“Siempre he creído que podemos narrar nuestra vida mediante canciones”
El periodista musical, y autor de La forma en que suenas, Juan Martín Fierro, habló sobre este libro, la inspiración y los retos de entrevistar a personajes reconocidos del ámbito musical. Además, detalló su exploración como músico.
Jorge Danilo Bravo Reina
¿De qué trata La forma en que suenas?
Mi último libro es una antología que encapsula mi labor en el periodismo musical a lo largo de 25 años. Constituye un tributo a aquellos músicos que han ejercido una profunda influencia en mi vida y que han sido compañeros constantes. Siempre he creído que todos podemos narrar nuestra vida mediante canciones, trazando un mapa de nuestros recuerdos y experiencias. El proyecto inicialmente surgió como una cartografía musical, una travesía por los sonidos que me han marcado desde mis primeros años. El libro recoge una diversidad de géneros musicales: ritmos andinos, costeros colombianos y la música tropical, con un enfoque especial en la investigación. También explora influencias afroantillanas, la riqueza sonora brasileña, el jazz y otros estilos latinoamericanos.
¿En qué momento surgió el interés por la música?
Se gestó en un contexto peculiar, considerando que soy una persona con deficiencia auditiva. Resulta irónico, pero desde temprana edad desarrollé una sensibilidad extraordinaria hacia el mundo musical. Esta conexión se remonta a mi infancia, donde mi madre tuvo un papel fundamental. Recuerdo que cantaba boleros, ese fue mi primer encuentro con este género. Fue ella quien me introdujo a los grandes maestros, como los de la Sonora Matancera y, en particular, al bolerista cubano Roberto Ledesma. Sin embargo, mi padre también dejó su huella: me mostró el género tropical en maestros como Leandro Díaz, Rafael Escalona y Alfredo Gutiérrez, así como en las melodías de su tierra natal, Huila. A través de él accedí a la variedad de la música mexicana.
¿Cómo fue ese proceso de escribir y entrevistar a grandes figuras de la música?
Ha sido una experiencia enriquecedora para mí. Aunque no tengo una formación en música, siempre me ha fascinado cómo el ser humano puede desarrollar una sensibilidad tan profunda hacia ella. En este libro exploré la idea de que la música tiene un poder sinestésico que va más allá de lo superficial, capaz de activar nuestras sensaciones, pensamientos e imaginación de manera sensorial. En este contexto, mi obra está dedicada a Carlos Flores Sierra, un referente en el periodismo musical en Colombia y un mentor que me introdujo al mundo del jazz. Pasé muchas tardes junto a él, sumergiéndonos en la música y las conversaciones. Siempre enfatizaba en la importancia de no limitarse a presentar datos sobre los artistas, sino de contextualizar sus vidas y obras dentro de las circunstancias en las que vivieron. Recuerdo que solía citar a Ortega y Gasset, quien afirmaba: “Soy yo y mis circunstancias”, una frase que resonó profundamente en mí y que guía mi enfoque hacia la escritura.
¿Cuál es el texto que más disfruta leer del libro?
La entrevista con Concha Buika. Fue una experiencia desafiante, pero también muy enriquecedora. Buika es una persona rápida, afilada y absolutamente brillante, lo que hace que nunca sepas por dónde va a salir en una conversación. Además, tengo un gran aprecio por las conversaciones que tuve con Rubén Blades. Creo que él, en particular, nos ofrece mensajes importantes de reflexión como ciudadanos y seres humanos en general. Por supuesto, también hay momentos anecdóticos que atesoro, como la oportunidad de subir al escenario y cantar con una leyenda de la salsa como Cheo Feliciano. Fue una experiencia única y memorable que siempre recordaré con cariño.
Después de esta experiencia, ¿quisiera seguir escribiendo sobre música?
No puedo afirmar con certeza si seguiré escribiendo sobre música. En este punto de mi camino estoy más enfocado en la escritura literaria. No obstante, no puedo negar que mi conexión con la música seguirá presente en mi vida de alguna forma. Con este libro pude reflexionar sobre el papel que este arte ha desempeñado en mi vida y en mi carrera como escritor, por ello estoy profundamente agradecido. Al mismo tiempo, siento que estoy cerrando un ciclo importante.
Escribe mucho sobre música, pero, ¿toca algún instrumento?
Sí, la guitarra. Disfruto mucho los boleros y la riqueza de la música brasileña, especialmente la bossa nova. Además, me encanta cantar, considero que es una experiencia enriquecedora y sanadora.
A propósito, ¿ha conformado alguna agrupación musical?
Durante mi época universitaria formaba parte de una banda junto a algunos amigos y explorábamos diferentes géneros como el son cubano, los boleros y la música brasileña. Además, tuve la oportunidad de actuar en algunos locales, como el famoso Brasa Brasil, aunque no estoy seguro de si todavía existe.
¿Tuvo referencias literarias a la hora de escribir este libro?
Claro, te diría que me marcaron muchos músicos e investigadores en el campo del jazz, como Ted Gioia, Ian Carr y James Lincoln Collier. Son músicos, biógrafos e investigadores.
