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Los murmullos de diez años se encierran en el eco de uno de los edificios de patrimonio arquitectónico emblemáticos de la ciudad de Bogotá, ubicado en el centro histórico. Por aquí han pasado puestas en escena, proyectos expositivos, discusiones y diálogos en torno al arte contemporáneo, además de un sinnúmero de actividades artísticas que aprovechan el espacio como una extensión de su trabajo. Sus proyectos, enfocados y conectados a la experimentación y al reconocimiento de la necesidad de fortalecer y construir un tejido social, han logrado hacer énfasis en que este espacio autogestionado proporciona al público visitante una experiencia única en la que su participación es de vital importancia para continuar los proyectos que se han gestado en las paredes de este lugar.
Como lo decía el artista y crítico Marcelo Expósito en su artículo La potencia de la cooperación (2012): “Las sociedades se sostienen de la misma manera que cambian para mejorar: por la inmensidad del trabajo vivo y la fuerza oceánica de la cooperación social. Si una acción singular provoca cambios es porque sintetiza un proceso previo al que inmediatamente ayuda a estallar lo potenciado. (...) Lo que nos importa en el arte, al igual que en todo movimiento transformador, es producir acontecimientos que condense los procesos de cooperación preexistentes detonando a continuación el poder del cambio colectivo”. Estas creaciones en Odeón representan un rol importante que se conecta con la localidad de La Candelaria y que busca reconocer que la actividad del artista va más allá de la creación de obra porque funciona como catalizador de pensamientos colectivos.
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Luego de la pandemia, Odeón comenzó a asentar en sus propósitos los lazos con comunidades que brindaban al público experiencias con propósito social. Si bien desde sus inicios su programación se centralizaba en ejes curatoriales definidos con proyectos de artistas que habitaban en el lugar, a partir de 2022 surge un espacio de encuentro, de aprendizaje y de cuidado creado en colaboración con colectivos de la localidad. “La pregunta por entender la práctica artística más allá de invitar a un artista a exponer, sino generar colectividad desde el arte, siento que es algo que se ha explorado en Odeón durante varios años. Creo que fue una cosa muy intuitiva, muy desde un lugar para nosotros y yo sé que mucha gente se pregunta, ¿qué pasó?, pero para nosotros fue un salto muy lógico de lo que veníamos haciendo y de lo que veníamos entendiendo”, comenta Tatiana Rais, Directora del Espacio Odeón.
Uno de los detonantes que experimentó Odeón frente a esta pregunta se dio en 2019 con el proyecto Aquí vive gente, inspirado en la organización Brigada Puerta de Tierra de San Juan de Puerto Rico y su trabajo Aquí vive gente: Museo de Historia y Comunidad de Puerta de Tierra, que se mostró en 2018 en el Storefront for Art and Architecture de Nueva York. Este proyecto se instauró en Odeón no como una exposición, sino como un lugar para habitar a partir de las actividades planteadas por las organizaciones: Brigada Puerta de Tierra (Puerto Rico), Casa B, El Centro No Se Vende y Unión de Costurero. A partir de reflexiones sobre el territorio, la memoria, la pedagogía y la sostenibilidad, se realizaron talleres, almuerzos comunitarios, clases de cocina, costureros de memoria, diálogos de saberes y residencias. “Es importante seguir haciendo estos encuentros, seguir trabajando desde el punto de vista social, de unidad, porque si no nos unimos y seguimos trabajando solos, “una sola gaviota no llama agua”, como dice el dicho. Entonces es importante seguir trabajando en crear una conciencia colectiva para saber qué es lo que está pasando en torno al territorio, los derechos humanos y las personas”, decía en el catálogo del proyecto Paola Palacios, de Unión de Costurero.
Bajo esta perspectiva, Odeón reverdece con Espacio Comunal, un lugar de encuentro que desarrolla procesos colectivos enfocados en saberes y prácticas artísticas. Esta iniciativa surge en 2022 de la mano de Coopia, una cooperativa que trabaja con procesos pedagógicos y espaciales para la transformación del territorio y el apoyo financiero del Goethe Institute en Europa. El espacio del sótano blanco recibe entonces a las propuestas de colectivos que se han acoplado con las intenciones de Odeón.
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House of Yeguazas, colectivo queer enfocado en la emancipación del cuerpo desde una posición de disidencia de género; Unión de costurero, iniciativa liderada por sobrevivientes del conflicto armado que impulsan la costura colectiva como un medio pedagógico de memoria y sanación; Huerta Santa Elena, liderado por Elena Villamil, que reconoce las de experiencias y conocimientos alrededor de la tierra; y los artistas Andrés Matias Pinilla e Iñaki Chavarri, han tejido hasta la fecha los momentos de diálogo y acciones en el marco de la programación de Espacio Comunal
“El planteamiento era que Odeón mediaro o sirviera de interlocutor, pero que pudiéramos invitar a distintas organizaciones y colectivos con los que hemos venido trabajando desde hace varios años, que están basados acá en la localidad y que justamente fueran ellas quienes marcaran la pauta de lo que podría llegar a ocurrir acá”, explica Tatiana.
En su primer año, Espacio Comunal planteó una temática y pregunta que tejió a los colectivos participantes: ¿Cómo se alimenta el cuerpo en movimiento? Para este año cada actividad y acción de los colectivos se relacionan con distintas temperaturas: en el primer semestre del año el fuego y lo que está atado a él, calentar, crear, pensar, sembrar; mientras que para el segundo semestre del año el tiempo templado de recoger, de cuidar y de fermentar.
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El primer ciclo se desarrolla entre marzo y julio, con actividades como clases de Danza subversiva con House of Yeguazas; la residencia ¿Qué puede un cuerpo? a cargo del colectivo Impromtvs; Costura colectiva, un espacio por la paz, la vida y la memoria con Unión de Costurero; Almuerzo comunal con un colectivo invitado; el espacio para dj’s bogotanos en Open deck; los talleres teórico-prácticos Brújula: creación-gestión por Iñaki Chavarri y Tatiana Rais; además de un espacio abierto todos los días de acceso gratuito para trabajar, leer y tomarse un café.
“Espacio Comunal está abierto a recibir propuestas, a crecer y que otras personas se unan a la dinámica, pero que tengan ese vínculo con los procesos que estamos haciendo acá, porque lo que estamos buscando no es tanto circular proyectos, sino cómo justamente desde Odeon crear herramientas para generar una creación colectiva, una creación distinta a lo que normalmente se entiende como creación artística”, dice Rais.
Espacio Odeón a propósito de su décimo aniversario, hará un lanzamiento en el mes de julio del libro que recopila los proyectos que se han gestado y se han exhibido en el espacio.
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