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“Vitorino Figari”, un thriller policíaco en clave de circo

Nuevos relatos y personajes para el circo, en eso consiste la apuesta de la Ventana Circo en su más reciente producción, Vitorino Figari, o el Vuelo de la jirafa, una opereta circense que a ritmo de blues, jazz y rock fusiona acrobacias, teatro y danza.

Argenis Leal
13 de marzo de 2021 - 11:11 p. m.
“Vitorino Figari” es una opereta circense con la que la Ventana Circo abre sus puertas al público, tras un año de recesión obligada.
“Vitorino Figari” es una opereta circense con la que la Ventana Circo abre sus puertas al público, tras un año de recesión obligada.
Foto: Michel Calvana
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Invocando a los dioses y a las diosas del teatro, la danza, la música y el circo, comienza la función de Vitorino Figari, o el Vuelo de la jirafa, la nueva creación de la Ventana Circo, bajo la dirección de Erika Ortega y Santiago Merchant, que estará en temporada hasta el 20 de marzo. Una propuesta que incursiona en un género narrativo poco convencional cuando se habla de circo: el thriller policíaco, donde el suspenso, el drama y la acción se narran a partir de acrobacias, coreografías, equilibrios y otras técnicas de circo, convirtiendo esta pieza en un viaje vertiginoso, frenético y audaz, pero que a la vez pone en el escenario personajes que viven y se transforman a cada paso.

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“Este mundo es infame”, cantan al unísono Vitorino Figari, un suplantador profesional, Amelio Gaza, un soñador del bajo mundo, y Ceferina Lobo, testigo de un crimen y defensora de la justicia, tres personajes que se cruzan por casualidad, pero que en la fatalidad sellan su destino, y que están acompañados por rufianes, madres condescendientes, espías sigilosos y todos aquellos que bajo la carpa de un circo buscan la gloria y solo encuentran el olvido. Aunque esta historia es una ficción, hace parte de la realidad de un sector artístico que clama mayor atención. “Necesitamos generar nuevos conocimientos alrededor de las formas de crear para el circo, respondiendo así a una deuda histórica con el movimiento circense”, afirma Erika Ortega. Por ello, además del equipo de la Ventana Circo, se convocaron diez artistas que se desempeñaron como acróbatas, actores e intérpretes, junto a la compañía de danza Cortocinesis y al director musical Juan David Cataño.

Es así como surge un montaje multidisciplinar, donde el teatro es el gran contenedor de la historia, aportando el estilo policíaco y el suspenso. Por un lado, el circo es el arte del riesgo y de la espectacularidad, a partir de técnicas como el alambre tenso, el trapecio, la rueda, equilibrios y acrobacias de piso. Por el otro, la música se convierte en el enlace principal del espectáculo, rompiendo la cuarta pared para hablar directamente con el público, generando una atmósfera adecuada para cada escena y acción. Finalmente, la danza acompaña el desarrollo de la historia en cada movimiento.

A lo largo de catorce años de recorrido artístico, La Ventana Circo se ha centrado en la búsqueda y en la creación para el nuevo circo, que, además de la multidisciplinariedad, incursiona en nuevas historias y relatos con obras como Las luchas, Saudade o Las tías. Por eso, la participación del dramaturgo y co-director Santiago Merchant es vital. Reconocido por piezas como El conejo más estúpido de este siglo, Los Granujas (ganador del premio Fanny Mikey a comedia inédita) o Discretas bestialidades (finalista del I torneo de dramaturgia del Teatro Colón), su estilo crítico y algo cínico, influenciado por el cine negro y de suspenso, se hace presente en esta pieza que se sale de los estándares narrativos, aportando otras dinámicas del relato.

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“La Ventana ha hecho una labor sumamente terca, responsable, frenética e ininterrumpida en la búsqueda de nuevos lenguajes que configuran eso que llamamos circo, en un país donde desde lo discursivo, lo formal y lo académico es casi invisible. Es otra manera de asumir el acto circense, es darle otra responsabilidad, hacerlo una carga política, discursiva y estética”, comenta Merchant. En el caso de Vitorino Figari, su trabajo como dramaturgo parte de tres tópicos: las pos-verdades, esas mentiras que se vuelven verdades para mantener el miedo y el terror, lo femenino y el dinero fácil. En palabras de Ortega, “ser pillo paga”, premisa que, asociada a los personajes principales, generó tres tramas que se cruzan. Estas tomaron forma en el proceso creativo a partir de las técnicas de circo que mejor se adaptaron a cada situación.

“El circo es un lenguaje que permite muchas cosas, puede ser completamente sublime, frenético, riesgoso y, sobre todo, verdadero. Con Vitorino Figari, planeamos volver con más fuerza a celebrar la fortuna de estar vivos y de poder crear, ofreciendo un espectáculo vibrante, atrevido y festivo”, concluye la directora.

Por Argenis Leal

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