Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Si de nombres de referencia en el terreno de la novela histórica en Latinoamérica hablamos, el de la argentina Viviana Rivero no puede pasar desapercibido. Autora de más de una decena de novelas, ha sabido cultivar el género con buen tino y en su título más reciente, publicado por el grupo Planeta, nos entrega la historia de Apia Pópulus, en la tumultuosa época del Imperio Romano. Al interior de estas páginas, nuestra protagonista se ve obligada a enfrentar un matrimonio impuesto tras el asesinato de Julio César. A pesar de su juventud, Apia se casa con Salvio Sextus, un comerciante mucho mayor que ella, y se sumerge en un mundo de opresión y peligros.
Desarrollada en dos tiempos, la trama de “Apia de Roma” nos muestra la lucha de esta mujer por conseguir la igualdad, la independencia y el verdadero amor en medio de un entorno patriarcal y misógino. Acompañada siempre por su fiel esclava Furnilla, Apia se enfrenta a una serie de desafíos que van desde la tiranía de su esposo hasta los juegos de poder de los personajes más influyentes de la ciudad.
Le puede interesar: Un ensayo visual sobre la representación del mal (crítica)
Fiel a su estilo, la escritora argentina combina en estas páginas las dosis adecuadas de pasión y violencia, mientras nos narra esta historia marcada por la corrupción y la traición. “Apia de Roma” no solo ofrece una narrativa visual y entretenida que acoge al lector en todo momento, también nos lleva a reflexionar sobre temas universales como la libertad, la empatía entre mujeres y la lucha contra las imposiciones de la sociedad.
Le puede interesar: Gabriel García Márquez y los “Espantos de agosto”
Imaginaría uno como lector que quien escribe novela histórica, como el que escribe thriller, requiere de un manejo especial para que las palabras le exijan a quien lee toda su atención. ¿Cómo logró encontrar el estilo narrativo para contar esta historia, considerando que viene de un registro más orientado hacia las novelas románticas?
Sí. Le tienes que ayudar al lector con el lenguaje, le tienes que ayudar con los nombres, para que no se pierda en tanta historia. Intenté sumergir al lector en la Roma Antigua desde el principio. No quería escribir una novela moderna que simplemente se desarrollara en ese período histórico. Es decir, ¿la novela tiene elementos de amor? Claro, pero se trata más de la vida de Apia que de una historia de amor convencional. Creo que el lector se ha vuelto muy exigente, porque está acostumbrado a las series, entonces tienes que darle en un libro muchas cosas para poderlo atrapar, porque si no, probablemente se va hacia otra cosa. El libro ahora te exige que le cuentes un problema social, que sea suficientemente inteligente el libro y comprometido para que le cuentes problemas sociales, pero también tiene que tener algo muy atrapante al estilo de un thriller, tiene que tener tal vez algo de amor.
Le puede interesar: “Letras en voz alta”: se inicia un nuevo ciclo de charlas literarias
La esencia de la novela no es la historia en sí, la que va con h mayúscula, sino el personaje.
Por supuesto, Apia se encuentra viuda a los 23 años, pero había estado casada desde los 14 con un hombre mayor. Quería mostrar la vida de una mujer más allá de su relación amorosa. Además, era importante tener en cuenta que el concepto de amor en la Roma antigua era muy diferente al que conocemos hoy en día. En ese tiempo, el matrimonio se basaba más en cuestiones de descendencia y fortuna que en el amor romántico. Por lo tanto, tuve cuidado al narrar la historia de amor de Apia para reflejar esta realidad histórica.
Además, la novela trata sobre la lucha de Apia por abrirse camino en un mundo dominado por hombres. Esto la lleva a situaciones fascinantes, como infiltrarse en reuniones disfrazada de sirvienta para poder negociar perlas, que eran un activo comercial importante en esa época. También exploro la amistad entre Apia y Furnilla, su esclava, y cómo a pesar de sus diferentes estatus sociales, se unen por ser mujeres en un mundo dominado por hombres.