¿Una biografía que le guste mucho?
Hay una maravillosa que se llama Amoroso: una biografía de João Gilberto, escrita por Zuza Homem de Mello.
¿De qué trata La forma en que suenas?
Mi último libro es una antología que encapsula mi labor en el periodismo musical a lo largo de 25 años. Constituye un tributo a aquellos músicos que han ejercido una profunda influencia en mi vida y que han sido compañeros constantes. Siempre he creído que todos podemos narrar nuestra vida mediante canciones, trazando un mapa de nuestros recuerdos y experiencias. El proyecto inicialmente surgió como una cartografía musical, una travesía por los sonidos que me han marcado desde mis primeros años. El libro recoge una diversidad de géneros musicales: ritmos andinos, costeros colombianos y la música tropical, con un enfoque especial en la investigación. También explora influencias afroantillanas, la riqueza sonora brasileña, el jazz y otros estilos latinoamericanos.
¿En qué momento surgió el interés por la música?
Se gestó en un contexto peculiar, considerando que soy una persona con deficiencia auditiva. Resulta irónico, pero desde temprana edad desarrollé una sensibilidad extraordinaria hacia el mundo musical. Esta conexión se remonta a mi infancia, donde mi madre tuvo un papel fundamental. Recuerdo que cantaba boleros, ese fue mi primer encuentro con este género. Fue ella quien me introdujo a los grandes maestros, como los de la Sonora Matancera y, en particular, al bolerista cubano Roberto Ledesma. Sin embargo, mi padre también dejó su huella: me mostró el género tropical en maestros como Leandro Díaz, Rafael Escalona y Alfredo Gutiérrez, así como en las melodías de su tierra natal, Huila. A través de él accedí a la variedad de la música mexicana.
¿Cómo fue ese proceso de escribir y entrevistar a grandes figuras de la música?
Ha sido una experiencia enriquecedora para mí. Aunque no tengo una formación en música, siempre me ha fascinado cómo el ser humano puede desarrollar una sensibilidad tan profunda hacia ella. En este libro exploré la idea de que la música tiene un poder sinestésico que va más allá de lo superficial, capaz de activar nuestras sensaciones, pensamientos e imaginación de manera sensorial. En este contexto, mi obra está dedicada a Carlos Flores Sierra, un referente en el periodismo musical en Colombia y un mentor que me introdujo al mundo del jazz. Pasé muchas tardes junto a él, sumergiéndonos en la música y las conversaciones. Siempre enfatizaba en la importancia de no limitarse a presentar datos sobre los artistas, sino de contextualizar sus vidas y obras dentro de las circunstancias en las que vivieron. Recuerdo que solía citar a Ortega y Gasset, quien afirmaba: “Soy yo y mis circunstancias”, una frase que resonó profundamente en mí y que guía mi enfoque hacia la escritura.
¿Cuál es el texto que más disfruta leer del libro?
La entrevista con Concha Buika. Fue una experiencia desafiante, pero también muy enriquecedora. Buika es una persona rápida, afilada y absolutamente brillante, lo que hace que nunca sepas por dónde va a salir en una conversación. Además, tengo un gran aprecio por las conversaciones que tuve con Rubén Blades. Creo que él, en particular, nos ofrece mensajes importantes de reflexión como ciudadanos y seres humanos en general. Por supuesto, también hay momentos anecdóticos que atesoro, como la oportunidad de subir al escenario y cantar con una leyenda de la salsa como Cheo Feliciano. Fue una experiencia única y memorable que siempre recordaré con cariño.
Después de esta experiencia, ¿quisiera seguir escribiendo sobre música?
No puedo afirmar con certeza si seguiré escribiendo sobre música. En este punto de mi camino estoy más enfocado en la escritura literaria. No obstante, no puedo negar que mi conexión con la música seguirá presente en mi vida de alguna forma. Con este libro pude reflexionar sobre el papel que este arte ha desempeñado en mi vida y en mi carrera como escritor, por ello estoy profundamente agradecido. Al mismo tiempo, siento que estoy cerrando un ciclo importante.
Escribe mucho sobre música, pero, ¿toca algún instrumento?
Sí, la guitarra. Disfruto mucho los boleros y la riqueza de la música brasileña, especialmente la bossa nova. Además, me encanta cantar, considero que es una experiencia enriquecedora y sanadora.
A propósito, ¿ha conformado alguna agrupación musical?
Durante mi época universitaria formaba parte de una banda junto a algunos amigos y explorábamos diferentes géneros como el son cubano, los boleros y la música brasileña. Además, tuve la oportunidad de actuar en algunos locales, como el famoso Brasa Brasil, aunque no estoy seguro de si todavía existe.
¿Tuvo referencias literarias a la hora de escribir este libro?
Claro, te diría que me marcaron muchos músicos e investigadores en el campo del jazz, como Ted Gioia, Ian Carr y James Lincoln Collier. Son músicos, biógrafos e investigadores.
¿Una biografía que le guste mucho?
Hay una maravillosa que se llama Amoroso: una biografía de João Gilberto, escrita por Zuza Homem de Mello.