captura comencé a hacer un análisis topográfico, como en capas. Así es como analizo a las personas. Las obras están hechas con cientos de miles de capas de papel. Ese es el trabajo que he desarrollado con estas piezas. Ahora, con las esculturas de espalda, el tema está en que uno está en lo suyo en la ciudad, nadie observa a los demás. Lo que hice fue capturar a estas personas y que el público conozca a estos sujetos de ciudad y se apropie de ellos, que generen una relación con estas imágenes, aunque no conozcan quién es.
¿Por qué eligió el papel como material?
Antes de esto yo trabajaba otra técnica más poligonal con el papel y cuando llegué al plano seriado, me gustó mucho porque el papel se convierte en un elemento muy delicado. Las esculturas en papel, usualmente, necesitan un cubículo de vidrio para que la obra no se dañe. La humedad la puede acabar y yo quería que el papel fuera resistente y que tuviera más durabilidad. Me gusta que la gente pueda tocar las obras.
¿Qué criterios tiene en cuenta para elegir a las personas que se convierten en sus sujetos de ciudad?
Generalmente, voy por la calle con mis audífonos, escuchando música y observo a las personas. Algunas van caminando y encuentro algo que me hace querer observarlos y ver lo que está pasando a su alrededor o la acción que está generando. A veces, por estar corriendo, creemos que nadie nos observa y mi trabajo es un poco eso.
Cuéntennos sobre su trayectoria y las técnicas que le han interesado.
Soy publicista y artista empírico. Mi investigación ha estado muy ligada al papel y somos muy pocos los que trabajamos ese material de esta forma. Hace poco me invitaron al 20.º aniversario de la Bienal en Lucca, que está enfocada en arquitectura, diseño de modas y también al material con el que trabajo, por lo que mi obra estuvo ahí. Me encantó ver el proceso artesanal allí y algo que me gusta de mis obras es que, el armar capa a capa al realizar esa persona, se dan da nuevo esos trabajos manuales y artesanales con el papel que se han venido perdiendo. Uno podría hacer esto en impresión 3D y con resina, sería más rápido. Pero el valor de esas técnicas se perdería.
¿Cómo fue su paso de la publicidad al arte?
Al principio, estudié Música. Soy trombonista. Luego, empecé a estudiar Publicidad y en esa industria siempre trabajé con el tema de labores manuales. Mientras estaba en Publicidad, a la par estudié Teatro y ahí empecé a aprender más sobre el cuerpo y a realizar una observación sobre este y el lenguaje corporal. Ahí empecé a desarrollar mi trabajo. Inicialmente, empecé a hacer cuadros en material reciclado. Siempre hay algo que me ha gustado mucho y es trabajar con cosas recicladas. Por ejemplo, mi papel sale del bagazo que queda de la caña de azúcar, del papel que se hace con ese residuo creo mis obras. Todo ese proceso que he hecho de la música, de la visión que tengo por haber estudiado Publicidad y del Teatro, se unió para llevarlo a mi obra. Me gusta pensar que cuando alguien ve un sujeto de ciudad puede verlo haciendo un monólogo y al colocar otras de estas figuras se crea una historia entre ellos.
¿Qué puntos de encuentro halló entre la publicidad, el trombón, el teatro y el arte?
La música me salvó y se ha mantenido como una constante en mi vida. Mientras hago mis obras escucho música y hay algunas piezas que fueron inspiradas por canciones en específico que, de alguna forma, he crecido con ellas. Mientras construyo mis obras, una parte de mí se queda en ellas. Por ese lado está lo musical. En cuanto a lo publicitario, el puente está en la visión que me ha dado del arte como una exploración más allá del sentimiento. Por ejemplo, indagar con video y fotografía en temas de composición y darle un por qué a todo lo que hago. Por último, el teatro es ver el lenguaje corporal de las personas, el cuerpo, el análisis que se realiza topográficamente de las personas. Todo eso lo he unido y ha sido una enseñanza para hacer lo que estoy haciendo actualmente.
¿Qué ha sido lo más desafiante de emprender su carrera como artista?
Lo más difícil ha sido que la gente aprecie el trabajo que uno realiza. Siento que más que todo me ha sucedido en Colombia que de alguna forma nos estamos acostumbrando a que se ha perdido el valor del trabajo artesanal y siento que a veces se considera que lo único que importa es el producto. Eso a uno lo desanima como artista. Ha sido interesante porque la gente ha podido llegar a mi obra y ya saben quién soy y se han podido dar cuenta de que todo esto tiene un proceso. Eso ha crecido poco a poco en admiración. Creo que les he ido enseñando, a través de mi trabajo, cómo admirar el trabajo manual y el trabajo artesanal de un artista.
¿Cómo llegó a exhibir en Art Miami?
Es mi tercer año en Context. Ya he estado en la feria de Miami, en esta sección. La obra que exhibí se llama Sujetos de ciudad, son esculturas de espaldas. He estado en ferias como Miami, Palm Beach y Wynwood. Para este año los organizadores, que ya conocían mi obra, decidieron darme un espacio con cinco obras de un formato más grande de 1,80 metros y también estoy en Context con obras más pequeñas de 1,10.
