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A exactamente diez días de la primera vuelta presidencial, la crisis en el proyecto de la hidroeléctrica generadora de energía más grande del país ha desatado fuertes críticas y opiniones en medio de la contienda electoral. Los aspirantes a la Casa de Nariño se han sumergido en el debate de la coyuntura adjudicándose culpas entre ellos y presionando al Gobierno nacional para que tome medidas inmediatas.
Todo comenzó cuando Gustavo Petro lanzó un trino en el que asegura “los responsables del desastre de Hidroituango sí tienen nombres y no deben ser ocultados. Sin escuchar la voz de las comunidades de la zona a quienes masacraron, impusieron su proyecto Álvaro Uribe Vélez y Luis Alfredo Ramos, padrinos de Duque”.
Uribe, como respuesta, le echó los platos sucios a Sergio Fajardo, hoy candidato y antiguo gobernador de Antioquia, departamento en el que se desarrolla la construcción de la Hidroeléctrica Ituango. Fajardo respondió con un comunicado desmintiendo al expresidente y el pasado miércoles insistió en que “siempre he respondido por mis actos. Mi riqueza más grande es la transparencia y la confianza, que no tienen quienes ahora me atacan sin fundamento. Después de resolver la emergencia social, hay que mirar muy bien las responsabilidades por lo ocurrido” y resaltó que, ante todo, primero es “la solidaridad con los afectados por la emergencia”.
Ante la emergencia del mediodía del pasado miércoles, cuando se obstruyó una de las salidas de descargue por donde estaba bajando el caudal del río Cauca, y el cruce de cartas entre el presidente Juan Manuel Santos y el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el gerente general de EPM, Jorge Londoño, en la que estos últimos instaban al primer mandatario a tomar medidas urgentes para evitar que la situación se agravara, los candidatos cambiaron su discurso por uno menos apresurado.
Iván Duque, aspirante del uribismo, manifestó que se debe "corregir la situación" y se solidarizó con las víctimas que han tenido que evacuar las zonas amenazadas por la crecida del río. “Estos hechos no se pueden politizar, como lo han intentado algunos. Aquí lo que se trata es de la solidaridad nacional. Esto es una tragedia”.
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Germán Vargas Lleras, del movimiento Mejor Vargas Lleras, declaró que espera que la presa no se reviente pues, de suceder, "eso cogería todo el Bajo Cauca, al sur del Magdalena, y sería la peor tragedia que tendría este país en toda su historia, mucho más grave que la ola invernal del año 2011", y reiteró que prefiere no acelerarse nombrando responsables.
Y Humberto de la Calle manifestó que “lo que hay que hacer ahora es atención al desastre y mitigación de los posibles daños. No podemos aún anticipar un resultado, esperemos a que técnicamente se establezcan las causas”.
Por ahora, las autoridades ratificaron que se mantiene la evacuación preventiva de los municipios de Puerto Valdivia, Cáceres, Tarazá, Nechí y Caucasia, y que aún no se conoce con exactitud qué fue lo que permitió que las fuertes lluvias de mayo activaran la emergencia.