Una exposición en Barcelona evoca el Picasso que se convirtió en modelo retratado
Una exposición en Barcelona (España), ofrece una mirada que permite reseguir la imagen de Picasso a partir de unas 80 piezas, realizadas por algunos de sus amigos artistas, cuando el autor del Gernica “se convirtió en modelo retratado”.
Jose Oliva
La muestra “Picasso en la retina. Retrato de artistas catalanes”, en la Fundación Palau, reúnen dibujos, grabados, óleos, escultura, fotografía y documentos de artistas como Ramón Casas, Dalí, Ricardo Opisso, Pablo Gargallo o Ricard Canals, junto con los retratos que el malagueño hizo de sus amigos y algunos de sus autorretratos.
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La exposición, que estará abierta hasta el próximo 18 de febrero, ofrece una perspectiva única de la relación entre Picasso y diferentes artistas contemporáneos catalanes, y traza los vínculos y la influencia mutua a través de un intrigante enfoque: el retrato, con una variedad de ellos, que abarcan desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.
Los primeros retratos conocidos del artista datan del período de formación en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, ciudad a la que llegó en 1895 con solo 13 años junto a su familia.
Junto a un autorretrato de joven que Picasso hizo en 1945 se puede contemplar el óleo que su amigo y primer mecenas Sebastià Junyent le hizo, en el que aparece delante de "La Vida", la obra maestra de su época azul.
También se pueden ver las imágenes captadas en 1933 en el Hotel Ritz barcelonés por el fotoperiodista catalán Josep Maria Sagarra i Plana, de las últimas de Picasso en tierras catalanas; el que le hizo Ramón Casas en París en 1900; o las caricaturas que le dedica Ricardo Opisso.
Esos retratos iniciales se convierten a lo largo de la muestra en evocaciones, homenajes que ya no tienen nada que ver con retratos, son monumentos públicos, como el monumento creado por Antoni Tàpies, ubicado en el paseo Picasso de Barcelona, o los bajorrelieves de Pablo Gargallo.
A su manera, Dalí también rinde homenaje a Picasso en un cuadro de 1947, en plena etapa americana, en el que sitúa un busto del autor de "Las señoritas de Avignon" sobre un pedestal.
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Esa visión más contemporánea se completa con obras como "Homenaje a Picasso" (2005), de Josep Guinovart, una obra de Joan Miró que formó parte de la portada de La Vanguardia en el centenario de Picasso; o "Mosaico picassiano" en el que Joan Fontcuberta construye el retrato del artista a través de imágenes encontradas en Google.
El visitante puede captar en esta exposición “a un Picasso muy poco popular, alejado del artista calvo con la camisa de rayas del sur de Francia”, según Eduard Vallès, uno de los comisarios de la muestra.
La muestra “Picasso en la retina. Retrato de artistas catalanes”, en la Fundación Palau, reúnen dibujos, grabados, óleos, escultura, fotografía y documentos de artistas como Ramón Casas, Dalí, Ricardo Opisso, Pablo Gargallo o Ricard Canals, junto con los retratos que el malagueño hizo de sus amigos y algunos de sus autorretratos.
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La exposición, que estará abierta hasta el próximo 18 de febrero, ofrece una perspectiva única de la relación entre Picasso y diferentes artistas contemporáneos catalanes, y traza los vínculos y la influencia mutua a través de un intrigante enfoque: el retrato, con una variedad de ellos, que abarcan desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.
Los primeros retratos conocidos del artista datan del período de formación en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, ciudad a la que llegó en 1895 con solo 13 años junto a su familia.
Junto a un autorretrato de joven que Picasso hizo en 1945 se puede contemplar el óleo que su amigo y primer mecenas Sebastià Junyent le hizo, en el que aparece delante de "La Vida", la obra maestra de su época azul.
También se pueden ver las imágenes captadas en 1933 en el Hotel Ritz barcelonés por el fotoperiodista catalán Josep Maria Sagarra i Plana, de las últimas de Picasso en tierras catalanas; el que le hizo Ramón Casas en París en 1900; o las caricaturas que le dedica Ricardo Opisso.
Esos retratos iniciales se convierten a lo largo de la muestra en evocaciones, homenajes que ya no tienen nada que ver con retratos, son monumentos públicos, como el monumento creado por Antoni Tàpies, ubicado en el paseo Picasso de Barcelona, o los bajorrelieves de Pablo Gargallo.
A su manera, Dalí también rinde homenaje a Picasso en un cuadro de 1947, en plena etapa americana, en el que sitúa un busto del autor de "Las señoritas de Avignon" sobre un pedestal.
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El visitante puede captar en esta exposición “a un Picasso muy poco popular, alejado del artista calvo con la camisa de rayas del sur de Francia”, según Eduard Vallès, uno de los comisarios de la muestra.