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El 7 de mayo, indígenas de la comunidad Misak tumbaron la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada, en el marco de las protestas del Paro nacional. En un acto simbólico, dentro de las manifestaciones pacíficas que continúan en Colombia, colectivos artísticos, indígenas y ciudadanos se reunieron en la plazoleta de la Universidad del Rosario, donde antes se encontraba la imagen del conquistador, para poner en su lugar una estatua de Dilan Cruz.
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“Compañero Dilan Cruz: presente, presente, presente. Lucas Villa: presente, presente, presente. Los jóvenes del CAI de Soacha: presentes, presentes, presentes. Por todos los jóvenes asesinados, por los estudiantes que luchan por la verdad: presentes, presentes, presentes”, son algunos de los cantos que se escucharon en el centro de Bogotá, antes de levantar la estatua de Cruz, según se ve en un video publicado por Caracol Televisión.
John Fitzgerald, recordado por ser el artista que el año pasado se cosió la boca en forma de protesta, justo en el lugar en el que Cruz fue herido de muerte en el 2019, pedía garantías, en ese entonces, para artistas, comerciantes y víctimas del conflicto. En medio del contexto del Paro nacional, que ha reunido las inconformidades de diferentes sectores sociales, el escultor fue el encargado de ejecutar la obra en homenaje a Cruz, quien se ha convertido en un referente a lo largo de las protestas. “No sé si mi obra sea digna de estar acá. La obra se hizo para Dilan Cruz, para doña Alejandra (su mamá), y esperamos que dure, lo que pueda durar, como un símbolo de resistencia”, afirmó el artista.
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Haciendo un llamado a la construcción de paz y a emprender un trabajo conjunto, entre autoridades, jóvenes y demás agentes sociales, el artista invitó a continuar las marchas, pero también a participar de las mesas de diálogo que se han construido para pensar soluciones. “Nosotros los artistas somos paz, y ustedes los jóvenes me acompañan y me enseñan eso”, agregó.
Miembros de la comunidad Misak ayudaron a levantar la estatua, a la que los manifestantes denominaron como “monumento histórico”. Entre el sonido de bubucelas, aplausos, gritos, y levantando un retrato de Cruz, el centro de Bogotá fue escenario de un homenaje a la resistencia de los jóvenes en Colombia.