“Un libro es una manera de vivir muchas vidas”
María Paola Sánchez y Andrea Triana fundaron la librería Nada, ubicada en la Cl. 69 #10a-09, hace nueve años como un espacio más allá de los libros, para abarcar arte y objetos, junto con tres proyectos editoriales con los que han publicado varios títulos.
Andrea Jaramillo Caro
¿De dónde salió el nombre de la librería?
Cuando nosotras estábamos pensando en el proyecto nos demoramos mucho encontrando el nombre, tuvimos reuniones larguísimas intentando llegar ahí. En una de esas estaba leyendo un libro llamado Nada, de la escritora Janne Teller, ahí surgió la idea de llamar así la librería, aunque era una decisión muy difícil, pero elegimos el título de ese libro porque además de ser una lectura increíble, no sabíamos el potencial que tenía el nombre. Con el tiempo se ha ido cargando de significados y sentidos, además funciona muy bien como comunicación. Tiene muchas variables y nos ayuda a comunicar muchas cosas a través de él. “Nada es para siempre” se volvió nuestro eslogan y casi que un mantra para dejar los apegos.
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¿Cuál es la historia de este proyecto?
En mayo cumplimos nueve años. Comenzamos en el segundo piso de Cine Tonalá, ahí arrancamos sin saber muy bien lo que estábamos haciendo, con una idea de lo que queríamos. Queríamos una librería en la que también se pudieran hacer exposiciones, hubiera arte, libros y objetos, siempre hemos tenido eso en la cabeza, tener cosas afines con lo que a nosotras nos gusta. Así empezamos a armarla, con pocos libros al principio, a la par con Tonalá. Fue lindo ese inicio, porque ellos igual estaban apenas saliendo. Hemos ido creciendo con el tiempo y entendiendo el proyecto a medida que pasa el tiempo, no ha tenido una misión, visión u objetivos marcados desde el principio, hemos ido aprendiendo cómo hacer las cosas, e igualmente hemos cometido mil errores. Así hemos ido creciendo y ahora estamos en esta nueva sede que esperamos que sea permanente.
¿Por qué reunir todos estos elementos bajo un mismo techo?
Antes de comenzar Nada siempre formé parte de espacios de circulación de arte independiente, mientras que Andrea era editora y tenía su editorial. Además, tenía otro proyecto en el que vendía objetos y cuando Andrea y yo nos juntamos pensamos en cosas que eran parte de nuestro universo y lo que queríamos que pasara, eso es lo que hay acá. Por ahí nos fuimos, nuestro aspecto diferencial, queríamos que fuera el poder encontrar varios libros de artista y de imagen. Con el tiempo empezamos a aumentar nuestro catálogo hacia crítica, filosofía, narrativa, naturaleza, literatura infantil y más. Al principio era muy enfocado al libro de artista por nuestras aficiones, Nada es el reflejo de lo que Andrea y yo somos.
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Para usted, ¿qué representa un libro?
Creo que si hablamos desde la narrativa, es una manera de vivir muchas vidas. Cuando tú lees puedes entender la forma en la que piensan otras personas, el entorno en el que están, de dónde surgen sus ideas, es como si tuvieras la posibilidad de no solo vivir tu vida, sino la de otros y conocer gran parte de la humanidad a partir de las historias que cuentan, así sean ficción. Sin duda están cargadas de su propio universo. Mi amor por los libros viene de ahí. En cuanto al libro de artista, creemos que es otro medio para hablar de proyectos de arte, las exposiciones no necesariamente tienen que estar colgadas en las paredes, el libro es también un medio para exponer y mostrar las ideas o para hacer realidad proyectos. Desde nuestras editoriales proponemos el libro como una sala de exposición.
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Hablemos sobre estas editoriales que hacen parte de Nada...
Andrea Triana tiene la editorial Jardín Publicaciones desde 2011, ella venía ya publicando y cuando Nada comienza en 2014, pensamos en 2015 que sería muy chevere tener una editorial. En ese momento surgió Salvaje, que es la primera editorial que surge desde Nada y empezamos a publicar proyectos de artistas. La otra editorial, que surge en 2019, se llama Hambre y es una editorial que tengo con Diego Uribe y está más enfocada en narrativa y cuento, le damos mucha importancia a la traducción. Nada cobija esas tres editoriales. En noviembre hicimos un proyecto que se llama Rayo Verde, que son tres libros, todos en colaboración con mujeres, que abarcan temas como huerta orgánica, plantas medicinales y fermentación, un poco inclinados hacia soberanía alimentaria y la relación que tenemos con la naturaleza y los alimentos.
Además de Rayo Verde, también manejan una sección que mezcla el arte y la ciencia. ¿De dónde surgió el interés por unir estos temas bajo el techo de la librería?
Arte y ciencia salió en pandemia, cuando estábamos mirando qué hacer. Empezamos a publicar que artistas estaban haciendo durante la pandemia o libros que estuvieran en el dominio público, proyectos que nos llamaran la atención, aunque no estuvieran del todo relacionados con la ciencia. De ahí salió y empezamos a publicar diferentes proyectos que nos iban llegando y nutriendo esa página con diferentes curadurías de artistas. Hace un tiempo no lo actualizamos porque cuando el mundo se reactivó nosotras volvimos a publicar y esto quedó un poco al costado, estamos pensando qué hacer con esta página y cómo trabajarla. Siempre intentamos estar cerca de la naturaleza, aunque estemos en medio de la ciudad, para entender cómo funciona este mundo desde otro lugar y no necesariamente desde el concreto. De ahí surgió Rayo Verde como colección y seguro va a traer otros temas que esperamos que salgan en un futuro cercano.