¿Podría describir las obras que está presentando?
Sujetos de ciudad está relacionada con ver a las personas en la ciudad, en su cotidianidad y lo que hago es un tema de fotografía, capturando a las personas en el momento, sin que posen ni nada. En esa captura comencé a hacer un análisis topográfico, como en capas. Así es como analizo a las personas. Las obras están hechas con cientos de miles de capas de papel. Ese es el trabajo que he desarrollado con estas piezas. Ahora, con las esculturas de espalda, el tema está en que uno está en lo suyo en la ciudad, nadie observa a los demás. Lo que hice fue capturar a estas personas y que el público conozca a estos sujetos de ciudad y se apropie de ellos, que generen una relación con estas imágenes, aunque no conozcan quién es.
¿Por qué eligió el papel como material?
Antes de esto yo trabajaba otra técnica más poligonal con el papel y cuando llegué al plano seriado, me gustó mucho porque el papel se convierte en un elemento muy delicado. Las esculturas en papel, usualmente, necesitan un cubículo de vidrio para que la obra no se dañe. La humedad la puede acabar y yo quería que el papel fuera resistente y que tuviera más durabilidad. Me gusta que la gente pueda tocar las obras.
¿Qué criterios tiene en cuenta para elegir a las personas que se convierten en sus sujetos de ciudad?
Generalmente, voy por la calle con mis audífonos, escuchando música y observo a las personas. Algunas van caminando y encuentro algo que me hace querer observarlos y ver lo que está pasando a su alrededor o la acción que está generando. A veces, por estar corriendo, creemos que nadie nos observa y mi trabajo es un poco eso.
Cuéntennos sobre su trayectoria y las técnicas que le han interesado.
Soy publicista y artista empírico. Mi investigación ha estado muy ligada al papel y somos muy pocos los que trabajamos ese material de esta forma. Hace poco me invitaron al 20.º aniversario de la Bienal en Lucca, que está enfocada en arquitectura, diseño de modas y también al material con el que trabajo, por lo que mi obra estuvo ahí. Me encantó ver el proceso artesanal allí y algo que me gusta de mis obras es que, el armar capa a capa al realizar esa persona, se dan da nuevo esos trabajos manuales y artesanales con el papel que se han venido perdiendo. Uno podría hacer esto en impresión 3D y con resina, sería más rápido. Pero el valor de esas técnicas se perdería.
¿Cómo fue su paso de la publicidad al arte?
Al principio, estudié Música. Soy trombonista. Luego, empecé a estudiar Publicidad y en esa industria siempre trabajé con el tema de labores manuales. Mientras estaba en Publicidad, a la par estudié Teatro y ahí empecé a aprender más sobre el cuerpo y a realizar una observación sobre este y el lenguaje corporal. Ahí empecé a desarrollar mi trabajo. Inicialmente, empecé a hacer cuadros en material reciclado. Siempre hay algo que me ha gustado mucho y es trabajar con cosas recicladas. Por ejemplo, mi papel sale del bagazo que queda de la caña de azúcar, del papel que se hace con ese residuo creo mis obras. Todo ese proceso que he hecho de la música, de la visión que tengo por haber estudiado Publicidad y del Teatro, se unió para llevarlo a mi obra. Me gusta pensar que cuando alguien ve un sujeto de ciudad puede verlo haciendo un monólogo y al colocar otras de estas figuras se crea una historia entre ellos.
¿Qué puntos de encuentro halló entre la publicidad, el trombón, el teatro y el arte?
La música me salvó y se ha mantenido como una constante en mi vida. Mientras hago mis obras escucho música y hay algunas piezas que fueron inspiradas por canciones en específico que, de alguna forma, he crecido con ellas. Mientras construyo mis obras, una parte de mí se queda en ellas. Por ese lado está lo musical. En cuanto a lo publicitario, el puente está en la visión que me ha dado del arte como una exploración más allá del sentimiento. Por ejemplo, indagar con video y fotografía en temas de composición y darle un por qué a todo lo que hago. Por último, el teatro es ver el lenguaje corporal de las personas, el cuerpo, el análisis que se realiza topográficamente de las personas. Todo eso lo he unido y ha sido una enseñanza para hacer lo que estoy haciendo actualmente.
¿Qué ha sido lo más desafiante de emprender su carrera como artista?
Lo más difícil ha sido que la gente aprecie el trabajo que uno realiza. Siento que más que todo me ha sucedido en Colombia que de alguna forma nos estamos acostumbrando a que se ha perdido el valor del trabajo artesanal y siento que a veces se considera que lo único que importa es el producto. Eso a uno lo desanima como artista. Ha sido interesante porque la gente ha podido llegar a mi obra y ya saben quién soy y se han podido dar cuenta de que todo esto tiene un proceso. Eso ha crecido poco a poco en admiración. Creo que les he ido enseñando, a través de mi trabajo, cómo admirar el trabajo manual y el trabajo artesanal de un artista.