Estudio reveló que los lectores aficionados prefieren poemas generados por IA
Un estudio del departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Pittsburgh reveló que los lectores aficionados de poesía no distinguen la poesía escrita por humanos de aquella generada por inteligencia artificial, y de hecho, la prefieren.
El experimento diseñado por el investigador postdoctoral Brian Porter y el filósofo Edouard Machery, presentó a sus 1.634 participantes poemas escritos por figuras reconocidas en la poesía de habla inglesa, como Emily Dickinson, Sylvia Plath, Shakespeare, T.S Eliot, Allen Ginsberg, Dorothea Lansky, entre otros, y escritos generados por ChatGPT 3.5 en el estilo de estos poetas. Se les indicó que debían elegir cuál de los dos era hecho por humanos o por inteligencia artificial. Para corroborar, se realizó este mismo experimento con una selección de textos con 634 personas.
Se descubrió que los participantes eran más propensos a seleccionar a un poema escrito por un ser humano como generado por inteligencia artificial. Los cinco textos que menos habían sido clasificados como “humanos” eran de poetas, mientras que los más clasificados como humanos, eran generados por IA.
Para los investigadores, el experimento estaba diseñado para “cuestionar el fenómeno ‘más humano que lo humano’ presente en los modelos de inteligencia artificial para generación de imágenes”, al que describen como “una dificultad para identificar textos generados por IA entre los lectores no expertos”, mencionaron en su estudio, publicado en la revista Scientific Reports el pasado 14 de noviembre.
También pidieron a los participantes calificar la poesía presentada en términos cualitativos (ritmo, sonoridad, atmósfera), en el que los autores proponen que “la gente califica de mejor manera los poemas de IA porque son más directos y más accesibles que aquellos escritos por humanos” además de que “se usaron más variaciones de la frase ‘no tiene sentido’ para poemas de humanos que de inteligencia artificial”.
Este fue el caso con el poema “The Boston Evening Transcript” de T.S Eliot —que satiriza a los lectores de un periódico que dejó de imprimirse hace más de 60 años— siendo el más calificado como generado por inteligencia artificial y uno de los participantes afirmó que “no tenía sentido y no parecía venir de alguien con sentimientos”.
“Ya que los poemas generados por IA no tienen tal complejidad, son mejores en explicar de manera no ambigua una imagen, un estado de ánimo, una emoción o un tema a los lectores no expertos, quienes pueden no tener el tiempo o el interés para el análisis profundo que demandan los poemas escritos por humanos”, teorizaron los investigadores.
Dorothea Lansky, la única poeta con vida cuyas obras fueron utilizadas en el experimento, dijo que “si las personas en el estudio prefieren el poema generado por IA en vez de uno escrito por un humano, entonces para mí, eso es hermoso. Tuvieron una buena experiencia con el poema y no me importa quién lo escribió. Siento que hay un espacio para todos los poetas, incluso los poetas robots”, dijo para el diario The Washington Post.
Contrario a este pensamiento, la poeta Joelle Taylor mencionó que “quizás la pregunta no es si la inteligencia artificial puede escribir una mejor poesía, sino que escribe lo que la gente cree que es poesía. ¿Es acaso un conjunto de rimas? ¿Un sentido de musicalidad fácilmente manufacturado? ¿O es algo indefinible?”, y añadió “‘Las máquinas escriben poesía’, es quizá una de las cosas más poéticas que he leído en todo el año” dijo para The Guardian.
“Esto es un campanazo de alerta para la sociedad. No tenemos la habilidad para reconocer el texto realizado por inteligencia artificial, sin importar que creamos que sí la tenemos”, dijo Porter para el Washington Post. Además, los investigadores concluyeron que “valdría la pena” que los gobiernos empezaran a buscar la regulación de estos modelos de lenguaje en busca de transparencia.
El experimento diseñado por el investigador postdoctoral Brian Porter y el filósofo Edouard Machery, presentó a sus 1.634 participantes poemas escritos por figuras reconocidas en la poesía de habla inglesa, como Emily Dickinson, Sylvia Plath, Shakespeare, T.S Eliot, Allen Ginsberg, Dorothea Lansky, entre otros, y escritos generados por ChatGPT 3.5 en el estilo de estos poetas. Se les indicó que debían elegir cuál de los dos era hecho por humanos o por inteligencia artificial. Para corroborar, se realizó este mismo experimento con una selección de textos con 634 personas.
Se descubrió que los participantes eran más propensos a seleccionar a un poema escrito por un ser humano como generado por inteligencia artificial. Los cinco textos que menos habían sido clasificados como “humanos” eran de poetas, mientras que los más clasificados como humanos, eran generados por IA.
Para los investigadores, el experimento estaba diseñado para “cuestionar el fenómeno ‘más humano que lo humano’ presente en los modelos de inteligencia artificial para generación de imágenes”, al que describen como “una dificultad para identificar textos generados por IA entre los lectores no expertos”, mencionaron en su estudio, publicado en la revista Scientific Reports el pasado 14 de noviembre.
También pidieron a los participantes calificar la poesía presentada en términos cualitativos (ritmo, sonoridad, atmósfera), en el que los autores proponen que “la gente califica de mejor manera los poemas de IA porque son más directos y más accesibles que aquellos escritos por humanos” además de que “se usaron más variaciones de la frase ‘no tiene sentido’ para poemas de humanos que de inteligencia artificial”.
Este fue el caso con el poema “The Boston Evening Transcript” de T.S Eliot —que satiriza a los lectores de un periódico que dejó de imprimirse hace más de 60 años— siendo el más calificado como generado por inteligencia artificial y uno de los participantes afirmó que “no tenía sentido y no parecía venir de alguien con sentimientos”.
“Ya que los poemas generados por IA no tienen tal complejidad, son mejores en explicar de manera no ambigua una imagen, un estado de ánimo, una emoción o un tema a los lectores no expertos, quienes pueden no tener el tiempo o el interés para el análisis profundo que demandan los poemas escritos por humanos”, teorizaron los investigadores.
Dorothea Lansky, la única poeta con vida cuyas obras fueron utilizadas en el experimento, dijo que “si las personas en el estudio prefieren el poema generado por IA en vez de uno escrito por un humano, entonces para mí, eso es hermoso. Tuvieron una buena experiencia con el poema y no me importa quién lo escribió. Siento que hay un espacio para todos los poetas, incluso los poetas robots”, dijo para el diario The Washington Post.
Contrario a este pensamiento, la poeta Joelle Taylor mencionó que “quizás la pregunta no es si la inteligencia artificial puede escribir una mejor poesía, sino que escribe lo que la gente cree que es poesía. ¿Es acaso un conjunto de rimas? ¿Un sentido de musicalidad fácilmente manufacturado? ¿O es algo indefinible?”, y añadió “‘Las máquinas escriben poesía’, es quizá una de las cosas más poéticas que he leído en todo el año” dijo para The Guardian.
“Esto es un campanazo de alerta para la sociedad. No tenemos la habilidad para reconocer el texto realizado por inteligencia artificial, sin importar que creamos que sí la tenemos”, dijo Porter para el Washington Post. Además, los investigadores concluyeron que “valdría la pena” que los gobiernos empezaran a buscar la regulación de estos modelos de lenguaje en busca de transparencia.