¡Viva Giovanny Gómez, viva Luna de Locos!
Empezó en Pereira el XV Festival de Poesía Luna de Locos, este año en homenaje a su fallecido creador, el poeta Giovanny Gómez. El evento se abrió el 10 de octubre e irá hasta el sábado 16. La visita a instituciones educativas será del 19 al 21 de este mes.
Antonio Molina / Especial para El Espectador
Miles de hojas de cuaderno vuelan lanzadas desde el viaducto que une a Pereira con Dosquebradas, son pañuelos agitados por el aire que llevan consigo palabras; más que palabras, versos… poemas. Son los poemas escritos por centenares de estudiantes de instituciones educativas a las cuales llega cada año el Festival de Poesía Luna de Locos. Poetas como el español Juan Carlos Mestre y tantos otros, de aquí y de allá, han visitado patios de colegios para hacer de la poesía una gala inolvidable. (Recomendamos: Homenaje literario a Giovanny Gómez, por Daniel Ferreira).
Ya son 15 versiones del Festival, incluida la que se realiza este año, y que acoge a más de cien poetas nacionales y extranjeros unidos por los versos y por la necesidad de rendir un homenaje a Giovanny Gómez, fundador del mismo y de la revista que lleva ese nombre: Luna de Locos. La poesía ha dicho que no parará, los poetas tampoco, mucho menos el entusiasmo de su familia –esposa, hijos, madre, hermanos– ni los amigos. Todo se confabuló para que esta semana de octubre albergara la mejor fiesta posible, porque la memoria es el mejor homenaje. (Más: La última entrevista a Giovanny Gómez, por Élbert Coes).
Cuando en el 2007 empezó este sueño, pocos hubieran creído que en escasos años se convertiría en uno de los principales eventos culturales de la ciudad, ese mismo que desde el principio salió a las calles, ingresó a las aulas y habitó los corazones de miles que tienen en él un referente. “Creo que la historia de este Festival de poesía puede dar luces sobre un ejemplo de intervención de la ciudad, porque hemos recuperado espacios públicos para el disfrute de la poesía”, dijo su fundador en algún momento. Y lo hace de manera reiterada. Un ejemplo de ello es el parque Olaya Herrera, que ya tiene incluso el Árbol de los Poetas, una ceiba al pie de la cual se organiza el acto de cierre del festival.
Esta es quizá una de las características más llamativas del Festival: sale de los auditorios y convoca a la gente del común en instituciones educativas, parques, el jardín botánico, además de visitar varios municipios tanto de Risaralda como Cartago, en el norte del Valle del Cauca, y Calarcá, Quindío. Esa necesidad de llevar la poesía hasta los lugares más lejanos fue siempre una prioridad para su fundador y, a pesar de las restricciones por la actual pandemia, se mantiene viva este año.
Por eso, al pie del Árbol de los Poetas se dio uno de los homenajes presenciales a la memoria de Giovanny, con la asistencia de invitados locales, nacionales y un poeta extranjero. Una lectura de viva voz de sus poemas engalanó este encuentro lleno de esperanza que apuesta por un futuro promisorio para Luna de Locos, un bien cultural de Pereira que tiene la mayor trascendencia.
Vivir el presente, recordar el pasado
En la producción del actual Festival hay un equipo base de ocho personas, entre ellos tres parientes cercanos de Giovanny –su madre Luz Dary Gil, su hermano Andrés y su hijo Juan Felipe–, quienes con devoción llevaron a buen puerto la programación que el fallecido poeta había alcanzado a delinear antes de morir el 7 de agosto de este año. Solo se incluyó una línea de eventos para rendir homenaje a su figura y obra, de la cual queda al menos un libro inédito que pronto se publicará.
Este año docenas de escritores atendieron el llamado para participar en los actos conmemorativos y, en particular, en la intensa actividad del festival que transcurre entre el 10 y 16 de octubre, entre ellos William Ospina y Federico Díaz-Granados, quienes asumieron como propias varias asignaciones para el buen desarrollo del encuentro poético en homenaje a su amigo.
En el cierre de la Feria del Libro de Pereira, el domingo 10 de octubre, se ofreció un homenaje que fue el punto de partida para la programación de la semana del Festival que continuó con galas de poesía y charlas a través de la página de Facebook del festival, un encuentro presencial el viernes 15 y una gran lectura de 3 horas el sábado 16, con presencia de docenas de poetas nacionales y extranjeros.
Pero Luna de Locos seguirá la semana entrante con la visita de poetas a seis Instituciones educativas de la ciudad, para continuar así con uno de sus ejes centrales: que tanto estudiantes como profesores hagan de la poesía un viaje, parodiando el ciclo de talleres que Giovanny dirigió durante años y que acogió a la mayoría de jóvenes poetas que en la actualidad tiene la región.
Por toda la inmensa obra realizada, como poeta y gestor cultural, los homenajes y comentarios han sido generosos en medios nacionales y extranjeros. Quedó la certidumbre de haber perdido a un muy buen poeta y al mejor ser humano. Por eso, la poeta rumana Ana Blandiana leyó este poema en homenaje suyo, en traducción de Viorica Patea.
SOLEDAD *
El mar
que en otro mar se agita
es siempre, de los dos, menos amargo.
La ola es como una simple arista
cuando desde fuera la contemplamos.
Su espasmo de subida es la marea
que sigue a la luna declinante.
En otros el sufrir es una idea
e impactan las grandes tempestades.
