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Las pintadas fueron realizadas durante la madrugada por un individuo vestido con una sudadera con capucha, según las imágenes de una cámara de seguridad divulgadas por la Comunidad Israelí de Oporto (CIP), que ha condenado lo ocurrido como una muestra de “odio contra los judíos locales”.
“Vandalizar un templo religioso de una comunidad judaica con miembros de 30 nacionalidades y que significativamente es el mayor centro judaico de la Península Ibérica muestra que el odio a Israel se manifiesta también contra los judíos en general, cuya cultura, religión y éxito son deplorados”, señaló la CIP.
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La Comunidad Israelí de Lisboa (CIL) también condenó las pintadas en un comunicado divulgado en sus redes sociales, en el que señala que no serán “intimidados” y que no se trata de un acto de “libertad de expresión”, sino de “ofensa, antisemitismo, antisionismo y ataque a una comunidad religiosa y de personas pacíficas”.
“Los actos de barbarie y terrorismo practicados por Hamás fueron y son inhumanos y no deben ser confundidos con la causa palestina. No confundimos los terroristas con el pueblo palestino”, añadió.
La CIL organizó la noche del martes una vigilia en la capital por Israel y las víctimas de los ataques que reunió a más de un centenar de personas.
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Casi 3.000 personas se identificaron como judíos en el último censo realizado en Portugal, en 2021.
Este miércoles llegó a Lisboa un avión con 152 portugueses y 14 extranjeros, 8 de ellos españoles, que fueron repatriados desde Israel.
Esta nueva guerra ha causado más de 1.200 muertos en Israel y más de 3.000 heridos; mientras que los ataques aéreos de represalia de la aviación israelí se han cobrado al menos 1.055 vidas y dejado 5.184 heridos en Gaza.