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Usted interpreta a Clara Inés en la novela “Arelys Henao”. ¿Qué ha significado este papel en su vida?
Ha sido muy lindo porque empecé con un personaje muy joven y el cambio que ahora tiene es maravilloso: ha crecido conmigo. Entonces he podido poner en paralelo los procesos de mi vida con los del personaje.
¿Qué enseñanzas le ha dejado este personaje?
Muchas, como cuidar las palabras, el amor de la familia, ser incondicional, hacer las cosas sin esperar nada a cambio y apoyarnos entre las mujeres.
¿Por qué se inclinó por la actuación?
Vi una película y quise hacer lo mismo, así que empecé a aprenderme los libretos y guiones. Cada vez que la veía, los repetía.
¿Cuál película?
Matilda.
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¿Qué le llamó la atención de esta cinta?
Diría en estos momentos que la telequinesis, lo que podía hacer la niña.
¿En algún momento pensó en irse por un camino distinto a la actuación?
Cuando estaba pequeña pensé en irme por el camino de la música.
¿Tocaba algún instrumento?
El piano, pero ya no.
¿Por qué?
Porque me enfoqué en otras cosas y no fui juiciosa.
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Hace unos años, usted interpretó a María Luisa Barragán en “La niña”. ¿Qué destaca de ese papel?
Fue mi primer proyecto, entonces estaba muy nueva para todo y aprendí a buscar el equilibrio entre el disfrutar y la responsabilidad. En ese momento no logré disfrutarlo, porque estaba preocupada por hacer las cosas bien. En cuanto al personaje, me enseñó acerca del amor propio, la sinceridad con la familia y el apoyo.
¿Ahora sí disfruta ese proceso?
Sí, fue ahí cuando comencé el proceso de disfrutarme y hacer las cosas valiéndome de las herramientas que he adquirido. En aquel momento, pensaba: “Salí de estudiar, voy a aplicar lo que he aprendido”. Ahora, uno va aprendiendo a disfrutar más y va encontrando su método para todo. Siempre va a haber nervios porque existe una pasión y un gusto por lo que uno hace, pero ahora hago mi trabajo más tranquila.
¿Qué le ayudó a lograr ese cambio?
Saber que ese era mi primer proyecto y que tenía muchas cosas que aprender, como pasó en el segundo y pasará hasta el último día de mi vida. Creo que me ha ayudado el reconocer lo que estoy sintiendo y lo que me genera lo que amo.
Decía antes que el papel de María Luisa Barragán le dejó enseñanzas sobre el amor propio. ¿Ese aspecto la ha inquietado en su vida?
No. La fortuna que tuve con el personaje fue hacer un trabajo de investigación porque, en realidad, nunca he sufrido por falta de amor propio; creo que siempre he tenido una autoestima maravillosa. Me tocó vivirlo a través de ese personaje y sentir lo que sienten las personas que padecen de bullying. Hacer el trabajo de campo y escuchar la historia de la gente y de personas cercanas me ayudó a ponerme en sus zapatos y poder actuar desde el corazón.
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¿Hubo alguna historia en particular que la marcara?
Sí, una cercana, la de un familiar. Una historia similar a la de María Luisa Barragán, que la acosaban por el peso. Fue bonito poder sanarlo con este papel, porque lo vivía en compañía de la persona a la que le hicieron bullying.
¿Qué le ha permitido tener amor propio?
Reconocerme siempre a mí misma. Es que nunca supe lo que era la palabra bullying porque nadie nunca me hizo un comentario que me hiciera sentir incómoda. Se trata de uno aceptarse tal como es y no solo en cuanto al aspecto físico, sino en general. Hay que reconocerse y decir: “Nadie puede decirme de lo que no soy capaz”.
Usted también ha sido actriz de teatro, pero se ha inclinado, sobre todo, por la televisión. ¿Por qué?
La verdad es que amo hacer teatro y digo que sí cada vez que se da la oportunidad. La televisión ha sido más por los momentos en que han llegado los proyectos y he decidido emprender. Entonces, no es que prefiera uno sobre el otro. De hecho, soy feliz haciendo cualquier lenguaje artístico.
¿Qué proyecto le gustaría hacer que no haya realizado?
Creo que uno en el que pueda cantar y logre combinar con lo que más me apasiona. No soy música, pero me gusta cantar y lo he hecho en algunas obras. Entonces, un proyecto así me ayudaría a mirar algo que he descuidado y me gusta tanto.
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¿Cómo equilibra su vida artística con la personal?
Creo que mi familia y la gente que me rodea y amo me ayudan a siempre a volver a mí, porque uno graba doce horas al día y está conviviendo con gente nueva. También me ayuda hacer cosas normales en la privacidad de mi casa. Eso me permite mantenerme como soy y poder decir: “Estas doce horas voy a ser otro personaje”.
¿Para qué seguir actuando?
Porque hay mucho que contar, sacar y expresar. Este medio se utiliza para muchas cosas, pero también para que hagamos llegar mensajes que nos enseñen diferentes puntos de vista y nos muestren historias que tienen que ser contadas, porque a veces nos tapamos los ojos y los oídos y no vemos ni oímos. Esa es la vida y hay que ver la realidad, que a veces supera la ficción.
En su caso, ¿qué mensaje quiere transmitir?
Con base a este proyecto de Arelys Henao, que la vida a veces nos da oportunidades que no tomamos, pero cuando decimos que sí, nos sorprende con cosas maravillosas.
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