La herida, ocasión de envidia y fama,
la muerte, solo entrada en el Parnaso.
Y sobre la soledad
el Hosanna de una voz
los coros, entonando.
* Versión libre tomada del video con la lectura de Viorica Patea.
Miles de hojas de cuaderno vuelan lanzadas desde el viaducto que une a Pereira con Dosquebradas, son pañuelos agitados por el aire que llevan consigo palabras; más que palabras, versos… poemas. Son los poemas escritos por centenares de estudiantes de instituciones educativas a las cuales llega cada año el Festival de Poesía Luna de Locos. Poetas como el español Juan Carlos Mestre y tantos otros, de aquí y de allá, han visitado patios de colegios para hacer de la poesía una gala inolvidable. (Recomendamos: Homenaje literario a Giovanny Gómez, por Daniel Ferreira).
Ya son 15 versiones del Festival, incluida la que se realiza este año, y que acoge a más de cien poetas nacionales y extranjeros unidos por los versos y por la necesidad de rendir un homenaje a Giovanny Gómez, fundador del mismo y de la revista que lleva ese nombre: Luna de Locos. La poesía ha dicho que no parará, los poetas tampoco, mucho menos el entusiasmo de su familia –esposa, hijos, madre, hermanos– ni los amigos. Todo se confabuló para que esta semana de octubre albergara la mejor fiesta posible, porque la memoria es el mejor homenaje. (Más: La última entrevista a Giovanny Gómez, por Élbert Coes).
Cuando en el 2007 empezó este sueño, pocos hubieran creído que en escasos años se convertiría en uno de los principales eventos culturales de la ciudad, ese mismo que desde el principio salió a las calles, ingresó a las aulas y habitó los corazones de miles que tienen en él un referente. “Creo que la historia de este Festival de poesía puede dar luces sobre un ejemplo de intervención de la ciudad, porque hemos recuperado espacios públicos para el disfrute de la poesía”, dijo su fundador en algún momento. Y lo hace de manera reiterada. Un ejemplo de ello es el parque Olaya Herrera, que ya tiene incluso el Árbol de los Poetas, una ceiba al pie de la cual se organiza el acto de cierre del festival.
Esta es quizá una de las características más llamativas del Festival: sale de los auditorios y convoca a la gente del común en instituciones educativas, parques, el jardín botánico, además de visitar varios municipios tanto de Risaralda como Cartago, en el norte del Valle del Cauca, y Calarcá, Quindío. Esa necesidad de llevar la poesía hasta los lugares más lejanos fue siempre una prioridad para su fundador y, a pesar de las restricciones por la actual pandemia, se mantiene viva este año.
Por eso, al pie del Árbol de los Poetas se dio uno de los homenajes presenciales a la memoria de Giovanny, con la asistencia de invitados locales, nacionales y un poeta extranjero. Una lectura de viva voz de sus poemas engalanó este encuentro lleno de esperanza que apuesta por un futuro promisorio para Luna de Locos, un bien cultural de Pereira que tiene la mayor trascendencia.
Vivir el presente, recordar el pasado
En la producción del actual Festival hay un equipo base de ocho personas, entre ellos tres parientes cercanos de Giovanny –su madre Luz Dary Gil, su hermano Andrés y su hijo Juan Felipe–, quienes con devoción llevaron a buen puerto la programación que el fallecido poeta había alcanzado a delinear antes de morir el 7 de agosto de este año. Solo se incluyó una línea de eventos para rendir homenaje a su figura y obra, de la cual queda al menos un libro inédito que pronto se publicará.
Este año docenas de escritores atendieron el llamado para participar en los actos conmemorativos y, en particular, en la intensa actividad del festival que transcurre entre el 10 y 16 de octubre, entre ellos William Ospina y Federico Díaz-Granados, quienes asumieron como propias varias asignaciones para el buen desarrollo del encuentro poético en homenaje a su amigo.
En el cierre de la Feria del Libro de Pereira, el domingo 10 de octubre, se ofreció un homenaje que fue el punto de partida para la programación de la semana del Festival que continuó con galas de poesía y charlas a través de la página de Facebook del festival, un encuentro presencial el viernes 15 y una gran lectura de 3 horas el sábado 16, con presencia de docenas de poetas nacionales y extranjeros.
Pero Luna de Locos seguirá la semana entrante con la visita de poetas a seis Instituciones educativas de la ciudad, para continuar así con uno de sus ejes centrales: que tanto estudiantes como profesores hagan de la poesía un viaje, parodiando el ciclo de talleres que Giovanny dirigió durante años y que acogió a la mayoría de jóvenes poetas que en la actualidad tiene la región.
Por toda la inmensa obra realizada, como poeta y gestor cultural, los homenajes y comentarios han sido generosos en medios nacionales y extranjeros. Quedó la certidumbre de haber perdido a un muy buen poeta y al mejor ser humano. Por eso, la poeta rumana Ana Blandiana leyó este poema en homenaje suyo, en traducción de Viorica Patea.
SOLEDAD *
El mar
que en otro mar se agita
es siempre, de los dos, menos amargo.
La ola es como una simple arista
cuando desde fuera la contemplamos.
Su espasmo de subida es la marea
que sigue a la luna declinante.
En otros el sufrir es una idea
e impactan las grandes tempestades.
La herida, ocasión de envidia y fama,
la muerte, solo entrada en el Parnaso.
Y sobre la soledad
el Hosanna de una voz
los coros, entonando.
* Versión libre tomada del video con la lectura de Viorica Patea.