Le puede interesar: Roman Polanski regresará a los tribunales en Francia por difamación
¿Hasta qué punto los límites impuestos por una sociedad como la romana, en su concepción, perduran hoy en nuestras sociedades contemporáneas? Porque si seguimos hablando de Roma, si seguimos escribiendo y leyendo de Roma, es porque le debemos mucho. Y en este sentido, ¿cómo seguimos replicando sus errores también?
Hace poquito hicimos el camino de Santiago con mi hija y en toda la parte de Galicia, estaban todos los mojones que habían ido dejando los romanos. Estaban impecables. El acueducto romano, el puente, las escalinatas, todo era romano. A uno le parece que fue hace mucho, pero la huella está clarísima todavía.
El libro también trata todo lo que es el contexto histórico que se estaba viviendo, ¿no? Aparece Cleopatra, que es contemporánea a Apia, y voy contando la vida de las dos paralelamente. Desde niñas, dos mujeres educadas para ser mujeres fuertes, a Apia la educaba su mamá y le había enseñado un truco psicológico para poder soportar todo lo que ella tenía que soportar, y a Cleopatra la había educado su nodriza porque ella no tenía madre, entonces voy mostrando dos vidas, dos formas de enfrentar la vida para no ser lastimadas. El libro habla un poco de eso, de las personas que aprenden a vivir y aceptar, a convivir con eso que llegó y no va a cambiar. Lo que no nos gusta, pero está ahí y va a estar siempre. Entonces, o lo aceptas o luchas contra eso, te molestas y tu vida se acorta.
Le puede interesar: Devuelven 60 bienes precolombinos de una colección privada suiza a sus países de origen
¿Por qué parece haber una distancia entre lo que escriben las autoras del género y lo que hacen los hombres?
Yo tengo una anécdota. Una vez le preguntaron a Posteguillo si sus novelas históricas tenían amor o tenían romanticismo. Y esto lo contó Luz Gabás. Dice que él dijo que sus libros tienen amor. Pero cuando él, cuando los escritores varones escriben una novela histórica y le ponen amor, es una novela histórica igualmente. Ahora bien, cuando una escritora hace una novela histórica, le pone amor, es una novela histórica romántica. La cosa cambia simplemente por el género de la persona que escribe. Yo creo que mientras el ser humano sea ser humano, nos vamos a seguir debatiendo siempre en torno a los mismos temas, reflexionando sobre los mismos dolores, los mismos errores, los mismos arrepentimientos.
Le puede interesar: Madame de Staël: la escritora que desafió a Napoleón (Plumas trasgresoras)
Si el libro es tan profundo, ¿por qué se le descalifica en algunos escenarios por ser un bestseller?
Una vez me preguntaron qué tenía que tener, qué tiene de especial un bestseller para venderse mucho. Y yo contesté, tiene de especial que es muy común. porque tiene una mirada de la vida común a muchas personas. A veces, yo tengo una mirada de la vida que es común a mucha gente. Mis libros se venden en muchos, muchos países. Eso hace que a la persona le guste ese libro. Más allá de que se le etiquete aquí o allá, el libro como objeto estético tiene una característica, o debería tenerla, y es que tendría, por defecto, que ofrecer una mirada esperanzadora de la vida. Por más que a mis personajes le pasen cosas espantosas, horribles, se mueran niños, violaciones y toda clase de cosas, siempre debe haber una mirada esperanzadora. Y creo que hay mucha gente que tiene esa mirada, a pesar de que todo va mal. Y eso es lo especial, lo común. No me importa tanto si un crítico lo desaprueba.
Cada jueves podrán recibir en sus correos el newsletter de El Magazín Cultural, un espacio en el que habrá reflexiones sobre nuestro presente, ensayos, reseñas de libros y películas y varias recomendaciones sobre la agenda cultural para sus fines de semana. Si desean inscribirse a nuestro newsletter, que estará disponible desde la segunda semana de marzo, puede hacerlo ingresando AQUÍ.