Wolfang Amadeus Mozart, la destreza de la genialidad
El 27 de enero de 1756 nació Wolfang Amadeus Mozart, el músico austriaco que 266 años después sigue capturando corazones y mentes con sus melodías e historias.
Andrea Jaramillo Caro
No somos ajenos a Mozart. Durante años, su nombre ha estado permanentemente en nuestras vidas. Sea en discos dirigidos a niños, en las más importantes casas de ópera, películas o como nombre principal del recital de diferentes músicos alrededor del mundo, el legado de Mozart parece no tener intenciones de desaparecer. La vida del austriaco, a pesar de que fue corta, se prolonga en los halagos que se han dado a su proeza musical. En su momento, uno de sus colegas, el reconocido Joseph Haydn, dijo: “La posteridad no verá un talento así en los próximos 100 años”.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
No somos ajenos a Mozart. Durante años, su nombre ha estado permanentemente en nuestras vidas. Sea en discos dirigidos a niños, en las más importantes casas de ópera, películas o como nombre principal del recital de diferentes músicos alrededor del mundo, el legado de Mozart parece no tener intenciones de desaparecer. La vida del austriaco, a pesar de que fue corta, se prolonga en los halagos que se han dado a su proeza musical. En su momento, uno de sus colegas, el reconocido Joseph Haydn, dijo: “La posteridad no verá un talento así en los próximos 100 años”.
Le sugerimos leer: El Carnegie Hall recibirá al dúo colombiano Camilo & Amalia
Sin embargo, el afamado músico no tenía por nombre de nacimiento “Wolfang Amadeus”. Fue bautizado en su ciudad natal de Salzburgo como Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart. La música corría por sus venas: su padre, Leopold Mozart, era un violinista con grandes ambiciones al que llevaron a trabajar en la corte.
Desde niño, el hombre que el mundo conocería como Wolfang Amadeus Mozart fue considerado un genio. A los seis años hizo sus primeros intentos componiendo.
De esa pasión temprana, Mozart dejó 24 óperas, 50 sinfonías y 17 misas, entre las cuales se encuentran los fragmentos del Requiem que dejó incompleto al momento de su muerte a los 35 años. El fragmento más conocido de esta obra sin terminar es el Lacrimosa, un nombre que se deriva de Nuestra Señora de los Lamentos, que hace parte de la secuencia Dies Irae, de la misa Católica Romana de Requiem, que tuvo que ser terminada por uno de los alumnos de Mozart, ya que el maestro solo pudo culminar la obertura antes de su muerte en 1791.
La melodía triste y lúgubre puede encontrarse en una gran cantidad de películas, al igual que otros de sus conciertos y sinfonías. Extractos de sus óperas “Cosí fan tutte” y “Las bodas de Fígaro” se pueden encontrar en la película “Closer” y “De mendigo a millonario”, respectivamente. Otros largometrajes en los que su música figura dentro del repertorio son “Ojos bien cerrados” de Stanley Kubrick, “Alien” y “Cuando Harry conoció a Sally”, sin mencionar la película biográfica, aunque inexacta, “Amadeus”.
Podría interesarle ver: La historia del Río Magdalena, la historia de Colombia
La vida del joven prodigio siempre estuvo marcada por la música. Su hermana mayor Anna escribió sobre él: “A menudo pasaba mucho tiempo en el teclado eligiendo tercios que siempre tocaba y su placer demostraba que sonaba bien. […] A los cuatro años de edad, su padre, por jugar, comenzó a enseñarle algunos minuetos y piezas en el teclado. […] Podía tocarlo sin fallas, con la mayor delicadeza, y manteniendo exactamente el tiempo. […] A la edad de cinco años ya componía pequeñas piezas que tocaba para su padre, quien las escribía”.
Su primera ópera, “Apolo y Jacinto”, la terminó a la tierna edad de 11 años y, gracias a los viajes que hacía con su familia, logró conocer a varios músicos. Inspirado con estos personajes, compuso algunas de sus obras más representativas como su primera sinfonía que se vio influenciada por su acercamiento a la música del hijo de Johann Sebastian Bach, Johann Christian Bach. El viaje que lo introdujo al mundo de la ópera fue uno a Italia que realizó con su padre. Mientras estaba en Milán compuso “Mitridate re di ponto” y después de esta comenzó a recibir más comisiones para nuevas obras.
Trabajó en Salzburgo, París y, finalmente, Viena, la ciudad que eligió como hogar en 1781 y donde murió. Fue esta última en la que contrajo matrimonio con la cantante Constanze Webber en 1782 y produjo algunas de sus obras más memorables como la ópera “Don Giovanni”, aunque la primera ópera que se reconoce como “madura”, Idomeneo, se estrenó en Munich.
Los años previos a su muerte fueron los más productivos. Fue en este periodo que compuso conciertos, sinfonías y óperas como “Las bodas de fígaro”, “La flauta mágica” con su aria de la Reina de la Noche y “La clemenza di Tito”, que hoy en día forman parte del repertorio de las casas de ópera más conocidas.
Le sugerimos escuchar: El guardián entre el centeno, una charla con Felipe Aljure | Pódcast
A pesar de ser reconocido como uno de los grandes maestros de la música clásica, una biografía lo describe como un hombre sin tacto y arrogante. El tenor irlandés Michael Kelly dijo: “un hombre notablemente pequeño, muy delgado y pálido, con una profusión de cabello fino y rubio del que era bastante vanidoso”. Sin embargo, esto no le quitó su fama de arduo trabajador cuando se acercaba una fecha límite de entrega para alguna de sus composiciones de las cuales hacía borradores y anotaciones, que posterior a su muerte fueron destruidos por su esposa.
Con el paso de los años el disfrute de la obra de Mozart fue cambiando. En el siglo XIX, por ejemplo, consideraban su comedia “Cosí fan tutte” trivial, según el crítico de ópera Tim Ashley. Aunque estas consideraciones hayan tenido su momento, la conclusión general es que Mozart es de los más grandes representantes del género clásico, junto con otros nombres como Haydn, su estilo se enmarca dentro de lo que denominaron como el “estilo galante” y compositores que vivieron después de él como Tchaikovsky y Strauss lo consideran “el más grande de todos los tiempos”.
Podría interesarle: Rodrigo García Barcha recuerda a Gabo, su padre, en el Hay Festival
No es sencillo imaginarse a este hombre, que en ocasiones especiales usaba una peluca blanca, como una persona que desde tan joven le dio al mundo melodías intrincadas que caracterizarían a un género musical entero y que se mantendrían permanentemente en el imaginario colectivo como fuentes de inspiración y deleite.