¿De dónde salió el nombre de la librería?
Cuando nosotras estábamos pensando en el proyecto nos demoramos mucho encontrando el nombre, tuvimos reuniones larguísimas intentando llegar ahí. En una de esas estaba leyendo un libro llamado Nada, de la escritora Janne Teller, ahí surgió la idea de llamar así la librería, aunque era una decisión muy difícil, pero elegimos el título de ese libro porque además de ser una lectura increíble, no sabíamos el potencial que tenía el nombre. Con el tiempo se ha ido cargando de significados y sentidos, además funciona muy bien como comunicación. Tiene muchas variables y nos ayuda a comunicar muchas cosas a través de él. “Nada es para siempre” se volvió nuestro eslogan y casi que un mantra para dejar los apegos.
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¿Cuál es la historia de este proyecto?
En mayo cumplimos nueve años. Comenzamos en el segundo piso de Cine Tonalá, ahí arrancamos sin saber muy bien lo que estábamos haciendo, con una idea de lo que queríamos. Queríamos una librería en la que también se pudieran hacer exposiciones, hubiera arte, libros y objetos, siempre hemos tenido eso en la cabeza, tener cosas afines con lo que a nosotras nos gusta. Así empezamos a armarla, con pocos libros al principio, a la par con Tonalá. Fue lindo ese inicio, porque ellos igual estaban apenas saliendo. Hemos ido creciendo con el tiempo y entendiendo el proyecto a medida que pasa el tiempo, no ha tenido una misión, visión u objetivos marcados desde el principio, hemos ido aprendiendo cómo hacer las cosas, e igualmente hemos cometido mil errores. Así hemos ido creciendo y ahora estamos en esta nueva sede que esperamos que sea permanente.
¿Por qué reunir todos estos elementos bajo un mismo techo?
Antes de comenzar Nada siempre formé parte de espacios de circulación de arte independiente, mientras que Andrea era editora y tenía su editorial. Además, tenía otro proyecto en el que vendía objetos y cuando Andrea y yo nos juntamos pensamos en cosas que eran parte de nuestro universo y lo que queríamos que pasara, eso es lo que hay acá. Por ahí nos fuimos, nuestro aspecto diferencial, queríamos que fuera el poder encontrar varios libros de artista y de imagen. Con el tiempo empezamos a aumentar nuestro catálogo hacia crítica, filosofía, narrativa, naturaleza, literatura infantil y más. Al principio era muy enfocado al libro de artista por nuestras aficiones, Nada es el reflejo de lo que Andrea y yo somos.
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Para usted, ¿qué representa un libro?
Creo que si hablamos desde la narrativa, es una manera de vivir muchas vidas. Cuando tú lees puedes entender la forma en la que piensan otras personas, el entorno en el que están, de dónde surgen sus ideas, es como si tuvieras la posibilidad de no solo vivir tu vida, sino la de otros y conocer gran parte de la humanidad a partir de las historias que cuentan, así sean ficción. Sin duda están cargadas de su propio universo. Mi amor por los libros viene de ahí. En cuanto al libro de artista, creemos que es otro medio para hablar de proyectos de arte, las exposiciones no necesariamente tienen que estar colgadas en las paredes, el libro es también un medio para exponer y mostrar las ideas o para hacer realidad proyectos. Desde nuestras editoriales proponemos el libro como una sala de exposición.
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Andrea Triana tiene la editorial Jardín Publicaciones desde 2011, ella venía ya publicando y cuando Nada comienza en 2014, pensamos en 2015 que sería muy chevere tener una editorial. En ese momento surgió Salvaje, que es la primera editorial que surge desde Nada y empezamos a publicar proyectos de artistas. La otra editorial, que surge en 2019, se llama Hambre y es una editorial que tengo con Diego Uribe y está más enfocada en narrativa y cuento, le damos mucha importancia a la traducción. Nada cobija esas tres editoriales. En noviembre hicimos un proyecto que se llama Rayo Verde, que son tres libros, todos en colaboración con mujeres, que abarcan temas como huerta orgánica, plantas medicinales y fermentación, un poco inclinados hacia soberanía alimentaria y la relación que tenemos con la naturaleza y los alimentos.
Además de Rayo Verde, también manejan una sección que mezcla el arte y la ciencia. ¿De dónde surgió el interés por unir estos temas bajo el techo de la librería?
Arte y ciencia salió en pandemia, cuando estábamos mirando qué hacer. Empezamos a publicar que artistas estaban haciendo durante la pandemia o libros que estuvieran en el dominio público, proyectos que nos llamaran la atención, aunque no estuvieran del todo relacionados con la ciencia. De ahí salió y empezamos a publicar diferentes proyectos que nos iban llegando y nutriendo esa página con diferentes curadurías de artistas. Hace un tiempo no lo actualizamos porque cuando el mundo se reactivó nosotras volvimos a publicar y esto quedó un poco al costado, estamos pensando qué hacer con esta página y cómo trabajarla. Siempre intentamos estar cerca de la naturaleza, aunque estemos en medio de la ciudad, para entender cómo funciona este mundo desde otro lugar y no necesariamente desde el concreto. De ahí surgió Rayo Verde como colección y seguro va a traer otros temas que esperamos que salgan en un futuro cercano.