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Al abrir este libro, enormes puntadas de hilo sobresalen de sus páginas para dejaros con la sensación de estar elevando una comenta bajo los vientos de agosto, tal vez porque después de diez años de envolver y desenvolver la pita, la escritura cambia, pasa por la deconstrucción, se eleva, aterriza, pierde todo sentido de estatismo y las palabras no vuelven a ser las mismas.
“Hasta hace un par de años la escritura era más una obsesión caprichosa que un oficio de pulso, tedio, orden y constancia. Cuando lo empecé a asumir así decidí que una buena manera de estrenarme era esculcando en las cosas que ya estaban hechas para rescatar lo que pudiera, sin importar la edad en la que los hubiera creado. Así, transcribí cuadernos, encontré back-ups de computadores viejos en CDs entre cajones, organicé todo junto y pasé cada hoja por entre un colador. Varias veces. Hasta que le encontré una forma y decidí trabajarlo como una sola cosa. Leer y releer continuamente me permitió al final darle un estilo más o menos uniforme porque, claro, las palabras que uno usa, el ritmo, el tipo de imágenes se transforman bastante con el tiempo. Por eso también la idea de que es ‘temporal’”
Los relatos y la prosa poética que retrata los distintos momentos de la vida del escritor, están acompañados por las ilustraciones del artista Santiago Oliveros, conocido como “SakoAsko” y las fotografías de Daniel Sánchez. El proceso de encuadernación del libro lo realizó el autor con ayuda de Paula Torres, convirtiéndose así en un espacio de confluencia artística para incentivar el intercambio de conocimientos y generar redes colaborativas que rompan con el mercado literario convencional, además junto a su hermano, Santiago Sandoval y su amiga Manuela Ocampo, compusieron “Tiempos nuevos”, una canción que sale de experimentar con frases aleatorias de uno de los capítulos del libro.
https://www.youtube.com/watch?v=V0YMtk5TWUg&feature=youtu.be
“Me parece más fácil entender este proceso y su importancia bajo la noción de artesanía. Lo que aprendimos es que el arte es original, novedoso, singular; mientras menos copias tenga y con más reconocimiento cuente quien crea, más valor se le da a su ‘obra’. A la artesanía, por otro lado, no le importa permanecer anónima, a bajo precio y al alcance de quien la busque. Tampoco le interesa vigilar o perseguir a quien copie, reproduzca y modifique su contenido. Cuando uno intenta aplicar esta idea de la artesanía como un principio en sus creaciones, las entiende más como efecto de una acción colectiva y se desprende del espejismo del genio individual. Después de eso, la articulación a redes con propósitos y preocupaciones comunes se vuelve orgánica. Creo que de eso se trata la autogestión”
Felipe habita una ciudad ruidosa, de rápidos ritmos y matices ocres, sin embargo logra abrirse camino en el oficio de la contemplación y pasar con delicadeza por la “caída de una pluma y la multitud de aleteos con sus ecos”.
“La escritura de Felipe Sandoval es la constatación simultánea de la nostalgia y la alegría, de la vejez y la infancia, en ocasiones, sus cuentos tienen un decurso poético y sus poemas un camino directo de fábula. Leer el libro “Prosa temporal” implica regresar la mente a un estado de inocencia, un esfuerzo por volver a comprender lo que ya comprendíamos, un gozar la ingenuidad que no ha perdido la malicia y el humor, es observar cómo fluye el pensamiento en palabras cinestésicas, sin atascarse en paradojas, disfrutando el movimiento de los labios en las palabras sonoras, ocultándose un significado detrás de otro para confundirse o jugar a la lleva”, comentó Ana Mardoquea, escritora y narradora gráfica.
Ahora que todo parece detenerse y encontrarse en la línea de la lentitud y el cambio, podría ser un buen momento para acercarse a la obra de Felipe, o simplemente para cerrar los ojos y dejarse llevar entre canciones.